Sabemos que existen distintos tipos de piel, pero muchas veces desconocemos en qué categoría situar la nuestra. La experta en estética Claudia di Paolo nos da las claves para diferenciar las distintas clases de piel. De esta manera, podremos indentificar la nuestra y comprar cosméticos adaptados a ella.
Tipos de piel
A continuación te describimos las principales características de cada tipo de piel, según Claudia di Paolo:
Piel seca
Es una piel apagada, sin poros visibles. Sin grasa ni brillo, fina y en la que se pueden apreciar pequeños vasos capilares. Al carecer de lípidos o grasa suficiente la piel puede volverse áspera al tacto y llegar a descamarse y agrietarse. Este tipo de piel es más propensa a tener arrugas de expresión alrededor de labios y ojos.
Piel normal
De apariencia mate, sana, con poros pequeños que no suelen apreciarse. Es una piel tersa, aterciopelada que si la cuidadmos bien evitamos que se deshidrate, retrasando la aparición de arrugas.
Piel grasa
Tiene aspecto untuoso, graso. La piel brilla y sus poros son abundantes y dilatados. Es importante mantenerla hidratada (como en todos los tipos de piel). Al ser una piel engrosada tiene mayor tendencia a que aparezca algún grano o espinilla, por eso hay que recurrir a tratamientos seborreguladores.
Suelen tener menos arrugas, pero la tendencia a la flacidez es mayor.
Piel mixta
Esta piel suele ser grasa en la “zona T” (frente, nariz y barbilla), y normal o seca en el resto (mejillas y bordes laterales).
En frente, nariz y barbilla suelen verse poros abiertos; la piel en esa zona es más gruesa, untuosa y brillante.
Ha de cuidarse con productos no grasos pero vigilando esa grasa de la "zona T" e hidratando el resto.
Es una piel apagada, sin poros visibles. Sin grasa ni brillo, fina y en la que se pueden apreciar pequeños vasos capilares. Al carecer de lípidos o grasa suficiente la piel puede volverse áspera al tacto y llegar a descamarse y agrietarse. Este tipo de piel es más propensa a tener arrugas de expresión alrededor de labios y ojos.
Piel normal
De apariencia mate, sana, con poros pequeños que no suelen apreciarse. Es una piel tersa, aterciopelada que si la cuidadmos bien evitamos que se deshidrate, retrasando la aparición de arrugas.
Piel grasa
Tiene aspecto untuoso, graso. La piel brilla y sus poros son abundantes y dilatados. Es importante mantenerla hidratada (como en todos los tipos de piel). Al ser una piel engrosada tiene mayor tendencia a que aparezca algún grano o espinilla, por eso hay que recurrir a tratamientos seborreguladores.
Suelen tener menos arrugas, pero la tendencia a la flacidez es mayor.
Piel mixta
Esta piel suele ser grasa en la “zona T” (frente, nariz y barbilla), y normal o seca en el resto (mejillas y bordes laterales).
En frente, nariz y barbilla suelen verse poros abiertos; la piel en esa zona es más gruesa, untuosa y brillante.
Ha de cuidarse con productos no grasos pero vigilando esa grasa de la "zona T" e hidratando el resto.
Piel sensible o reactiva
Es frágil y fina. Se suele secar con facilidad y reacciona frente a estímulos: físicos (viento, frío, radiación..), químicos (jabones, cosméticos, contaminación..), psicológicos (estrés, nervios..) , hormonales (ciclo menstrual, embarazo…).
En general, presenta tirantez, rojeces, picor, ardor. El sol suele generar en estas pieles picor y eritema. Necesita productos y tratamientos específicos para pieles sensibles.
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