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Biotubo, envase cosmético biodegradable



Investigación cosmética biológica

Todos sabemos más o menos por las distintas informaciones que nos llegan a través de los medios que los materiales plásticos son actualmente de los más contaminantes del planeta. No en vano las bolsas de plástico se empezaron a eliminar en España hace unos años, siendo esta contaminación uno de los principales motivos de dicha medida. Sin embargo, el plástico no sólo está presente en las bolsas, es una de las principales sustancias de numerosos envases y aunque actualmente existe la posibilidad del reciclaje, en muchas ocasiones esta práctica se deja de lado.
Para solucionar estas trabas se están investigando envases alternativos biodegradables, de hecho ya hay bolsas con estas características elaboradas con almidón de patata, pero los científicos han ido esta vez más allá y han sido capaces de crear un envase biodegradable apto para determinadas cremas cosméticas.

El prototipo de este biotubo, así es como lo han llamado sus artífices, se presentó recientemente. Su puesta en marcha se debe a la iniciativa de una serie de empresas: Germaine de Capuccini, Ferro, Petroplast y la alianza ainia-AIMPLAS.
Con la intención de conocerlo un poco más Clavesdemujer ha podido hablar con Luis Gil, técnico del departamento de tecnología de Ainia Centro Tecnológico. Antes de entrar en detalles, el experto explica qué significa “ser biodegradable”. Como la propia palabra indica “bio” se refiere a biológico, en este caso, a microorganismos, y degradable, no tiene más misterio, quiere decir degradación. Por lo tanto, “este término alude a todo lo que se puede degradar de forma biológica”. Cuando depositamos algo en el suelo existen microorganismos encargados de esa descomposición y si estos se encuentran con ciertas sustancias químicas que dificultan su labor no podrán desempeñarla y el residuo quedará sempiterno en la naturaleza, sin embargo si se topan con sustancias biodegradables se facilitará ese proceso natural y con el tiempo el producto desaparecerá.
¿Qué quiere decir esto? Pues que si has acabado tu crema de belleza y al tirarla se te ha olvidado reciclar el envase, éste acabará en algún vertedero, sí, pero si es biodegradable con el tiempo desaparecerá y el daño causado al medioambiente será mínimo.
El biotubo cumple, por tanto, esta característica, y su tiempo de descomposición está estipulado en seis meses. El prototipo se ha fabricado a partir de materias procedentes de fuentes renovables, en concreto de almidones de maíz, remolacha y azúcares.

Gil explica que su elaboración ha sido todo un reto porque el ciclo de vida de los productos cosméticos está estipulado en tres años, lo que constituye demasiado tiempo para este tipo de materiales. Además, “la composición de estos productos es muy compleja y  se ha tenido que cuidar el que no se pierdan las cualidades de humedad o aroma durante este periodo.”
Las pruebas se han realizado para cosméticos basados en distintos principios activos: vitamina C, un filtro de protección solar y una crema facial multiprotección elaborada a partir de té blanco ecológico que la empresa Germain de Capuccini espera sacar al mercado en el segundo semestre de este año ya con el nuevo envase.
Este hallazgo abre las puertas a otras aplicaciones. Así lo considera el técnico de Ainia quien no descarta la posibilidad de usar este invento en otras ramas industriales. El sector de la alimentación es un claro candidato y o el del bricolaje, por ejemplo, los tubos para colas, los recipientes de pinturas, etc.




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