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‘Buenos Aires’ en Salamanca, Nalda y Marchamalo, tres lugares que contribuyen a un mundo más sostenible, saludable y humano

Contribuir a un mundo más sostenible y por ende más saludable, no solo está en manos de grandes corporaciones o proyectos de diversos organismos nacionales o internacionales. Existen pequeñas, pero a la vez grandes iniciativas locales, quizá menos conocidas globalmente tal vez por carecer de un plan de marketing que las promocione o por otros múltiples motivos, pero no por ello menos relevantes. Este es el caso de tres grandes proyectos que se realizan en distintos puntos de la geografía española: Salamanca, Nalda (La Rioja) y Marchamalo (Guadalajara). 

Sostenibilidad y salud

Sostenibilidad y salud, un vínculo intrínseco

En 1987, Naciones Unidas usó de forma oficial el término de desarrollo sostenible en un informe elaborado por la Comisión Brundtland. La sostenibilidad se definió por aquel entonces como el conjunto de acciones que satisfacen “las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias”.

Ana Rodríguez Calas
, consultora de RSC y Agenda 2030, explica en un artículo para New Medical Economics, que este término se refiere a “la capacidad de mantener un equilibrio armonioso entre los recursos naturales, el medio ambiente y las necesidades humanas a medio y largo plazo”. Añade además que en el ámbito de la salud “la sostenibilidad es crucial, ya que un entorno natural saludable es esencial para el bienestar de las personas”. 
Un entorno natural saludable es esencial para el bienestar de las personas.
Después, en 2015, se establecieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), siendo el número tres el que se centra en la Salud y el Bienestar, pero realmente todos los demás están interconectados a este, pues buscan en definitiva cumplir con esta definición de sostenibilidad. Esa armonía entre el medio ambiente y el bienestar de la humanidad. 
 
Huertas sostenibles
Huertas sostenibles gestionadas por Asdecoba.

Barrio marginal y alimentación sostenible en Salamanca

Cuando aún no se habían establecido los ODS, en España surgieron iniciativas en el siglo pasado que ya estaban adelantándose, sin saberlo, a estas metas tan presentes a día de hoy. Nos referimos a la Asociación Desarrollo Comunitario Buenos Aires (Asdecoba), llamada así en referencia al barrio salmantino de Buenos Aires que surgió en esta capital en 1983. Con el tiempo y por diversas circunstancias, se convirtió en un área marginal compuesta de una población de bajos recursos económicos y culturales, con problemas de drogas, autoestima, delincuencia, etc.

En este contexto y con diversos objetivos surgió Asdecoba, que desde sus orígenes ha buscado promover la mejora de la calidad de vida y de las relaciones en esta comunidad. Para ello ha aportado y lo sigue haciendo variadas soluciones a los problemas existentes en el barrio de Buenos Aires y zonas limítrofes. Dentro de estas, destacan algunas iniciativas sostenibles, tal y como nos ha explicado Emiliano Tapia, coordinador de estas actividades y párroco de la iglesia del barrio, desde donde se promueven estas y otras acciones.

Proyecto Manos Verdes Asdecoba
 Proyecto Manos Verdes.
 
El proyecto 'Manos Verdes', que se inició en torno al año 2009, es un claro ejemplo de economía circular, respetuosa con el medio ambiente y que además ayuda a personas vulnerables: “Una de las líneas que hemos usado como herramienta de recuperación de la vida de la gente de la calle, de la cárcel, además de acompañar a personas mayores que no pueden acceder a una comida saludable cada día, es todo el tema de la alimentación sostenible”. En este sentido, disponen de dos catering que gestiona la organización y desde los que proporcionan comida a las personas más desfavorecidas. Por un lado, está el catering urbano que surgió entre el año 97 y 98, y, por otro, el catering rural, que empezó a funcionar en torno al 2009-2010. 
Hemos recurrido a la alimentación sostenible para ayudar a personas vulnerables.
Para ejecutar 'Manos Verdes' recurrieron a unas huertas ubicadas a 18 kilómetros de Salamanca, unos terrenos sin utilizar, cedidos por sus propietarios. “De esta manera damos trabajo y a su vez el excedente que producimos lo empleamos para nuestros catering. Se trata de una línea de trabajo transversal de nuestro acompañamiento a personas de la calle, en cuanto que el trabajo en la huerta les sirve para recuperar su vida. El producto transformado se envasa, se dispone de él durante todo el año y lo que es necesario para el día a día se prepara para una comida destinada a personas mayores en situación precaria”. 

Iniciativas locales sostenibles
 Servicio de catering de Asdecoba.
 
Emiliano Tapia cuenta además que todo el trabajo de huerta que hacen lo han incorporado en la dinámica de la agroecología, por lo tanto, en el ámbito del respeto del medio ambiente, de las personas y de todo lo que conlleva y significa la utilización de la tierra de forma sostenible. “La última línea que hemos incorporado es de compostaje, pero la anterior fue la de energía solar y anteriormente el riego por goteo porque nos parece que supone un ahorro importante de agua. A su vez todo esto implica contactar con gente, con pueblos y generar esta dinámica en la que nosotros creemos”. 
Son proyectos muy conectados y transversales.
Otra de las iniciativas que han puesto en marcha recientemente ha sido la de retomar una panadería que iba a cerrar. “La alquilamos con la intención de seguir sirviendo el pan a los pueblos de alrededor y a la vez incorporarlo en nuestros catering, ya que elaboramos entre 1400-1500 comidas diarias. Ahora estamos mirando si podemos incorporar la siembra de espelta para hacer panes especiales”.

Para el párroco se trata de “proyectos muy conectados, transversales, con unas opciones claras detrás”. Un claro ejemplo de economía circular que además ayuda a personas en distintas situaciones vulnerables y que fomenta el bienestar y la salud no solo física sino mental de sus protagonistas. 
 
Alimentación sostenible
 Panadería, recuperada por Asdecoba.

Club de consumo en Nalda

De forma similar trabajan en la Asociación El Colletero que realiza acciones enfocadas a un desarrollo sostenible y equitativo en el pueblo de Nalda (La Rioja). Detrás de sus orígenes está un grupo de unas diez mujeres que se embarcaron en este proyecto de forma casual. Todo surgió a raíz de la formación de la Asociación de Protección y Promoción del Patrimonio de Nalda, que se constituyó para recuperar una talla que robaron en la iglesia del pueblo. Después derivó en un proyecto para generar empleo y promover el desarrollo rural.

Así salió adelante una de sus iniciativas que también se basa en el uso de huertas cedidas por vecinos y vecinas del pueblo. Raquel Ramírez, socia fundadora, voluntaria adjunto a la gestión, y una de las 10 mujeres al frente de esta asociación, explica que establecen un círculo entre la producción y el consumo. “Por un lado tenemos un proyecto de producción con gente que está aprendiendo agricultura para el relevo generacional y también con inmigrantes que realizan cursos en nuestras propias tierras. Luego, hay personal contratado que lleva adelante la huerta. Lo que producimos en esta y lo que tienen las cooperativas de nuestro alrededor lo comercializamos en una tienda propia”.

Consumo sostenible
 Club de consumo Huerta del Iruega.
 
Este formato es lo que llaman Club de Consumo Huerta del Iruega, que en la actualidad está constituido por 200 socios que consumen una cesta quincenal o semanal. Cerca del 15% pertenecen a Nalda y el resto son de Logroño. Con estas personas tenemos un acuerdo de permanencia que implica consumir por lo menos una vez al mes. Normalmente hacemos unas 80 cestas. Esta iniciativa está dentro del kilómetro cero, es de la zona y de cooperativas y los residuos vuelven al campo y se transforman en otro formato a través del cual hacemos mermelada”, añade Ramírez. 
Nuestras huertas sostenibles están constituidas por un mosaico de personas.
Asegura que las huertas están constituidas por un mosaico de personas, desde gente del pueblo hasta inmigrantes o población de etnia gitana. “Llevamos funcionando 25 años y hemos acogido a toda la gente que ha venido de las crisis económicas ofreciéndoles en ocasiones empleo, y al mismo tiempo hemos conseguido aflorar mucha economía sumergida. En realidad, involucramos a todo el pueblo a través de una red de apoyo en la que cualquiera que lo desee puede participar. Por ejemplo, en este sentido, mantenemos alianzas diversas como con el pastor de ovejas con el que llegamos a un acuerdo para hacer pastoreo. Ofrecemos nuestros servicios a todo el mundo”. 

Huertas sostenibles Nalda
  Huertas sostenibles en Nalda.
 
No distinguen entre hombres y mujeres, aunque poseen alguna actividad enfocada solamente a ellas: ciertos talleres específicos y algún proyecto solo para mujeres desfavorecidas apoyado por las instituciones públicas. En paralelo, han desarrollado una comunidad cuidadora que ofrece ayuda a domicilio, junto a otras iniciativas todas relacionadas con los ODS. 

Huertas de consumo Huertas del Iruega

Club de Consumo de El Colletero.

Rutas saludables en Marchamalo

Otra iniciativa local destinada a cuidar la salud de la población a la par que promociona el entorno y su cuidado, parte de Marchamalo, un pueblo de Guadalajara. Nos referimos a sus 10 rutas saludables, una idea que surgió en el año 2017 de la mano de la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento y la mesa local de deporte en la que están representados todos los centros educativos de la localidad. 

Las rutas presentan distintos grados de dificultada y son accesibles.
“Empezamos a pensar qué cosas sencillas se podían hacer para mejorar la salud de la gente a la par que cuidamos nuestro entorno e involucramos a la comunidad educativa. Todo ello también para trasladarlo a niños pequeños, padres, familias… Entonces se gestó el proyecto ' 'En Marcha por tu salud' y comenzamos a trabajar en ello”, cuenta Rosana Solano, la actual concejala de deportes de Marchamalo. 

Inciativa sostenible en Marchamalo
Ruta saludable en Marchamalo.

El 31 de marzo de 2017, como fruto de esta propuesta se inauguraron las rutas. Se trata de caminos accesibles, con dificultades desde muy bajas hasta exigentes. Las rutas suman en total unos 60 kilómetros. Hay una de 1,8 km, otra de 2,2 km y la más larga es de 15,4 km, que sube más por la parte del monte. En los carteles se indica el tiempo estimado en función de cómo se haga (andando, corriendo o en bici), el nivel de dificultad de la ruta y la condición física. Hay rutas fáciles que se pueden hacer con niños, y en las más largas es aconsejable tener una condición física media o elevada. Por lo tanto, el usuario sabe a qué se enfrenta y las condiciones. 

Rutas sostenibles Marchamalo Paneles de las rutas saludables.

Durante su elaboración se contó con el apoyo de Asociación Fagus con el objeto de mostrar en los carteles la fauna que rodea a cada ruta y qué tipo de plantas hay en el entorno. “Te puedes encontrar culebras de herradura, pájaros… Se busca dar a conocer nuestro patrimonio natural y darle valor porque muchas veces los tenemos al lado y no lo conocemos”, indica Rosana Solano.

Las rutas están habilitadas todo el año, pero el Club Triatlón de Marchamalo organiza el 'Desafío de las rutas saludables'. “Este año ha sido el quinto que se ha puesto en marcha y cada año hay más adeptos. Vamos sumando gente. Este reto, que suele acontecer después de las fiestas patronales del 15 de mayo, consiste en hacer ocho de las diez rutas en tres semanas. Para certificar este hito se debe enviar un documento gráfico a una dirección de correo electrónico. A todos los inscritos se les entrega un detalle inicial que puede ser una visera, una riñonera… y a los que terminan una camiseta”. 

Marchamalo proyecto saludable

La concejala asegura que al margen de este evento anual, las rutas las hacen habitualmente personas que no son solo del pueblo, también se acercan de Guadalajara y otros pueblos de alrededor. “Las disfrutan todo tipo de personas que es lo que buscábamos y cada año tienen más aceptación”, concluye. 

 

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