Historias para no dormir
Muxía es uno de los sitios más visitados de la Costa da
Morte debido al Santuario da Virxe da Barca. La leyenda cuenta que el apóstol
Santiago recibió la visita de la Virgen María en una barca de piedra y desde
entonces, frente al monasterio, se aprecian sus restos. Además, la imaginación
ha dado a cada roca una figura que guarda una historia detrás.
También hay una escultura gigante fraccionada por la mitad
que simula el fatídico hundimiento del Prestige.
El camino prosigue entre más playas hermosas y medio
salvajes hasta alcanzar la ría de Camariñas. Este pueblo de pescadores conocido
por sus palilleiras, mujeres que se dedican a hacer encajes de bolillos con una
curiosa técnica (esto se verá en varios puntos de la zona). También son de
renombre sus fiestas en honor a la Virgen del Carmen, el 16 de agosto, donde
ésta sale en procesión mientras en agasajada por la llamada Danza de Arcos,
realizada por los mozos del lugar al son de las gaitas. Después se la lleva en
barco hasta la vecina Muxía.
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Fiestas del Carmen |
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Danza de arcos |
A partir de este momento, comienza lo más abrupto del
paisaje. Cabo Vilán, un precios paraje natural, acoge un faro y es el comienzo de lo que se considera como
la zona más crítica de la Costa da Morte. Precisamente, un edificio anexo al
faro recoge en varios mapas los naufragios acaecidos en la costa. También hay
unas maquetas de distintos edificios emblemáticos. En este saliente, hay
rincones donde el viento sopla con tal furia que tienes la sensación de que te
va a raptar con su potente soplo.
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Cabo Vilán |
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Molinos de Cabo Vilán |
La carretera sin asfaltar continúa dejando atrás a los
incansables molinos de viento que mueven sus aspas sin descanso azuzados por el
huracanado aire. La playa de los Trece recuerda con su escalofriante nombre que
allí perecieron ese número de marineros y cerca, el cementerio de los ingleses,
rememora otra desgracia. Allí está enterrada la tripulación del barco inglés
The secret que se hundió en ese punto en el año 1890.
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Playas de Cabo Vilán |
Más adelante destaca Camelle, otro pueblo pesquero que
sobresale principalmente por acoger la triste historia del alemán Manfred
Gnädinger, coloquialmente, Man. Dicen algunos lugareños que este personaje
vivió como un ermitaño desde que llegó al lugar y sufrió mal de amores. En su
soledad erigió su casa al borde del mar mientras esculpía esculturas con las
rocas. En diciembre de 2002, murió de pena. El chapapote ocasionado un mes antes por el
hundimiento del Prestige, tiñó de negro sus creaciones. La tristeza por la
catástrofe acabó con sus ganas de vivir.
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Creaciones de Man |
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Creaciones de Man |
Ahora su casa está envuelta en plásticos, sujetos por varias
cuerdas cruzadas para impedir que se vuelen y dejen a la intemperie su casa.
Pese a los esfuerzos de algunos vecinos por conservarlo, el paraíso de Man no
se ha librado de destrozos proferidos por algunos desalmados. Ha habido
intentos de acondicionar el lugar para el turismo, pero parece ser que hay
gente que no está interesada, según me contaron algunos lugareños.
Hoy día los voluntarios de la Fundación Man han conseguido
que se respete algo más, sin embargo los restos de basura que rodean el lugar
reflejan la situación.
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Casa de Man |
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Creaciones de Man |
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Cuerpo de Man hundido sobre el cemento |
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