Algunas curiosidades que debes conocer si viajas a Berlín

Berlín es una de esas ciudades europeas que hay que visitar una vez en la vida. La historia que guardan sus calles ya son motivo más que suficiente para recorrer esta urbe que en la actualidad apenas supera los 3,5 millones de habitantes. A día de hoy, es un lugar muy cosmopolita en el que se puede vivir cómodamente, pues no se encuentra muy masificada y dispone de una gran oferta cultural y de ocio.  A continución te cuento algunas curiosidades de Berlín, que descubrí gracias al guía que con el recorrí esta ciudad en una breve estancia. 

Berlín quedó totalmente marcada por la Segunda Guerra Mundial y el posterior levantamiento del muro en el año 1961. De hecho, hoy día esta realidad sigue latente en la ciudad a través de numerosos elementos. Uno de ellos es la línea de adoquines que decidieron dejan como señal de que por esa zona cruzaba el famoso muro. De este quedan algunos restos que se pueden apreciar en distintos puntos. Sin embargo, lo que se mantiene es solo una parte de cómo era en realidad, pues lo cierto es tal y como estaba construido era inquebrantable.

Realmente, se crearon dos muros que distaban entre sí de varios metros y en esa explanada que quedaba en el medio había minas, de modo que era imposible cruzarlo. Los primeros en intentarlo fallecieron inmediatamente. Después se buscaron otros métodos para intentar salir del Berlín oriental, como viajar a otros países comunistas y de ahí trasladarse a países con regímenes políticos diferentes.

Hay una zona en la que esa parte del muro que ha quedado para la posteridad se puede pintar de forma libre. Cada cierto tiempo lo limpian y los más creativos se dedican a darle color con sus ideas. 

 
 En general, gran parte de la ciudad se ha ido reconstruyendo a lo largo de todo este tiempo, porque quedó prácticamente destruida tras las Segunda Guerra Mundial, y hasta la caída del muro no se ha ido regenerando. Ahora, poco a poco va resurgiendo.

Muy pocos edificios se mantuvieron en pie, por eso algunos se han reconstruido. Los que sobrevivieron se mantienen tal cual y por ello se ven sucios. Y así han decidido mantenerlos para que se distingan y los habitantes y turistas sepan qué es lo que perduró tras la gran guerra. 

 

 

Berlín en bici

Es una ciudad ideal para ir en bici. De hecho, visitarla de este modo te permitirá ir mucho más rápido. Los coches y las bicicletas conviven en perfecta armonía. Los vehículos a motor son respetuosos con los de ruedas y con los peatones, a lo que dejan pasar sin problemas si están cruzando. De hecho, aunque sí hay semáforos (que las bicis deben respetar igualmente), apenas hay pasos de cebra, por lo que a veces no queda más remedio que atravesar la calzada de forma aleatoria. 

 

Berlín es una ciudad cosmopolita, interracial, intelectual, cultural… Tiene varios museos interesantes e incluso tres óperas. En ocasiones, hasta hay actuaciones al aire libre en pleno centro. Mi visita fue un poco rápida, así que espero volver para descubrir todo aquello que me quedó pendiente.