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¿Qué ocurre si tomamos antibióticos cuando no los necesitmos?

 Las instituciones sanitarias llevan alertando desde hace unos años de los riesgos que implica para la salud la toma inadecuada de antibióticos. En España esta práctica era muy habitual hace un tiempo y aunque la población cada vez está más concienciada, lo cierto es que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), nuestro país presenta una de las mayores tasas de resistencia a estos fármacos.


 

¿Por qué no se deben tomar antibióticos sin necesidad?

Motivos para no tomar antibióticos sin necesidad

 
Existe la falsa creencia de que los antibióticos tratan la enfermedad de forma más rápida y eficaz, sin embargo no es así. Estos medicamentos están formulados para el abordaje de ciertas patologías y emplearlos de forma indiscriminada puede traer consecuencias como ya se está demostrando. De hecho, hay motivos evidentes para no tomar antibióticos cuando no se requieren para mejorar nuestro estado de salud.

  1. Al tomar antibióticos sin necesidad podemos poner en riesgo nuestra salud.
  2. Si los antibióticos se ingieren de forma indiscriminada el organismo puede generar bacterias resistentes a estos fármacos, de modo que cuando realmente sea necesario acudir a ellos para tratar enfermedades, es posible que los efectos no sean los deseados.
  3. Con esta actitud interferimos en las labores de investigación y echamos por tierra los años de trabajo y esfuerzo que implica la elaboración de un fármaco, ya que si actuamos así podemos restar la eficacia de los antibióticos y provocar la aparición de bacterias más resistentes para las que habrá que buscar nuevos medicamentos, y por tanto volver a invertir en investigación, con lo que eso conlleva.


Por último, como curiosidad destacar que aunque España es uno de los países donde el consumo de antibióticos tiene un mayor descontrol, según una encuesta realizada recientemente por IMOP y Berbés Asociados un 85% de la población afirma cumplir las indicaciones de los médicos ante la toma de los antibióticos, siendo los más aplicados en este sentido y con bastante diferencia los mayores de 65 años.






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