Las motivaciones que hay detrás de un acercamiento a la
cirugía estética son muy variopintas. La imagen externa es hoy en día un
elemento que tienen en cuenta en determinados puestos de trabajo y este aspecto
es lo que lleva a algunas personas a someterse a determinados tratamientos. Según
los resultados de una encuesta realizada por la Sociedad Catalana de Cirugía
Plástica Reparadora y Estética (Sccpre), el 30 por ciento de las operaciones se
realiza por motivos laborales.
El doctor Moisés Martín Anaya, director de la Clínica Martín Anaya de Madrid,
ha declarado a la agencia de noticias Europa Press, que se muestra disconforme
con esta motivación. En su opinión, un paciente "tiene que operarse por
sentirse bien consigo mismo, por estar psicológicamente estable y por ver que
el espejo devuelve una imagen con la que se está de acuerdo". Pero al
margen de las motivaciones que debería haber, el experto reconoce que las
intervenciones de este tipo sirven en esas situaciones laborales, "es algo
que no se puede negar".
Por su parte, el doctor Junco, propietario
de la clínica que lleva su nombre, asegura que en su consulta
estos requerimientos los viven como algo más anecdótico. "Lo cierto es que independientemente de la época que estamos viviendo,
siempre ha habido gente que por su trabajo, ha querido perfeccionar partes de
su cuerpo o rostro ya que viven de su imagen. La mayor parte de nuestros
pacientes busca sentirse a gusto con ellos mismos y es cierto que cuando las
personas mejoran estas partes de su cuerpo que les acomplejan o les provocan
ciertas inseguridades o malestar, al corregir el problema, se sienten mejor con
ellas mismas, rinden más en su trabajo, al igual que mejoran en otros aspectos
de su vida, relaciones, etc.".
Por ultimo, Martín Anaya considera que el hecho
de que la estética se extienda o generalice no es un problema, lo
verdaderamente preocupante es que "uno
se pueda operar de todo, por cualquiera y en cualquier sitio".
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