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Banco de Alimentos de Madrid, más de 20 años dando de comer a los más necesitados

Por las mañanas las calles que rodean el Colegio San Fernando, ubicado en el kilómetro 13.600 de la Carretera de Colmenar Viejo de Madrid, se convierten en un desfile continuo de camiones que entran y salen repletos de mercancía. Protegidos por la carrocería de estos vehículos se encuentran diferentes grupos de alimentos que se distribuyen a las personas necesitadas de la Comunidad de Madrid.

Estamos hablando del Banco de Alimentos de Madrid (BAM), una fundación privada sin ánimo de lucro cuyo fin es la consecución gratuita de alimentos, para después donarlos y distribuirlos también gratuitamente entre entidades benéficas legalmente reconocidas, dedicadas a la asistencia y cuidado directo de personas con necesidades especiales dentro de la Comunidad de Madrid.


 

 

 Si bien esta entidad se fundó en septiembre de 1994, su labor empezó a popularizarse hace unos años, especialmente a partir de la situación de crisis de nuestro país y los problemas de alimentación a los que se están viendo sometidos muchas familias. El Banco de Alimentos de Madrid es miembro de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), que agrupa en la actualidad a 55 Bancos de Alimentos, de toda España y, a través de ella, de la Federación Europea de Bancos de Alimentos. FESBAL recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2012, galardón que puso de relieve la labor de estas entidades altruistas, algunas con casi 20 años de antigüedad, como es el caso del Banco de Alimentos de Madrid.

Los comienzos del Banco de Alimentos de Madrid


La historia del Banco de Alimentos de Madrid se remonta al año 1994 y nos sitúa en un enclave que nada tiene que ver con el actual. Sus primeras dependencias se hallaban en la calle Ribera de Curtidores, en pleno centro de la capital.

Rosa Vinagre, directora del departamento de comunicación de Banco de Madrid, nos ha contado que pese a que ella no vivió esa primera época tiene constancia de que el local era muy pequeño y tenía muchos problemas de carga y descarga. No obstante, cuatro años después, en 1998, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid cedió de forma gratuita un edificio sito en el recinto del Colegio San Fernando y desde entonces ésta es su sede principal.

“El Banco de Alimentos de Madrid ha ido aumentando su operatividad y ahora mismo estamos atendiendo a más de 500 entidades benéficas. En 2014 distribuimos más de 15 millones de kilos y somos alrededor de 350 voluntarios fijos, es decir, personas que venimos a las oficinas del Banco dos o tres días a la semana, como mínimo Además, contamos con una gran cartera de voluntarios puntuales que trabajan en las de Operaciones Kilo que se realizan durante todo el año y en la Gran Recogida que se hace en el mes de noviembre.”

Los voluntarios son el alma del Banco de Alimentos, sin ellos no sería posible esta realidad. José Carrión, uno de los voluntarios del BAM, nos explica que todas las personas que trabajan en el Banco lo hacen de forma altruista, a excepción de seis, que están contratadas para cubrir puestos imprescindibles para su funcionamiento.

“La mayoría somos jubilados aunque también contamos con personas que están en situaciones temporales de desempleo”, explica.

Ellos hacen posible que funcionen las distintas delegaciones del BAM: Colegio San Fernando, Mercamadrid, Alcorcón y Alcalá de Henares. El objetivo de disponer varios almacenes, es descentralizar tanto la recogida como la entrega de alimentos y que la distribución sea más fácil y efectiva.

La sede de Alcalá de Henares se inauguró en noviembre de 2014 y la de Alcorcón un año antes.

En Mercamadrid se consiguen frutas, verduras y hortalizas que donan las empresas que trabajan allí. “Tenemos una cámara frigorífica por si hay algún alimento que necesita una conservación de 48-72 horas porque en este lugar obtenemos productos perecederos, excepto carne y pescado”.


En las otras tres delegaciones se almacenan, clasifican y distribuyen alimentos no perecederos. No obstante, en el Colegio de San Fernando, disponen también de una cámara frigorífica, lo que permite guardar y distribuir frutas y verduras.

Además, el Ayuntamiento de Móstoles ha cedido también una nave para albergar una nueva delegación del BAM, que probablemente empezará a estar operativa a lo largo de este año.

¿Un fracaso de la sociedad?


Si bien la labor que se hace desde el BAM merece un justo reconocimiento, “lo cierto es que, el hambre y la existencia de esta organización realmente es un fracaso de la sociedad actual”. Así lo manifestó Javier Espinosa Martínez, Presidente de la Fundación Banco de Alimentos de Madrid, durante la celebración del 20 aniversario del BAM: “Cuando, hace ahora veinte años, un pequeño número de personas comenzamos la andadura del Banco de Alimentos de Madrid, nada nos hacía pensar que pasado el tiempo y bien entrados en el Siglo XXI, lejos de disminuir las personas necesitadas de ayuda alimentaria, su número iba a aumentar. Hoy nos encontramos con una sociedad en la que la pobreza ha crecido y la pobreza severa se ha más que duplicado.”

En cualquier caso, a pesar de todo se puede encontrar un lado positivo a esta situación. “Es importante saber que Madrid es solidaria y es una comunidad que se vuelca cuando se necesita ayuda.” Así pasó en la última Gran Recogida, una acción nacional en la que participa todos los Banco de Alimentos anualmente durante todo un fin de semana en colaboración con las grandes superficies, y que, en el caso de Banco de Alimentos de Madrid, contó con la participación de 16.000 voluntarios y recogió 2.700.000 kilos de alimentos.

En el BAM están convencidos de que cada vez hay más concienciación y eso se nota, pero también insisten en una cuestión de gran importancia: “Las personas más desfavorecidas tienen que saber que hay otras personas dispuestas a ayudarlas, que no están olvidadas. Además, todos deberíamos tener muy claro que cualquiera de nosotros podría encontrarse en una situación similar.“



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