¿Realmente necesitamos un contorno de ojos en la rutina diaria? ¿Y por qué se insiste tanto en aplicarlo pasados los 30 y, sobre todo, en verano? Rosa Roselló, directora de formación de Druni, resuelve todas las dudas y desmonta los mitos más comunes sobre este gesto de belleza.
Curiosidades del Contorno de ojos
El contorno de ojos sigue siendo ese producto que muchas veces ignoramos o aplicamos de vez en cuando. ¿Por qué? Tal vez porque no sabemos qué efecto esperar, cómo aplicarlo o qué buscar en su fórmula. Sin embargo, según Rosa Roselló, directora de formación de Druni, este gesto puede marcar la diferencia a partir de los 30, sobre todo en verano.
“La piel del contorno de los ojos es cinco veces más fina que la del resto del rostro, tiene menos colágeno, menos glándulas sebáceas y menos tejido graso. Todo eso la convierte en una zona extremadamente frágil y vulnerable a los signos del envejecimiento. Por eso los primeros signos de la edad —arrugas, líneas de expresión, deshidratación o bolsas— suelen aparecer justo ahí”, explica la experta.
Y no solo eso. Cada día, esta zona realiza más de 10.000 micromovimientos simplemente con el parpadeo. Si además le sumamos factores como el estrés, los cambios hormonales o la falta de descanso, el resultado es una mirada apagada, hinchada o con ojeras.
¿Por qué es aún más importante usarlo en verano?
En verano, el contorno sufre un sobreesfuerzo añadido: más exposición solar, cambios de temperatura, mayor deshidratación y, muchas veces, rutinas de cuidado más laxas. “En esta época del año, la piel del contorno de ojos necesita un extra de hidratación y protección. El calor y la exposición solar aceleran la degradación del colágeno y favorecen la aparición de arrugas. Además, muchas personas sudan más o usan productos solares faciales no adaptados al contorno, lo que puede irritar esta zona tan delicada”, nos cuenta Rosa Roselló. Por eso, incluir un contorno de ojos específico en verano (preferiblemente sin perfume ni ingredientes sensibilizantes) es tan importante como aplicar protector solar.
Sin embargo, si ya usamos una buena hidratante, ¿es realmente necesario comprar un producto específico? “Es verdad que algunas cremas bien formuladas pueden aplicarse en el contorno, pero los tratamientos específicos para esta zona están testados oftalmológicamente y formulados para garantizar su tolerancia. Esto es crucial si hablamos de una piel sensible o si has experimentado irritaciones al aplicar productos cerca de los ojos”, aclara la Rosa Roselló.
La piel del contorno de los ojos es cinco veces más fina que la del resto del rostro.
Lanza además una advertencia clara: “Usar durante años productos inadecuados en el contorno (ya sean demasiado perfumados o con ingredientes agresivos) puede sensibilizar esta zona sin que te des cuenta. La acumulación de microagresiones puede acabar alterando el sistema inmunológico de la piel y provocar molestias crónicas”.
¿Qué contorno de ojos deberías elegir a partir de los 30?
Más que buscar una fórmula mágica, Rosa Roselló insiste en adaptar el producto a las necesidades de tu contorno. No es lo mismo querer tratar ojeras, que hinchazón o deshidratación. “A partir de los 30, lo ideal es apostar por fórmulas con ingredientes hidratantes y antioxidantes, como el ácido hialurónico, la vitamina C o los péptidos. Si lo que te preocupa son las bolsas, busca ingredientes descongestionantes como la cafeína. Y si el foco está en las ojeras, puedes optar por fórmulas iluminadoras con niacinamida o vitamina K”, recomienda la experta. Eso sí, cuanto más minimalista la fórmula, mejor. “Siempre recomiendo evitar perfumes y conservantes potencialmente irritantes. Y si alguna vez has tenido reacciones cerca de los ojos, es importante que el producto esté testado oftalmológicamente”, recalca la experta.
¿Cómo y cuándo se aplica el contorno de ojos?
“En la rutina facial siempre se empieza por las texturas más ligeras y se acaba con las más densas. Por eso el orden ideal es: tónico, sérum, contorno de ojos, crema y protector solar. Nunca al revés”, explica Rosa Roselló. ¿La cantidad? Muy pequeña: basta con el equivalente a un grano de arroz para ambos ojos. “Cada activo tiene una dosis máxima a partir de la cual deja de aportar beneficios, e incluso puede ser menos tolerado. No por aplicar más producto obtendrás mejores resultados”, insiste.
No por aplicar más producto obtendrás mejores resultados.
“No existe un movimiento milagroso científicamente probado, pero sí es fundamental aplicar el contorno con suavidad. Usa el dedo anular, que ejerce menos presión naturalmente, y da ligeros toquecitos desde el lagrimal hacia fuera. Este gesto mejora la microcirculación y favorece la absorción del producto sin dañar la piel”.
El contorno de ojos no es un capricho ni un producto exclusivo para mujeres mayores. Es una inversión en prevención que, según Rosa Roselló, puede marcar la diferencia si se incorpora a diario, sobre todo a partir de los 30. “Con pequeños gestos constantes y productos adecuados, puedes preservar la juventud y luminosidad de la mirada durante más tiempo. El contorno de ojos no es opcional: es el primer paso para frenar los signos del cansancio y la edad en el rostro”, concluye.
Comentarios
Publicar un comentario