La alergia al polen o polinosis es una de las más
frecuentes. Se estima que un 20% de la población española la sufre, según la
Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Los síntomas de este trastorno se agudizan en los
equinoccios, ya que en otoño y primavera la polinización de las plantas es más
intensa, explica Aurora Garre, asesora médica de los laboratorios farmacéuticos Cinfa. No obstante, la experta
también matiza que “la mayoría de los alérgicos lo son a varios tipos de polen,
por lo que esta alergia no es únicamente estacional y puede prolongarse desde
febrero hasta los meses de verano”.
La reacción alérgica al polen puede afectar a diferentes
órganos: cuando se dirige a la nariz, produce una inflamación, caracterizada
por estornudos, picor, congestión, secreción y obstrucción nasal. Es frecuente
también que se extienda a otros tejidos, provocando inflamación en los ojos
(conjuntivitis), picor de paladar, de garganta y de oídos. Este conjunto de
síntomas también se conoce con el nombre de "fiebre del heno".
En un 40% de los casos, esta alergia cursa además con asma,
por lo que puede afectar a los pulmones y producir tos, dificultad para
respirar, sensación de opresión torácica y pitidos en el pecho.
Otro aspecto a destacar es que la polinosis es más frecuente
en los medios urbanos que en los ámbitos rurales, probablemente por que la
polución atmosférica potencia el efecto alergénico del polen.
Este año, el panorama
para estos alérgicos se presenta crudo, ya que se prevé una cantidad elevada de
polen debido a las lluvias registradas durante parte del otoño pasado y el
invierno. “Por tanto, pueden aumentar los síntomas característicos de la
alergia”, advierte la asesora.
La alergia no tiene cura, pero se pueden paliar los síntomas. Así, lo ideal es evitar en la medida de lo posible todo aquello que nos produzca alergia, en este caso, los pólenes.
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Mantener las ventanas cerradas ayuda a mejor los síntomas |
Si se siguen estos consejos, se llevará mejor:
- Permanecer el máximo tiempo posible dentro de casa durante los días de mayor concentración de polen y, sobre todo, en los días de viento.
- No abrir las ventanas de casa entre las 5.00 y las 10.00 de la mañana y las 19.00 y 22.00 de la noche, así como disminuir las actividades al aire libre durante esas horas, porque es cuando los niveles de polen están más elevados.
- En el coche, mantener las ventanillas cerradas.
- Colocar filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado, tanto en casa como en el coche, y cambiarlos con frecuencia.
- Cuando se salga a la calle, llevar gafas de sol para porteger los ojos del polen.
- Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa. No tender la ropa en el exterior, ya que los granos de polen pueden quedarse atrapados en las prendas.
- Evitar actividades que puedan remover partículas de polen, como cortar el césped o barrer la terraza, etc. En caso de alergia al polen de gramíneas, no es recomendable tumbarse sobre el césped.
- Si se tiene jardín, evitar tener plantas que polinicen por el aire.
- No dormir cerca de fuentes de pólenes alergénicos, como árboles o plantas.
- Si se toman medicamentos específicos para las alergias, como antihistamínicos, es importante tomar los recetados por el médico, de forma regular y en la dosis recomendada. Nunca mezclarlos con alcohol.
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