Como todos los años el 8 de marzo se convierte en un día
reivindicativo para la mujer, y por ello no podía obviarlo en Claves de Mujer.
Hoy, sí, es el Día Internacional de la
Mujer, y es un día para hablar de muchas cosas. Lo cierto es que esta
celebración no es sino una manera de seguir reivindicando lo que todavía
debemos luchar las mujeres en muchos ámbitos de la vida. Desgraciadamente estas
desigualdades tienen distinto grado en función de la parte del mundo en la que
vivamos, pero éstas siguen existiendo en mayor o menor medida en cualquier
lugar.
Según una encuesta realizada por IMOP y Berbés Asociados
para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, un 54,1% de la población
española asegura que todavía existe desigualdad, pero admite que se está mejorando
en los últimos años. En este sentido, los más positivos (aquellos que opinan
que hay igualdad) son un 10,4% que subrayan que no existe desigualdad alguna,
mientras que el 35,5% restante manifiesta todo lo contrario.
Uno de los ámbitos donde más se refleja esta desigualdad es en el mundo
laboral, ya que por un lado las mujeres suelen percibir salarios inferiores, su
cuota de paro es mayor y los puestos de responsabilidad suelen estar ocupados
por hombres. Según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), las mujeres ocupan solo el 10 % de los
cargos de alta dirección en las empresas.
¿Qué causas pueden estar detrás de esa falta de cargos de
responsabilidad en las empresas y de la desigualdad laboral?
Mª Àngels Viladot, doctora en Psicología Social y
autora del libro Género y poder en las organizaciones (editorial
UOC), hace mención a una serie de elementos que pueden explicar esta tendencia:
1. Muchas mujeres piensan que no son lo bastante válidas
para ejercer un puesto determinado, sobre todo, porque al conocer los
prejuicios que existen se ven condicionadas por los mismos, y terminan
desistiendo.
2. Los conflictos con la maternidad y en general la
conciliación de la vida familiar con la carrera profesional, son causas
limitantes para la mujer. Las expectativas que hay sobre los géneros pesan
mucho. La sociedad entiende que el hombre es quien tiene que mantener
económicamente a la familia y la mujer ha de ocuparse de los hijos. “Los
hombres que ganan menos que sus mujeres –explica Viladot‒ tienen una mayor
probabilidad de sufrir depresión; y la satisfacción conyugal que expresan las
parejas en esta situación es menor”.
3. Los condicionantes históricos son también un elemento a
tener en cuenta, pues todos sabemos que a lo largo de la historia la mujer ha
ocupado un papel de subordinación: “Otra
razón que explica por qué es más difícil para una mujer asumir y negociar un
puesto de poder”.
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