Entrevista a Priscilla Ramírez, empresaria de moda: “Puedes vestir bien y verte guapa con independencia del cuerpo tengas”
Priscilla Ramírez, es la directora creativa de moolberry, la firma de moda low cost, ética y sostenible. Para contarnos cuál es la filosofía y el origen de esta compañía, la empresaria ha hablado con Claves de Mujer.
La marca posee el sello ISSOP a la sostenibilidad, la única que la tiene en el mundo, por su compromiso con el cuidado medioambiental, el respeto de los derechos humanos de trabajadores textiles y por proteger la salud al elaborarse con materiales naturales libres de componentes tóxicos y testados dermatológicamente. Además, sus diseños son creaciones propias y exclusivas, y se dirigen a una mujer real, que ama la moda, pero que a su vez está concienciada con el respeto a la naturaleza.
¿Cómo fue tu inmersión en este mundo, por un tema empresarial o por tu pasión por la ropa?
Realmente más bien mi perfil es el segundo, ya que como toda mujer me encanta la ropa y la moda. Es cierto que primero trabajé en Madrid y también estudié Publicidad y Relaciones Públicas. Paralelamente me formé durante siete años en diseño, corte y confección, aunque luego me dediqué al sector de la consultoría en Madrid. Después me quedé embarazada de mellizos y como estaba en Madrid y no conocía a nadie decidí volver a Toledo, que es de donde soy, para estar más arropada con la familia. Y allí empezamos de cero, abrimos una primera tienda en el casco antiguo de Toledo con la otra marca que regento, Koker. A partir de esa primera tienda hemos conseguido expandirnos de modo que en la actualidad disponemos de más de 40 tiendas en siete países, y Moolberry va por la misma proyección.
¿Por qué crear una marca paralela como moolberry?
En la actualidad con Koker tenemos 15 tiendas propias y más de treinta franquicias y el centro logístico está en Toledo. Cuando íbamos a las fábricas en Italia y Francia y en general siempre me rondaba un pesar: las cantidades de ropa y de textil que se tiran, porque la verdad es que la mujer compra de forma impulsiva. Renovamos armarios cada dos por tres y todas las temporadas nos gusta tener cosas nuevas. Entonces tuve la curiosidad de cómo podíamos trabajar a nivel textil o aportar nuestro grano de arena a la hora de fabricar respetando el entorno, y una de las primeras cosas que miramos es qué conllevaría usar tintes vegetales para no dañar el medio ambiente. Así, me empecé a meter en ese mundillo con fábricas que tenemos en Italia y Francia y vi que no iba a ser igual de fácil que con la otra marca, pero sí que era viable y se podía hacer.
Nos dimos cuenta que a lo mejor no se podían realizar súper diseños con lentejuelas u otro tipo de incrustaciones, pero sí con algodones, con linos, con sedas, es decir, con tejidos más nobles, sí que era viable. Decidimos entonces sacar esta segunda marca que es moolberry en la que tanto la fabricación de los modelos como la puesta en escena de la tienda están enfocados al cuidado de medio ambiente. A nivel iluminación por ejemplo, ninguna lleva obsolescencia programada, lo que provoca que no se generen tantos residuos al durar más tiempo. Al mismo tiempo tenemos los descuentos solidarios, esto es, no hacemos rebajas como tal. Si la prenda tiene un 50% de descuento la clienta decide si descontárselo a ella misma o donarla a una de las ONG con las que trabajamos. Y en nuestro afán por dar una segunda vida útil, en todas las tiendas moolberry hay unas urnas ecológicas donde se puede depositar esa prenda que ya no se quiere, y a su vez se hace un descuento si esa persona desea comprarse otra prenda moolberry.
En definitiva, intentamos cerrar el círculo porque hemos comprobado que compramos de forma impulsiva. Hoy en día una mujer no mira tener un abrigo de 500 o 1000 euros, sino que con ese dinero prefiere tener más variedad. Pero se está generando tanto residuo de textil que nuestra intención es intentar aportar nuestro grano de arena y frenarlo en la medida de lo posible.
¿Esta filosofía incide en el precio de las prendas?
Fabricar de forma sostenible lamentablemente conlleva más gasto. Nosotros tenemos obviamente nuestros márgenes que reducimos también para que el precio de venta no sea elevado.
Sí es así, ya va cambiando algo, pero normalmente se vende imagen y la ropa que se ofrece es para maniquís. Nuestras clientas promedio tienen desde treinta cinco hasta ochenta y tantos, y cualquiera puede pedirnos por ejemplo una prenda para bailar como ocurre en nuestra tienda de Benidorm. Esto ha dado lugar a que nuestra clientela descubra que se puede vestir bien y verse guapa con independencia del cuerpo que se tenga. Esto lo hemos conseguido diseñando un tallaje y un tejido que sientan bien de hombros y que aportan una fluidez y una caída que quedan pefectas tanto a chicas delgadas como a señoras con más volumen. En otras prendas cuesta más. Obviamente hacer una chaqueta de una talla más grande es más complicado pero intentamos dar los márgenes para hacer una chaqueta igual de bonita que la que pueda llevar una chica de 20 años. Por eso viene a buscarnos la gente por ser una ropa bonita y diferente. Al mismo tiempo, en moolberry todas las semanas renovamos y entran 200 referencias nuevas, que eso es una locura, pero las clientas conocen nuestra metodología.
Hay una cosa que me ha sorprendido mucho y que doy gracias porque me ha mantenido muy ocupada. Aunque el cerrojazo general fue el 14 de marzo, a nivel de ventas se notaba algo en el ambiente ya que estas habían descendido en comparación con el año pasado. Finalmente, todo se paró logísticamente pero es verdad que a través de redes sociales nos piden mucha información de prendas y hay pedidos que están saliendo a través de las mismas. Hay gente que nos está diciendo que por lo menos reciben algo bonito y les hace ilusión. En general, sí que está funcionando el tema de venta online y de envíos a domicilio.
Aunque las tiendas se puedan abrir, las que tenemos en Toledo y Benidorm están en lugares muy turísticos y yo estoy muy expectante pensando en qué va a pasar, porque aunque nos dejen abrir las puertas, turismo no vamos a tener. Nos veremos obligados a hacer una negociación en muchos sentidos.
Sabemos que lo disponible en tienda va a ser difícil darle salida, porque nos cerraron en una temporada de pre-primavera y ahora vamos a abrir en verano. El caso es que nosotros vivimos al día, son colecciones semanales, ya que precisamente la ventaja de fabricar en Europa es que los modelos pueden ser inmediatos. No vienen de China, que tardan dos o tres meses. Vamos fabricando a demanda. Somos conscientes y estamos trabajando patrones del año pasado, pero con estampados y tejidos nuevos. Modelos que sabemos que han funcionado, como vestidos y monos que se empezarán a fabricar con otros tejidos.
La prenda estrella de moolberry son los blusones de seda, que son preciosos, y unos jerséis de punto fantasía, con un punto fino y unos patrones muy bonitos que sientan muy bien incluso a gente de cierto volumen. Los blusones varían en estampados y gustan muchísimo. Destaca en general la prenda vaporosa con un pantalón de lino de corte elefante, es decir, se busca comodidad, elegancia y una prenda que siente bien, con la que estés cómoda.
Tiendas moolberry en España
La fabricación de todas las colecciones moolberry se realizan, únicamente, en la Unión Europa.
- Benidorm: Avenida Sufragio 2. 03501.
- Cambrils: Carrer de Roger de Llúria, 12. 43850.
- Málaga: Calle Compañía, 35. 29005.
- Toledo: Calle Comercio 21. 45001.
- Zaragoza: Calle don Jaime I, 37. 5003.
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