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Ruta emblemática por la Sierra de Guadarrama: ascenso a la Cabeza de Líjar

Si estás buscando hacer una ruta emblemática por la Sierra de Guadarrama, entonces tienes que probar el ascenso a la Cabeza de Líjar. Este lugar de la sierra madrileña encierra varios elementos históricos y singularidades paisajísticas que bien merece la pena experimentar. El camino es relativamente sencillo, excepto en el último tramo que se hace más escarpado. Sin embargo, al alcanzar la cima comprobarás y entenderás por qué no te vas a arrepentir jamás de haber dedicado tu tiempo a esta ruta por la Sierra de Madrid. ¡Ponte las botas de montaña y sígueme en esta travesía que nos brinda la naturaleza!

Cabeza de Líjar

La historia del lugar


Antes de indicarte cómo acceder a este maravilloso enclave de la Sierra de Guadarrama, es bueno ponerse en situación y conocer algo acerca de la historia que lo rodea, que precisamente no es poca.

En primer lugar, destaca su ubicación estratégica. ¿Por qué? Porque se halla entre tres provincias: Madrid, Ávila y Segovia, a una altitud de 1822,80 metros. Cuando llegues a la cima tus ojos contemplarán terrenos de estas tres regiones. Afortunadamente, un panel explicativo te indica dónde está ubicada cada zona para que así puedas saber qué provincia estás contemplando. Las vistas son increíbles, es más, dicen que son de las mejores de este rincón de la Sierra de Guadarrama.

Precisamente en este punto hay un vestigio del pasado bélico de España, y que es uno más de los tantos que hay en la Sierra de Madrid relacionados con la Guerra Civil. En concreto, se trata de un búnker muy amplio, una construcción circular bastante bien conservada y que da un toque único a la cumbre. El caso es que este paraje sirvió de parapeto al bando republicano durante la contienda dado que gracias a él y los escarpes de la Sierra de Guadarrama, frenaron el avance de las tropas franquistas en el año 1936.

Su situación priveligiada sirvió también de refugio para algunos grupos de bandoleros. De hecho, se cree que por aquí anduvo Juan Plaza, conocido como el bandido de El Espinar.


Vistas de la Sierra de Guadarrama

El wolframio


Al mismo tiempo, hay otro elemento que ha hecho de este enclave un lugar sumamente atractivo. La zona es rica en diversos minerales, pero hay uno que destaca sobre los demás: el wolframio o tungsteno, un metal presente en ciertos minerales en forma de óxidos o sales. De hecho, durante un tiempo se realizó explotación minera en esta parte de la sierra tanto a cielo descubierto como en galerías excavadas.

En concreto, para los más osados o curiosos existe la posibilidad de ver lo que queda de la galería que se hizo para extraer este producto. A la altura del Collado de la Mina y bajo los pies de la Cabeza de Líjar, se halla la entrada a la mina que se explotó durante los años 50, y que se llamó Mina la Primera. El camino no está indicado, pero se puede acceder con facilidad. Parte del mismo punto desde el que se realiza el ascenso a la Cabeza de Líjar, solo que hay que seguir otra dirección. 

 

Vistas desde la Cabeza de Líjar

El ascenso a la Cabeza de Líjar desde el Alto del León


La subida a la Cabeza de Líjar es muy sencilla. Solo tendrás que seguir la pista forestal que se dirige al Collado de la Mina y Peguerinos, y que sale del Alto del León o Puerto de los leones, justo por el camino lateral de detrás del restaurante-asador que hay en la zona. Hay que pasar al lado de la estación militar de radiotransmisiones y llegar hasta un paso canadiense. A partir de aquí es necesario seguir la senda durante un buen trecho, aunque el camino es amplio y cómodo de realizar.

Después de caminar alrededor de 5,5 kilómetros veremos que a la derecha hay un apeadero. Es el Collado de la Mina, justo en el límite comarcal entre Madrid y Segovia. Aquí es donde comienza el ascenso a la cima. Es el momento más duro, pero no en exceso, dado que es poco recorrido y se hace con facilidad. 

 

 En la cima de la Cabeza de Líjar


Una vez en la cumbre lo más interesante es disfrutar de las vistas. Sentarse un rato en la cima y sentir el aire en la cara mientras contemplas el paisaje que se muestra ante tus ojos.

La vuelta se puede hacer por la misma ruta de ida, aunque es posible seguir hacia adelante atravesando una valla que hay en mitad del camino. A veces el sendero no es muy claro y te puedes despistar, pero realmente no tiene pérdida, pues al final te toparás con la senda principal que cogiste al principio y que te conducirá al Alto del León.

Esta ruta es, sin duda, una forma agradable y totalmente recomendable de pasar un mañana en la Sierra de Madrid, disfrutando de su aire sano y la singularidad de su paisaje, al menos si te gusta disfrutar de la naturaleza. ¿Te animas a hacerla?



 



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