Los perfumes falsos pueden resultar más baratos, pero su olor nunca podrá
ser igual al que pretende imitar. Esto es un hecho que está claro para el
consumidor, pero ¿se sabe realmente qué hay detrás de estas falsificaciones?
Gracias a un taller organizado por la Organización de consumidores Usuarios
(OCU), apoyado por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa),
hemos descubierto que estos productos pueden resultar más caros para la
salud de lo que se cree.
Aspecto externo, indicio de engaño
Para evitar el fraude y que no nos den gato por liebre, es importante saber qué elementos diferencian un perfume falso de uno original. La clave está en fijarse en estos aspectos: celofán, estuche, frasco y etiquetado.
Lo primero que se debe hacer,
por tanto, es prestar atención al aspecto externo de la fragancia y darse
cuenta de que por ejemplo las imitaciones hacen ruido al tacto o tienen
pliegues y dobleces irregulares. Sus cartones son más rugosos y finos, poco
consistentes, con un brillo y color más apagado que difieren del original.
Los frascos no están
hechos de una sola pieza apreciándose la junta de unión, además el vidrio suele
ser de mala calidad, con porosidades. La cánula dispensadora tampoco presenta
el tamaño adecuado, suele ser demasiado larga o no se ajusta al modelo que
pretende imitar.
Por último, el etiquetado o
no aparece o es incompleto, ya que no suelen especificarse los ingredientes ni
tampoco se indica el laboratorio o compañía con la que contactar si se tiene
que hacer alguna reclamación del producto.
Un problema para la salud
Otro de los inconvenientes
de los perfumes falsos es la clandestinidad en la que se elaboran. Estos
productos provienen de talleres ilegales que no reúnen las condiciones de seguridad ni
salubridad necesarias para el consumo. Las falsificaciones de los perfumes no
cumplen con las pautas legales que se exige cumplir a los perfumes originales,
por lo que no garantizan su inocuidad. No están amparados por los
requisitos de seguridad que se pide a estos cosméticos.
Todas las fragancias originales cuentan con un certificado de
inocuidad emitido por IFRA (International Fragrance Association). Por el
contrario, las falsificaciones carecen de documentos que indiquen la inocuidad
de los ingredientes con los que realmente están compuestos. Estos ingredientes
pueden ser desde detergentes hasta productos de uso industrial prohibidos para
el consumo humano. “En algunos casos,
se ha encontrado orina de animales para dar ese color amarillo que caracteriza
a algunos perfumes e incluso restos de arsénico”, según explica Val Díez, directora general de Stanpa.
Además, el consumo de
productos sin regulación puede ocasionar graves daños a la salud, como irritación
ocular, dermatitis, reacciones alérgicas severas, sensibilización (no poder
usar más otros productos), manchas en la piel, etc.
Mafias organizadas
Detrás de la venta de
perfumes falsos “siempre hay una organización criminal”, explica Jesús Martín
Moreno, inspector de la Policía Nacional y jefe del Grupo de Propiedad Industrial.
Además, detrás de su fabricación también puede encontrase mano de obra
infantil.La mayoría de la venta de estos productos se realiza en mercadillos.
A continuación dejamos unas propuestas de las últimas novedades en
perfumería (eso sí, originales).
Para ella
Rose de Taif, la última creación de Perris Monte Carlo.
Percio: 125 € (100 ml). En Isolée.
Loverdose Tatto. Diesel. Precio: 69€ (75 ml)
Para él
La Nuit De L’Homme Edición Coleccionista 2013, YSL.
Eau de Toilette 100ml. Precio 86,60€ (de venta exclusiva en El Corte Inglés).
Hola, agradezco la información, pero no creo que sea cierto que pueda afectar a nuestra salud. Yo llevo tiempo usando perfumes de imitación de Venganza by Alma, y son perfumes que tienen mucha calidad. El que estén más baratos que los originales se debe a que no invierten tantísimo dinero para publicitarlo, contratando a grandes famosos como lo hacen las grandes marcas.
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