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Entrevista a la bloguera Jessica Gómez: "El simple hecho de escribir mis pensamientos hace que toda la paja mental que se me pasa por la cabeza (que no es poca) adquiera sentido"

La bloguera Jessica Gómez ha escrito recientemente Come chocolate y nos discuta con idiotas (Mr ediciones), y por ello Claves de Mujer ha podido conversar con ella, para que nos cuente cuáles son los tips que ella usa con más frecuencia de los 52 que propone. Según la autora son reflexiones internas que de vez en cuando se hace para alcanzar esa ansiada paz mental. Algo que todos buscamos de una u otra manera para conseguir ser más felices


Jessica Gómez ©Ana Hevia
Jessica Gómez ©Ana Hevia

¿Te ha servido de terapia escribir este libro?

Totalmente. El simple hecho de escribir mis propios pensamientos, ordenarlos y ponerles nombre ya hace que toda la paja mental que se me pasa por la cabeza (que no es poca) adquiera sentido, y eso es genial, porque es como validarme a mí misma, forzarme a ver lo obvio y hacer caso a mi voz interior. Creo que eso es lo mejor del libro: que a quien lo lee le sucede lo mismo, lo vivimos juntas mis lectores y yo, y eso es muy muy chulo.

¿Has tenido alguna intención, lo diriges a alguien?

En realidad no, no escribo a nadie en particular con segundas intenciones porque creo que, a quien tuviera que decirle algo, ya se lo he dicho. Pero sí que hay personajes en el libro que están basados en personas reales, y otros son un conjunto de personas. Por ejemplo, Coralai, la Vane o Don huevazos existen, mientras que Don Chulazo es una mezcla de cuatro jefes distintos.

¿Intentas aplicar los consejos que das?

Lo intento, claro que sí. Otra cosa es que me salga mejor o peor, pero ahí estamos: acudo a la lista de tips cada vez que me hace falta para recordarme lo evidente. Siempre digo que tengo dominado el 52: mi aspiración es llegar a dominarlos todos y usar el 52 solo por placer.

De todos los tips que expones, ¿dinos cuáles son los que consideras más útiles o que más usas tú?

Los que más uso, por un tema de supervivencia básica, son el #1 (Te puedes equivocar), el #9 (No te compares con nadie), el #10 (Di que no), el #27 (Ama tu caos), y el #47 (Simplifica). 

¿Y cuáles te han hecho más felices?

Sin duda alguna, el #17 (Suelta lastre), el #25 (Lo que haga daño fuera) y el #37 (Relativiza). De todo lo que cuento en el libro, de todos los que expongo que he puesto en práctica, sin duda estos tres son los que me han aportado (y me aportan) más felicidad.


Come chocolate y no discutas con idiotas de Jessica Gómez



¿Hay alguno que te cuesta más que otro?

Precisamente, los tres que me han hecho más feliz son los que más me han costado. Romper con situaciones y/o personas que nos hacen daño o que nos lastran no suele ser fácil, precisamente porque si tienen la capacidad de hacernos daño o de lastrarnos es porque suelen ser importantes en nuestra vida, de una u otra forma, y romper con eso cuesta mucho. Y, aún así, son sin ninguna duda los que me han aportado más paz.

¿Por qué has escogido esta forma de redactarlo con mucha ironía y gran sentido del humor, e introduciendo cada tip con un caso real?


¡La verdad es que no fue una elección! Es más, al principio mi idea era escribir unas reflexiones más bien tirando a profundas, pero es que me puse a escribir, escribiéndome a mí misma, contándome esas cosas que sé que no debo hacer (porque me hacen daño) y aun así hago, y tenía todo el rato como una vocecita en mi cabeza diciéndome “Mari, hija, pareces gilipollas”. Y, claro, me daba la risa, porque es que parezco gilipollas, y al final me salió esto: una retahíla de sarcasmo e ironía, que es como mejor se me da decir las cosas.

El introducir ejemplos de la vida real supongo que ha venido dado por dos cosas: la costumbre de ilustrar las cosas al hablar, gaje de ser madre de tres peques, y el hecho de que, efectivamente, ilustrar conceptos con ejemplos funciona muy bien.

Jessica Gómez ©Ana Hevia

Jessica Gómez ©Ana Hevia


Dices que la vida va de ser feliz, no de ser correcta, pero ¿a veces es necesario serlo, o no?

Sí, claro, a veces hace falta ser correcta. La pregunta es: eso que te exige corrección… ¿Lo quieres hacer? ¿Te genera o generará en algún momento felicidad? Creo que al final es cuestión de ir poniendo todos los factores en una balanza y ver hacia dónde pesa más. Sin ir más lejos, hace poco tuve una firma de libros en la Casa del Libro de Gran Vía y de no ser por mi hermana mayor, que tiene una tienda de ropa (Divina Locura) y me vistió ella, yo habría ido en vaqueros y camiseta más a gusto que nada. Pero me hacía más feliz dejar a mi hermana vestirme, porque a ella le hacía mucha ilusión, y en el fondo a mí me daba igual una cosa u otra. 

¿De verdad no sabes planchar?

De verdad. La última vez que intenté planchar algo fue hace tres años: la bata de mi hija mediana la noche antes de su primer día de cole. El resultado fue que a las nueve de la noche fui corriendo en coche con una bata quemada a ver si mi madre podía arreglar aquel agujero enorme…

Y lo del pelo, ¿ya lo controlas más o sigues peinándote regular?

Te lo diré así: voy a una peluquera fantástica (Sara Ruesga) dos veces al año que me corta el pelo tan bien que, si no quiero, no necesito peinarme jamás. Me llega con lavarme el pelo. Como decía aquella, “nací para vivir, no para peinarme”.

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