El curso está a punto de acabar y muchos padres buscan
alternativas para compaginar vida laboral y familiar. ¿Qué hago con los niños?,
esta pregunta resuena machacona en las cabezas de los padres que no tienen más
remedio que hacer sus cábalas cuando se acercan las vacaciones. La alternativa
que ofrecen los campamentos de verano pulula como una opción más a la que
recurrir, aunque también surgen muchas dudas en este sentido.
El problema se da sobre todo cuando no se tiene claro cuál
escoger. Los expertos aconsejan dialogar con el vástago, y si no hay consenso
intentar llegar a un acuerdo sobre qué opción le gustaría más. Después, discernir cuál es la que
resulta más viable y, por último, intentar llegar a la que más satisface a ambas partes.
Tampoco es necesario realizar un gran desembolso, pues hoy
día incluso los mismos colegios o institutos ofrecen algún campamento, generalmente a través de agencias especializadas con las que han
llegado a algún tipo de consenso.
Los ayuntamientos de las localidades o las delegaciones de
barrio también suelen presentar soluciones similares, sólo es cuestión de
informarse.
Lo mejor es decantarse por una empresa que esté habituada a
organizar estos eventos, pues este hecho garantiza una profesionalidad que en
sitios no especializados probablemente no encontremos.
No obstante, si se tienen dudas el centro que imparte la
actividad no ha de poner ninguna pega a las solicitudes realizadas por los
padres, en cuanto a instalaciones, seguridad, seguro médico…Siempre tiene que
haber predisposición para informar.
Los niños más retraídos pueden experimentar algún problema
de integración, pero esto mismo se puede consultar con los monitores y ellos,
como personal cualificado, deberán saber manejar a estos pequeños con dificultades.
Algunas de las ventajas de estas reuniones veraniegas, según
expertos consultados, son:
- Conseguir cierto grado de independencia.
- Aprender cosas nuevas.
- Descubrir la naturaleza en primera persona.
- Relación con otros chicos y chicas de su edad.
- Mayor responsabilidad de sus cosas que deberán cuidar por ellos mismos.
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