Hoy os dejamos una entrevista que hemos hecho a un psicólogo sobre los beneficios de tener un hobby. Ahora que llega el buen tiempo es interesante buscar maneras de ocupar el tiempo libr y qué mejor manera de tener un hobby, ¿no?
Un hobby más allá de ser
una actividad que entretiene es realmente una forma de ayudar a mejorar la
salud física y mental, estimulando y favoreciendo el bienestar y el equilibrio
personal.
¿Cuáles son los
beneficios?
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Sirven para ampliar y desarrollar nuestras capacidades, y nos
permiten conocer nuestras virtudes, así como para aceptar y reírnos de nuestras
limitaciones.
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Nos ayudan a “desconectar de la rutina diaria". ¡Dan color a la
vida!
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Son perfectos contra la depresión, la ansiedad, ya que actúan
como reforzadores, fuentes de bienestar.
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Ayudan a prevenir enfermedades como el Alzheimer. Los hobbys nos
plantean nuevos restos que mantienen activas áreas cerebrales que no utilizamos
en el resto de nuestras actividades mentales. Pura gimnasia mental.
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Fomentan la disciplina, la creatividad y la sana competencia.
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Contribuyen al equilibrio mental y al autodominio.
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Mejoran la vida social y la calidad de vida. Disminuyen
el sentimiento de soledad y de aislamiento social, sobre todo si se practican
en grupo.
Tener un hobby también
puede tener una parte negativa y es que se convierta en una obsesión, ¿cómo impedir que éste se
convierta en algo "negativo"?
El extremo es lo contrario al equilibrio, en cualquier área,
también en lo que respecta a los hobbys. Si nos movemos en un extremo, perdemos
el equilibrio y nos caemos al suelo: el hobby ha dejado de sentarnos bien.
En el Centro de PsicologíaLópez de Fez en Valencia proponemos algunas ideas prácticas para impedir que un
hobby se convierta en algo negativo:
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Asignar unos tiempos concretos en la agenda diaria dando paso
también a otras actividades y compañías necesarias para nuestro equilibrio
vital y emocional.
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Y si en algún momento alguien nos indica que nos echa de menos
porque dedicamos demasiado tiempo al hobby, prestar atención a este cometario:
¡es hora de reajustar los tiempos!
Por supuesto que sí, siempre y cuando el hijo también se sienta
identificado con el hobby en concreto. Nunca a la fuerza. Para ello es
recomendable introducir al hijo de forma gradual en la afición para evitar
empachos y saturaciones prematuras.
Compartir un hobby con los hijos fortalece el vínculo afectivo y
es una oportunidad de oro para el “modelado” de aprendizajes de distinta índole
y naturaleza: tolerancia a la frustración, capacidad para resolver problemas,
tomar decisiones, marcarse objetivos y cumplirlos sin dispersarse, superación
personal, paciencia, etc.
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