Aceites Esenciales para Bebés y Niños

El uso de aceites esenciales en bebés y niños suele rodearse de ciertos mitos y leyendas que provocan la desconfianza de los padres más inexpertos. Sin embargo, esta incertidumbre no tiene fundamento tal y como se desvela en la guía Aceites esenciales para curar las pupas (aceites esenciales en el día a día de la infancia), publicada por la editorial Amyris en colaboración con Pranarôm, expertos en aromaterapia científica.

El manual hace un recorrido por diferentes problemas o afecciones que pueden presentar los niños (de 0 a 12 años) y su forma de abordarlos a través de sinergias de aceites esenciales quimiotipados (con clasificación bioquímica) y aceites vegetales.
Como se indica en la obra: “Estas mezclas se aplican sobre el tejido cutáneo, directamente en la afección o bien sobre el órgano o función que queremos arreglar.
Emplear aceites puros esenciales sobre la piel del bebés o niños no es frecuente, por eso, en general se suelen diluir en aceites vegetales vehiculares que además confieren seguridad.”

Curas variadas y espliego macho

Las páginas de este libro ofrecen soluciones para curar desde heridas, llagas, quemaduras, moratones, picaduras hasta trastornos digestivos (estreñimiento y diarrea), catarros, sinusitis o dolor de garganta. Al final, también se dan pautas para tratar problemas emocionales como tristeza, dificultades de concentración, sueño, etc.
Las posibles combinaciones para abordar estos problemas de la vida cotidiana son múltiples, pero en esta guía sólo se emplean 20 aceites esenciales.
Ojeando el manual me ha llamado especialmente la atención la versatilidad del espliego macho que al poseer propiedades antisépticas y cicatrizantes, reduce el dolor y lo alivia con rapidez, y en combinación con otros aceites se usa para quemaduras, ampollas o en picaduras de avispas, arañas, ortigas, etc.

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