La alergia no distingue entre sexos y es una enfermedad crónica sin cura | Doctora Paula Ribó (alergóloga)
La alergia es una enfermedad crónica que no tiene cura, como la mayoría de estas enfermedades. Lo que tenemos que intentar es tener su control, algo que debe darse en todas las enfermedades crónicas. A día de hoy se habla de que una de cada cuatro personas es alérgica y se estima que en 2050 un 50% de la población lo será. Esos son los datos, bastante alarmantes y los motivos, como en cualquier enfermedad crónica, muchas veces se desconocen. Hay personas que no saben por qué tienen diabetes o patologías cardiovasculares o por qué tienen hipotiroidismo. Sí que existen ciertas teorías como la de la higiene o por ejemplo todo lo relacionado con la epigenética. Es decir, todo lo que envuelve a nuestro entorno y a nuestro estilo de vida como la contaminación. Todo en su conjunto puede estar influyendo en la modificación de los genes, pero en realidad de momento son teorías.
Los humanos heredamos los genes de nuestros dos progenitores (un 50% de ambos). Evidentemente si los dos son alérgicos lo seremos con más probabilidad, pero no sabemos ni a qué ni cuándo, ni tampoco con qué gravedad. Si tu padre es alérgico a la penicilina y tu madre a la manzana, se heredan esos genes de alergia o esa predisposición alérgica, pero no necesariamente a la manzana o a la penicilina, por lo que en el caso de tener un hijo puede tomar penicilina, sin ningún tipo de miedo.
Por otro lado, es cierto que resulta complicado prevenirla, sobre todo si tus genes tienen esa característica de que van a ser alérgicos, e irse al campo no es la solución: allí no hay tanta contaminación pero quizá estamos expuestos a otros factores. Al final se trata de llevar una vida sana, es decir, lo mismo que hacemos para prevenir cualquier otra enfermedad.
La alergia es la gran desconocida y por ello existen millones de mitos.
Mitos de la alergia
La alergia es la gran desconocida y por ello existen millones de mitos y el más frecuente es que la persona que va al alergólogo directamente te dice: “Es que tengo alergia”. Mi respuesta siguiente es: “Vale, explícame lo que tienes sin decir la palabra alergia”. Ese es el primer gran mito de los alergólogos, y la verdad es que tenemos que investigar e investigar. Tampoco existen pruebas para saber a qué soy alérgico, no existe la prueba fetén que nos diga cuáles son todas nuestras alergias. Eso no existe ni existirá a largo plazo. El trabajo del alergólogo es más de Sherlock Holmes que el de pedir infinidad de pruebas porque al final lo que nos cuenta el paciente, qué síntomas ha tenido y cuándo, el intentar relacionarlo con sus alergias y pruebas es lo que nos va a decir si es alergia o no porque no toda prueba que dé positiva es alergia. Cuando eso sucede significa que hay sensibilización, ahora bien una prueba positiva acompañada de síntomas y que se relacionan, eso quiere decir alergia, son conceptos importantes de definir y explicar bien en la consulta.
No toda prueba que dé positiva es alergia: cuando eso sucede significa que hay sensibilización.
Esa sensibilización no tiene que derivar en una alergia al final. Yo por ejemplo estoy sensibilizada a los epitelios de perro y gato, no tengo contacto con los animales, por lo tanto no tengo alergia a los animales a no ser que me exponga. Si estoy en contacto con ellos sí tengo alergia, pero en realidad si no me expongo no desarrollo una sintomatología. Y lo mismo pasa con otras alergias. Si por ejemplo tengo una prueba positiva al polen de abedul, que es muy típico en el norte de Europa, aquí casi nunca lo hay, y no estoy expuesta a este tipo de polen en la Península, a no ser que me vaya a una zona donde lo haya, no puedo decir que poseo una alergia al polen de abedul: estoy sensibilizada al polen de abedul y no tengo una relevancia clínica en el momento actual.
¿Hay más casos de alergia en mujeres?
Actualmente, no se ven diferencias entre hombres y mujeres para las distintas alergias ni tampoco si hacemos un análisis de forma global. Sí que existen diferencias entre las distintas edades, por ejemplo en la infancia es más frecuente que los niños tengan alergia al huevo. A medida que van creciendo ya en la adolescencia se van apreciando alergias a los frutos secos y las frutas, y en la edad adulta los mariscos y los pescados son los más frecuentes. Si miramos de forma global, sin tener en cuenta la edad, las frutas son los alimentos más frecuentes entre los alérgicos, pero entre sexos no hay diferencias significativas.
Actualmente, no se ven diferencias entre hombres y mujeres para las distintas alergias ni tampoco si hacemos un análisis de forma global.
Y en líneas generales, las alergias respiratorias son las más frecuentes, ya que se habla de que un 10% de la población presenta alguna, en el caso de los alimentos se habla de un 3% de la población, pero va en incremento.
La excepción de la leche y el huevo
En el caso de la alergia a los alimentos en la primera infancia, los dos alimentos más frecuentes son la leche y el huevo. Normalmente, las alergias alimentarias no se curan, no se pasan, no van y vienen, las alergias vienen y se quedan para siempre, pero podemos hablar de dos excepciones como la leche y huevo de la primera infancia. No es que desaparezcan sino que al diagnosticar esas alergias y estar un tiempo sin estar en contacto con esos alérgenos, en ocasiones y no al cien por cien de los niños, pueden llegar a desarrollar una tolerancia inmunológica, es decir, que la pueden llegar a superar. No es que se cure, pero sí que es verdad que después de una evitación estricta tenemos un descenso en ese sistema inmunológico delante de nuevas exposiciones. Siempre hay excepciones, en medicina no hay siempre o nunca.
Normalmente, las alergias alimentarias no se curan y se quedan para siempre, pero podemos hablar de dos excepciones como la leche y huevo de la primera infancia.
Marcha atópica
En cuanto a la dermatitis atópica, he de aclarar que no es una enfermedad alérgica, sino una inflamación crónica de la piel, que en muchas ocasiones, más de un 50%, va asociada a alguna enfermedad alérgica y por eso la vemos los alergólogos. Pero no todos los pacientes con dermatitis atópica van a tener enfermedades alérgicas, y me refiero a rinitis, alergias, asmas, alergias alimentarias o a medicamentos.
La dermatitis atópica es una patología muy frecuente en la infancia más que en la edad adulta, que si además lleva asociada una alergia alimentaria, es porque existe lo que se conoce como la marcha atópica que es la evolución natural de la enfermedad alérgica. Normalmente, esta comienza con la dermatitis atópica en la infancia, luego continúa con una alergia alimentaria y en la edad adulta prosigue con una enfermedad respiratoria, aunque no siempre es así.
¿Cuándo consultar al alergólogo?
Si no tuviéramos problemas de listas de espera a nivel sanitario, burocrático, en realidad cualquier persona que sospeche que tiene alergia, debería consultar, y no solo sobre las alergias respiratorias. No es necesario ir al alergólogo la primera vez que estornudes, hay que esperar varias primaveras para ver si nos está afectando, pero una alergia a medicamentos, a alimentos, a abejas o avispas, sí es necesario consultarla. Básicamente para conocer las recomendaciones y saber qué tomar y que no, además de tener tu kit de emergencia en caso de necesidad porque se pueden presentar reacciones graves y estos pacientes a veces tienen que proveerse de adrenalinas o medicación de rescate.
Igualmente, a nivel respiratorio si los síntomas están realmente afectando a nuestra calidad de vida y estamos tomando mucho antihistamínico, sin mejoría, es recomendable consultar.
Al mismo tiempo, cabe añadir que hay ciertos medicamentos que se venden con demasiada facilidad y el antihistamínico es uno de ellos. Funciona muy bien y han salido nuevas generaciones que no provocan sueño, pero hay más vida a parte del antihistamínico. Existen otros tratamientos que pueden ayudar a controlar esa enfermedad, por lo que si observamos que cada primavera nos está pasando lo mismo o que tenemos reacciones con animales o con ciertos alimentos y medicamentos, yo creo que es el momento de consultar.
Alergia, la nueva epidemia
La doctora Paula Ribó acaba de publicar el libro Alergia, la nueva epidemia. Una guía para entender, prevenir y combatir las enfermedades alérgicas (Ed.Alienta), donde habla en detalle de este trastorno de salud.
“Con la ayuda de las personas bonitas que tengo alrededor,
me planteé qué podía aportar yo como alergóloga a la comunidad digital, así
como las necesidades de los pacientes a la hora de buscar información fiable
sobre sus alergias. Sin saber cómo, me convertí en divulgadora social, sobre
todo en mi cuenta de Instagram y en mi página web, y también colaborando con
artículos de divulgación en el país, la revista lecturas, el semanal S Moda de
El País y algunas webs de divulgación médica. Mi objetivo como alergóloga es
ayudar a los pacientes para que vivir con alergia sea más fácil”.
Doctora Paula Ribó.
Temática: Salud/Ciencia
Colección: Alienta
Encuadernación: Rústica con solapas
Precio:17,95 euros.
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