Entrevista al dermatólogo Pedro Jaén: “Buena parte de las enfermedades dermatológicas se agravan por el estrés y esta pandemia ha causado mucho en la población”
La piel es el órgano más extenso que posee nuestro organismo, y al mismo tiempo resulta ser el más vulnerable pues actúa como una barrera frente al exterior. Este sistema protector evoluciona a medida que crecemos y en cada etapa de la vida necesita unos cuidados específicos. El prestigioso dermatólogo Pedro Jaén acaba de publicar Una piel para toda la vida (Ed. Espasa). Se trata de una guía muy completa, de lenguaje claro y directo, con todos los aspectos fundamentales para cuidar la piel en distintos momentos de la vida así como en circunstancias concretas como el embarazo o la menopausia, entre otros.
Para conocer más detalles sobre los problemas dermatológicos actuales (como los derivados del uso de la mascarilla) y saber cuáles son los aspectos más relevantes del cuidado de la piel, Claves de Mujer ha entrevistado al doctor Pedro Jaén.
Entrevista al dermatólogo Pedro Jaén
¿Qué patologías dermatológicas se están viendo con más frecuencia en los últimos años?
El acné es, sin duda, la patología más frecuente en las consultas de un dermatólogo. Por detrás le siguen la psoriasis, la dermatitis atópica, los eccemas de contacto, el vitíligo o la rosácea, aunque no necesariamente en ese orden. También son bastante frecuentes la hiperhidrosis (exceso de sudoración) y las infecciones por hongos.
La incidencia de estas patologías siempre ha sido más o menos la misma, pero desde que comenzó la pandemia por coronavirus lo que más estamos viendo es el denominado maskné (acné asociado al uso continuado de la mascarilla), efluvio telógeno postcovid (caída del cabello transitoria) y el agravamiento de patologías dermatológicas previas, como la psoriasis, el acné, la rosácea, la dermatitis y otras muchas, ya que buena parte de las enfermedades dermatológicas se agravan por el estrés y esta pandemia ha causado mucho en la población.
¿A qué se debe este incremento?
El uso continuado de la mascarilla provoca una oclusión en una zona amplia de la cara y favorece la acumulación de humedad. Esto altera el microbioma cutáneo y causa la aparición de eccemas, granitos, irritación… alrededor de la nariz y la boca.
Por otro lado, el uso del gel hidroalcohólico está causando muchos problemas en la piel de las manos porque el alcohol es un agente irritante que provoca sequedad, descamación… e incluso grietas en la piel.
Finalmente, el estrés no es causante directo de las enfermedades de la piel, pero agrava la mayoría de ellas.
¿Es cierto que las mascarillas han provocado la aparición de algunos problemas dermatológicos en la piel del rostro?
Sí. Tal y como hemos mencionado, el roce y el efecto oclusivo de la mascarilla causa maskné y eccemas peribucales.
¿Qué se debe hacer en el caso de tener estos trastornos a consecuencia de las mascarillas? ¿Se pueden prevenir?
Lo mejor es usar mascarillas de un tejido suave, cambiarlas con frecuencia, quitársela siempre que sea seguro para favorecer la circulación del aire en la zona de la cara y reforzar la pauta de limpieza de hidratación con productos adecuados.
¿Cuáles son los cuidados básicos que debe mantener un adulto para mantener una piel sana?
Limpieza, hidratación y fotoprotección.
La limpieza es básica para mantener la piel libre de residuos y fundamental para que los productos y cosméticos que apliquemos después actúen como se espera de ellos.
La hidratación es fundamental para mantener la piel suave y elástica porque cuida la barrera cutánea (manto protector que recubre nuestra piel, que evita la pérdida de humedad y que entren agentes nocivos).
La fotoprotección es esencial todos los días del año para evitar los daños de la radiación solar, principal causa del fotoenvejecimiento y del cáncer de piel. El sol es quizá el mayor enemigo de nuestra piel y el fotoprotector el cosmético más importante.
La piel de las mujeres es distinta a la de los hombres, ¿deben por ello someterse a otras rutinas? Si es así ¿cuáles serían?
A pesar de los mitos que existen en torno a la piel masculina, lo cierto es que las amenazas externas a las que se enfrenta son las mismas que las que perjudican la piel de las mujeres. Las claves básicas para cuidar la piel de los hombres, por lo tanto, son muy parecidas:
- Protección solar de amplio espectro todos los días del año. También si se lleva barba porque el vello facial no protege de la radiación nociva.
- Limpieza mañana y noche para retirar grasa, restos de contaminación, sudor… e hidratación posterior.
- Afeitado. Hay que hacerlo con cuchillas de calidad que apuren el vello sin lesionar la piel y usar cosmética calmante para evitar irritaciones o cortes.
¿Por qué considera que, en general, la piel no es un aspecto que se vigila tanto en el cuidado de la salud?
Hay varios factores que pueden contribuir a restarle importancia a la salud de la piel. Por un lado, hay patologías que siguen percibiéndose como alteraciones puramente estéticas, como el acné o la psoriasis, cuando en realidad tienen implicaciones mucho mayores (por ejemplo, la psoriasis está relacionada con un mayor riesgo cardiovascular).
También hay modas, como el bronceado, que no son saludables para la piel y a pesar de todo perduran y se potencian. Por otro lado, nos encontramos con la dificultad añadida de que la piel tiene memoria. Aunque es una frase que los dermatólogos repetimos constantemente, lo cierto es que durante la adolescencia nos olvidamos de que el daño que hace el sol en la piel se paga muchos años después y no lo tenemos en cuenta.
¿Cuál ha sido su finalidad al escribir esta guía?
Una piel para toda la vida es un libro divulgativo. Estamos convencidos de que no hay mayor enemigo de la salud que la ignorancia y por eso la intención del libro es aportar algo al conocimiento de las personas sobre cómo es su piel, cómo deben cuidarla y cómo pueden evitar los diferentes problemas que les pueden acontecer a lo largo de la vida.
Falsos mitos sobre la piel adulta que aparecen en libro
Uno de los apartados de Una piel para toda la vida, que resulta bastante interesante, es aquel que recoge las verdades y mentiras o los falsos mitos más frecuentes sobre la piel adulta. A continuación, te reproducimos algunos de ellos:
Reírse mucho te arruga más deprisa. Verdadero.
El doctor asegura que más que reírse lo que arruga es gesticular mucho. Las personas muy expresivas generalmente mueven a menudo la musculatura de la cara, sobre todo la de alrededor de los ojos, la boca, la frente y el entrecejo. Esto hace que la piel por encima de ella acabe plegándose y forme arrugas muy marcadas.
Hay que cambiar de cremas periódicamente porque tu piel se acostumbra. Falso.
Los motivos para cambiar de crema responden a las necesidades de la piel en cada momento: por la aparición de una patología, la edad, el cambio de clima…
El estado de la piel depende solo de la genética. Falso.
El dermatólogo explica detenidamente que si bien es cierto que la genética juega un papel muy importante en la salud en general y en el estado de la piel en particular, hay otros factores que influyen en su estado.
“La comunidad científica estima que el genoma juega un papel importante en el desarrollo y progresión de numerosas patologías, pero que su peso específico es menor del esperado situándose en un 20%, mientras que el 80% restante depende de factores ambientales”.
Una misma crema vale para todo. Falso.
Esta afirmación no es real porque las características de la piel no son las mismas para todo el cuerpo, así pues “los productos que apliquemos para su cuidado tampoco deben serlo si buscamos un resultado óptimo”.
Aplicarse crema solar es suficiente. Falso.
Considerar que la crema solar es suficiente para evitar los daños de la radiación proveniente del sol, es otro de los errores más habituales en cuanto a fotoprotección. Esta conducta se debe complementar con “otras medidas de barrera como ropa larga, viseras, gafas de sol, gorras, sombreros de ala ancha…, que proyecten sombra sobre zonas de nuestro cuerpo especialmente vulnerables, como la nariz, las orejas, la nuca o la frente.”
¿Cuál es el contenido de la guía 'Una piel para toda la vida'?
El libro Una piel para toda la vida, está dividido en varios capítulos donde se abordan temas específicos. A continuación, te mostramos un resumen del índice. Verás que se trata de una guía muy completa, y que te puede resultar muy útil para cuidar tu piel y la de tus seres queridos.
La piel del bebé: aquí encontrarás numerosos consejos sobre cómo cuidar la piel del recién nacido.
La piel del niño: te explica qué productos específicos debes utilizar en esta etapa, todo sobre la dermatitis atópica, las heridas o acerca de los piojos y sus mitos, entre otros.
La piel adolescente: habla del acné y su tratamiento, de los cuidados generales de la piel y el cabello, y de otros aspectos relacionados con estas edades como los tatuajes y los piercings.
La piel en la edad adulta: cómo es el envejecimiento celular, el exposoma (todo lo que nos ayuda o perjudica desde fuera), la restauración de volúmenes, la piel masculina, la paradoja de la vitamina D o mentiras y verdades relacionadas con este momento de la vida, son algunos de los temas que trata en este apartado.
La piel durante el embarazo: los cambios que se producen, las estrías, el melasma, dermatosis propias de este periodo, mitos de la piel y el pelo…
Tricología: explica los tipos de alopecia que hay, los tratamientos más adecuados y lo que realmente funciona, junto a otros aspectos.
Enfermedades dermatológicas más allá de la piel: vitíligo, rosácea y psoriasis.
Menopausia: cuidados específicos de la piel y un enfoque positivo sobre esta etapa de la mujer.
La piel del adulto mayor: igualmente se centra en cuidados y tratamientos, y se focaliza en las manchas, además de desmentir algunos mitos frecuentes.
Cirugía, mucho que decir: en este apartado menciona distintos tratamientos estéticos como por ejemplo aquellos que utilizan la grasa propia, la bichectomía o el lifting del labio superior.
Por último, dedica una sección entera a diez tipos de ácidos, entre ellos, el ácido hialurónico, el ácido glicólico o el ácido kójico. De cada uno de ellos explica su origen y para qué se emplean.
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