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Entrevista a Cristina Soria: “No son tiempos fáciles, pero yo siempre abogo por tener la actitud, el empeño y la esperanza de que podemos salir si queremos”

La coach Cristina Soria, que también colabora en el programa Sálvame de Telecinco, acaba de publicar Saca lo mejor de ti (Ed. Espasa). Es su sexto libro, y en él además de contarnos facetas de su propia experiencia vital, desde su pasión por el periodismo hasta su dedicación actual, el coaching, nos aporta pautas para mejorar nuestro día a día, salir adelante ante situaciones adversas y conseguir las metas que nos propongamos. De todas esas cuestiones, además de pequeños retazos personales, es de lo que nos ha hablado en esta didáctica entrevista que ha mantenido con Claves de Mujer. 

 
Entrevista a Cristina Soria en Claves de Mujer
Cristina Soria ©nines Minguez (Editorial Planeta)

 

En este nuevo libro que acabas de publicar Saca lo mejor de ti, ¿es en el que más hablas de ti?

Sí, es en el libro en el que yo creo que más me abro. En Adiós, tristeza, también conté mi experiencia, pero en este algo más. Yo creo que cuando hablamos de desarrollo personal y trabajamos con personas es importante ser auténtico y quienes trabajamos en esto y hemos desarrollado nuestro propio camino, hemos avanzado y cambiado nosotros mismos y podemos aportar una perspectiva mucho más auténtica. Creía que era importante y por eso también hay testimonios de otras personas que han trabajado conmigo. Pensé que era esencial incluir como en un momento determinado de mi trayectoria personal, a través de la identificación de fortalezas, me di cuenta de la forma en que estas personas han estado presentes a lo largo de mi vida.


Quería demostrar que los demás muchas veces nos dicen que no podemos hacer cosas, nos ponen unos límites, un techo, y al final está en cada uno, de manera individual, el alcanzar sus sueños y la tenacidad para conseguir aquello que nos hemos propuesto.

¿Por qué a la gente le cuesta tanto encontrar sus fortalezas?

Yo pienso que en parte es producto de nuestra educación, cultura y valores. Estamos en una cultura en la que alabarnos y decir en lo que somos buenos, está mal considerado o visto así por los demás. Parece que podemos ser prepotentes o tenemos soberbia. Reconocer que tenemos ciertas cualidades o recursos hace creer que miramos a los demás por encima del hombro. Eso no es así. Todos tenemos recursos: bien hemos nacido con ellos, bien los hemos adquirido con la experiencia, y es bueno reconocerlos desde la humildad y ponerlos en práctica. Incluso fíjate si es curioso que tal vez nosotros no reconozcamos las cosas que hacemos bien, pero que si alguien nos las reconoce parece que lo rechazamos… Es una falsa modestia y esto parece que nos hace mejores personas, pero es todo lo contrario. El reconocer esas cualidades, recursos y fortalezas, es algo que además ya se está trabajando en la educación con los niños más pequeños, es bueno porque nos hace estar mucho más seguros, tener una mayor autoestima, saber con qué contamos en la vida para superar obstáculos…

El cerebro está programado para ver lo negativo, ¿por qué?

El cerebro está programado para que sobrevivamos y quiere sobre todo que respiremos. El cerebro no distingue lo que es verdad de lo que no, y además tiene esa tendencia de rellenar huecos en las historias, entonces ¿qué ocurre? Va como un piloto automático para él es más fácil quedarse con lo negativo, porque así no tiene que trabajar mucho ni gastar energía. Es verdad, que todo lo que nos ha dejado un sello emocional se nos queda siempre guardado, por eso a lo mejor hay olores que nos recuerdan a algunos momentos de nuestra infancia, nos acordamos de los veranos cuando estábamos con nuestros amigos y nos dejó el sello de la felicidad, y también de las cosas negativas, que nos dejan más sello, porque el cerebro lo guarda como algo importante para que sobrevivamos. Hay que guardarlo en esa parte del cerebro límbico para que cuando nos ocurra algo similar sepamos qué hacer ante una amenaza.

Estoy segura de que si pregunto qué se estaba haciendo cuando cayeron las torres gemelas el 11 S, en un porcentaje muy elevado no sabríamos responder. Porque era un hecho que no había ocurrido nunca en la historia, que en España vivimos en directo en los informativos, que conmocionó a todo el mundo y eso nos dejó un sello importante. Nos dimos cuentas de que estábamos en peligro. Lo mismo va a suceder con esta pandemia. Todos recordaremos qué paso con el coronavirus, dónde estábamos, si perdimos a seres queridos, cómo fue nuestro confinamiento, qué hicimos ese día en el que se cerraron los colegios… Nos creó un impacto emocional negativo con el siguiente mensaje: “Cuidado estamos en peligro, ¿qué va a pasar ahora?” 




Libro de Cristina Soria Saca lo mejor de ti


¿Qué diferencias reales existen entre el cerebro del hombre y de la mujer?


Fisiológicamente sí que hay diferencias, y es cierto que en las mujeres entre el hemisferio derecho y el izquierdo existen más conexiones que en el hombre. Al final es algo anecdótico. Nos preguntamos por qué pensamos diferente en muchas cosas o reaccionamos de forma distinta y yo creo que hay una base fisiológica importante relacionada. Lo que no significa que seamos mejores y peores, porque hay hombres que son muy emocionales, y hay mujeres que son más racionales, lo mismo que hay personas con tendencia a desarrollar una serie de capacidades. Por ejemplo, sí que es verdad que las mujeres tenemos una capacidad visual mucho más amplia que el hombre que tiene más limitación en ese campo visual. Eso es algo fisiológico.

¿Van más mujeres a tu consulta? 

 
Yo te puedo hablar de mi experiencia. Me llegan más mujeres que hombres. Es verdad que si históricamente miramos hacia atrás las mujeres siempre han tenido que sostener a la familia emocionalmente. Ahora las cosas han cambiado, nos hemos incorporado al mundo laboral, pero aun así la mujer ha estado pendiente de que los hijos crezcan emocionalmente, de cuidarles, manteníamos la casa, y esa carga siempre la hemos llevado más nosotras que ellos. Las cosas están cambiando. 


En mi caso me llega alguno que otro con temas personales, aunque son los menos, pero a la vez vienen cada vez más mujeres con objetivos profesionales, porque quieren ascender en su trabajo o por un cambio laboral, por volverse emprendedoras, sin embargo ellos sí suelen acudir a mi consulta más por asuntos laborales. No obstante, al final todo está interrelacionado pues se ha de trabajar no solo el ámbito profesional sino el personal también. No se pueden dividir. Si comparamos sí que hay más facilidad en el caso del sexo femenino, porque históricamente las mujeres nos abrimos más emocionalmente y contamos cómo nos sentimos, y lo hacemos sin ese pudor. A un hombre “ponerse a llorar delante de mí porque algo le está doliendo”, le cuesta más.

Se habla mucho de la meditación, pero ¿qué es? ¿Cómo se debe ejercitar?

Meditar no es dejar la mente en blanco. Yo cuando empecé a meditar me sentía muy frustrada porque mi cabeza no para. Entonces pregunté a mis profesores y ellos me dijeron que empiezas a meditar en el momento en el que te viene un pensamiento y lo apartas. Aquí es cuando estás meditando. Al final meditar es un trabajo donde se utilizan muchas técnicas. Yo la practico a través de la respiración, pero no puedes evitar que aparezcan pensamientos. Lo que yo hago en ese momento es concentrarme en la respiración y cuando aparecen esos pensamientos los aparto y sigo concentrándome en mi respiración. 


Aspirar a dejar la mente en blanco es muy difícil, por no decir imposible. Hay muchas maneras, pero si esa meditación vale para estar concentrado en mí, para ver cómo me siento, las emociones que tengo en ese momento corporalmente, cuáles son los pensamientos que se encuentran más presentes en mí, ya he avanzado porque sé algo más de mí. De este modo, la meditación nos conduce a centrarnos más en algo, ya que aumentamos más la concentración. También a crear más redes neuronales, que nos van a otorgar una mejor calidad de vida, y a entrenar al cerebro para esos momentos en los que superar obstáculos, de modo que no pueda decirnos que no vamos a poder y que tengamos cuidado, sino vivir más el momento presente. 

Los grandes maestros de la meditación no solo lo hacen cuando están sentados con los ojos cerrados, sino al ir caminando por la calle. Tienen una capacidad tremenda. En cualquier caso, llámalo relajación, meditación, conexión contigo mismo… Es ese momento en el que identificas ese ruido mental que tienes. 


Entrevista a Cristina Soria
Cristina Soria ©nines Minguez (Editorial Planeta)


En el libro hablas de la importancia de visualizar las cosas antes de ejecutarlas ¿cómo te ayuda esta práctica realmente?

Me ayuda a que no me quedo con el pasado y traigo el presente. Realmente lo que haces con la visualización es traer el futuro al presente. Cuando yo me he planteado un objetivo o me he propuesto una meta tengo dos opciones, dejarme llevar por el pasado, los fracasos vividos, por los miedos que se tiene porque nos los inculcaron de pequeños, de modo que me dejo llevar por el pensamiento de que no voy a poder hacer nada y no seguir adelante, o me puedo proyectar visualizando ese objetivo final. Y si lo hago e identifico con todo tipo de detalles qué estoy haciendo, cómo me siento, de qué estoy rodeado…, podrás identificar las herramientas y recursos que han salido de ti para poder conseguirlo. Entonces empiezas a trabajar de una forma más emponderada. 


Además neurológicamente esto se ha demostrado. A un grupo de personas que tocaban el piano se les puso unos sensores para medir la actividad cerebral y a otro se les dijo que se lo imaginaran. En ambos casos se demostró que se pusieron en marcha las mismas áreas del cerebro, es decir, tanto si lo hago como si lo imagino. Eso significa que al imaginarme, al visualizarme, al llevar esa imagen de futuro al presente, el cerebro se está poniendo en funcionamiento como si ya lo hubiese conseguido, con lo cual va a ser más fácil llegar a ese momento. Además, es importante analizar qué me produce el haber conseguido ese objetivo, con lo cual estoy reconociendo esas emociones y estoy mucho más motivado.

¿Tú te imaginaste que de periodista ibas a ser coach?


No, jajaja, no me lo imaginé la verdad. Ahora sí que me visualizo. Todas las mañanas me hago un trabajo de visualización, cómo va a ser mi día y lo hago todos los días. En el ámbito más personal y también en el profesional. Pero te puede asegurar que en este caso en concreto el poder de la visualización no funcionó, ya que jamás me imaginaba que iba a acabar así. Y se lo digo a mi padre todavía menosLa vida te coloca en situaciones que no te esperas, al final vas consiguiendo cosas que no te imaginas. Ahora yo también tengo mi desarrollo y mis propias metas dentro del mundo profesional, de conseguir ciertas cosas, y sí que me funciona porque al final tengo la mente mucho más abierta.

Cuando visualizo, creo más oportunidades que si no me las planteo nunca. Imagínate que yo quiero visualizarme dando una conferencia ante 10.000 personas, ya que para mí es un sueño el poder hacerlo. Si yo no lo visualizo y analizo cómo me encontraría, que es lo que he tenido que conseguir para lograr aquello, creo que jamás va a pasar, si yo nunca veo las oportunidades de gente que me llega y puede ayudarme a conseguir ciertos pasitos porque mi mente no lo tiene planteado, no se lo imagina, no se da la oportunidad de que eso ocurra. A esas oportunidades que me surjan para conseguir el objetivo les diré que sí porque estaré abierta a ellas después de haberlas visualizado.


Firma de libros de Cristina Soria
Página web de Cristina Soria


Bueno, al final no has dejado del todo la comunicación ya que colaboras en la televisión, escribes libros…

Yo digo que soy una afortunada. Desde que era pequeña mi pasión era ser periodista, contar historias. Era la época de los grandes corresponsales de guerra y yo quería estar ahí. Luego me dije: “Pero pon los pies en la tierra, hay que establecer metas reales”. Sin embargo, me gustaba comunicar, sobre todo en la radio y disfrutaba, incluso cuando estuve en comunicación corporativa me encantaba relacionarme con los compañeros de prensa y exponerles las cosas, enseñarles los productos, hacer eventos...


Y ahora trabajando como coach pues salgo en la televisión, escribo libros, artículos en revistas… Esa faceta mía de comunicar no ha desaparecido, de modo que yo siempre he dicho que soy una privilegiada, porque tengo dos pasiones una desde niña y otra de mayor, que además puedo poner en práctica.

¿Qué consejo darías a las personas que han visto cómo sus vidas han dado un giro radical a consecuencia de la pandemia por el coronavirus Covid-19? 

 
Primero, hay que recibir todo lo que nos llega, es decir, si yo estoy llorando porque estoy triste aceptar esa tristeza que te llega, igual que el enfado o el miedo. Nos están diciendo algo de nosotros mismos, hay que recibirlos, sin juzgarnos mucho a nosotros, simplemente hay que continuar porque me están dando información sobre cómo soy yo, qué miedos tengo, qué desilusiones poseo. Esto hay que pasarlo, pero es importante saber que hay una parte fundamental para cambiar cosas que está de nuestra mano. No todo depende de nosotros, pero si yo adopto una actitud positiva, si sigo creyendo, sigo luchando, será mucho mejor que si me dejo llevar por la desidia, por la situación que me ha tocado vivir y que me ha llevado a perder muchas cosas tanto materiales como humanas. Luego, seguro que empiezas a plantearte nuevos objetivos, porque nos tenemos que seguir moviendo y no quedarnos con brazos cruzados: tengo que sacar mi familia adelante o pelear por mí, o seguir sacándome las castañas del fuego como sea.

Hay que pensar siempre en qué tienes tú para comenzar esa nueva vida y comenzar desde cero. No te centres solo en lo que te falta, porque si pensamos solamente en aquello que carecemos para conseguir lo que deseamos o para emprender un nuevo camino, va a convertirse en una traba importante. Esto es así porque siempre habrá cosas que no podamos cambiar, nos frustaremos y partiremos con esa idea de que cómo voy a hacer esto si ya no puedo. Siempre pregúntate qué tienes de base, cuáles son esas fortalezas para empezar y partir de cero.

Luego también hay otra manera, y es partir de la base de que ya sabes lo que te falta, no tengo dinero, tiempo, etcétera. Así, imagínate qué pasaría si tuvieras todo eso y qué te haría falta para tener todo eso, porque a lo mejor necesitas contactar con alguien, reunirte con una persona determinada, necesitas formarte en algo… Piensa qué pasaría si ya lo tuvieras. Es decir, se trata de no partir con ese lastre y centrarse más en el objetivo.

Estoy segura de que muchas personas van a tener que reinventarse, empezar desde cero, trabajar en cosas que jamás se imaginaron porque deben sacar su familia adelante. No van a ser tiempos fáciles pero yo siempre abogo por tener la actitud, el empeño y la esperanza de que nosotros podemos salir si queremos. Hay que luchar y saber que todos tenemos recursos.


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