En junio de 2020, Marta Bustos Góngora, una joven de 24 años que en esos momentos se encontraba en Estados Unidos, sufrió un accidente doméstico mientras creaba sus propios jabones naturales. La mezcla de sosa cáustica, agua y aceite explotó durante la manipulación y abrasó su rostro. Sus córneas sufrieron graves quemaduras y se quedó ciega. Su historia se conoció rápidamente por un vídeo que se hizo viral en las redes sociales en el que pedía financiación para su tratamiento. De hecho, consiguió recaudar más de 200.000 euros.
Desde entonces, Marta ha conseguido muchas cosas: no solo adaptarse a su discapacidad visual, sino que tras un año de ceguera ha recuperado la visión de uno de sus ojos, algo que ha conseguido tras tres años de lucha. Ahora, ha querido dar a conocer su experiencia en una novela: Cuando perdí mis ojos marrones (Ed. Lunwerg), y por ello Claves de Mujer ha conversado con Marta. Con su dulce voz nos ha abierto su corazón...
La voz de Marta Bustos es suave, transmite paz. Cuando hablé con ella por teléfono es lo que pude sentir, pero a la par fortaleza y sensibilidad. Es una chica joven que se encontró con una circunstancia en la vida que jamás pensó que le sucedería, pero ¿quién se imagina que le va a pasar algo así? Sin embargo, lejos de venirse abajo, con sus momentos buenos y malos, cómo no, ha aprendido muchas cosas y al contar lo que le ha sucedido al mundo se ha convertido en un ejemplo de superación para infinidad de personas. Esto que, según dice, la ruboriza, también la hace feliz y la llena de plenitud.
Algo así es lo que desea con su primer libro Cuando perdí mis ojos marrones (Ed. Lunwerg), es decir, ayudar a otros. En este, además de escribir de una manera particular, explica lo que le pasó sin cortapisas y trasluciendo todas sus emociones.
Entrevista a Marta Bustos
¿En qué momento y por qué decides escribir un libro?
El momento en el que decidí que tenía que escribir un libro fue hace mucho, cuando todavía estaba ciega y no había recuperado la visión de uno de mis ojos. Me pasaban situaciones tan surrealistas que misma me decía que la realidad superaba la ficción y que tenía que hacer algo con todo ello. Así que pensé que debía apuntarlo para que no se me olvidara. Yo creo que fue ahí donde decidí escribir el libro. En ese momento me encontraba ya más fuerte psicológicamente, pues ya habían pasado muchas cosas y estaba inmersa en mi vida como una persona sin visión.
¿Te acuerdas de algunas de esas situaciones?
Situaciones cómicas, como salir a la calle con el bastón y que te pasen cosas surrealistas, conversaciones interesantes, conocer a gente... Estar en un momento clave y que de pronto suene una canción y parece que la vida se está riendo de ti. Tonterías, pero son parecidas a momentos cinematográficos y te preguntas si tu vida es una "peli" o qué está pasando.
En el libro comentas lo que padeciste al tener tanto dolor en tus ojos, ¿ahora convives con el dolor?
Ahora mismo no tengo dolor. Sí convivo con la incomodidad, pero en la actualidad nada me parece después de lo que de aquel día (el del accidente), que evidentemente fue el momento más doloroso de mi vida: ¡Horrible! En ese instante, el cerebro es incapaz de asumir tan rápido lo que ha pasado y sorprendentemente actúas como si estuvieras en una película tipo Misión Imposible: llamas a los bomberos, la ambulancia, todo sucede muy rápido, estilo supervivencia.
"En la actualidad nada me parece después de lo que de aquel día (el del accidente), que evidentemente fue el momento más doloroso de mi vida: ¡Horrible!"
El miedo, la incertidumbre, las dudas... vinieron más tarde. Al principio estás un poco en shock preguntándote qué ha pasado, pero como el accidente fue muy grave e incluso me podría haber muerto o haber tenido secuelas respiratorias considerables, en un primer momento estaba muy contenta por estar viva y decir: ¡Buf! Mira tengo otra oportunidad, a ver qué hacemos con ella.
¿Es importante el apoyo de los familiares?
Sí, por supuesto, la red de personas que tenemos alrededor es súper importante porque nadie construye una casa solo. Necesitamos ayuda para casi todo, y ya no es solo en los aspectos físicos por toda la independencia que la ceguera te quita, sino también por el plano psicológico. Que tu familia esté ahí para apoyarte y estar a tu lado es crucial. Aunque es cierto que a mí al principio me costaba mostrarles mi verdadero estado de ánimo, por hacerles sufrir y a veces te lo guardas un poco para ti.
Pero eso, no es bueno...
No, está claro. Necesité un tiempo, sobre todo para mis padres, sí, porque no quieres verlos sufrir. Intentas guardártelo pero eso peta en un momento u otro, tienes que expresarlo. Y lo hice. Pero, sí es importantísimo que las personas de tu entorno te ayuden, claro.
¿Qué has aprendido del mundo de la discapacidad?
Lo primero que he aprendido es que hay mundos que nos son totalmente ajenos y que nos falta mucha información, porque hay muchas formas de vivir que la gente jamás se imaginaría. Esta siempre te ofrece ayuda, que está muy bien, pero llega un momento que con la tecnología y ciertas técnicas, una persona ciega puede realizar infinidad de cosas, incluso ser casi tan independiente como la sociedad te lo permita. Aunque, insisto, lo más importante que aprendí, es descubrir todas las maneras que hay de vivir que existen y cuando digo "vivir" me refiero plenamente, siendo feliz.
"Lo primero que he aprendido es que hay mundos que nos son totalmente ajenos y que nos falta mucha información, porque hay muchas formas de vivir que la gente jamás se imaginaría".
Al final, es un proceso de adaptación...
Por supuesto, como te digo las ayudas externas, tecnologías, bastones, pegatinas por la casa, técnicas, hasta la más rudimentaria, te ayudan. Aparte de todo esto, el cuerpo humano tiene un poder de adaptación increíble.
A lo largo de la narración de tu novela realizas bastantes saltos en el tiempo, ¿qué buscas con este recurso?
Es un recurso que me gusta mucho, me parece que da cierto dinamismo al texto además de servir para explicar el presente. Es como un guiño para transmitir que todo lo que pasa en el presente tiene un porqué que proviene del pasado. Se trata de mi forma de relacionar las cosas durante todo el tiempo, y al mismo tiempo me parece un juego literario divertido.
Al principio de cada capítulo haces una reflexión y al final añades un canción, ¿por qué?
La breve referencia cultural que efectúo al principio la hago porque me pareció que es inevitable ir aprendiendo en todo este proceso. Pensaba en el típico refrán de abuela de "nunca te acostarás sin saber una cosa nueva". Me decía: ¡Ostras! Quiero transmitir al lector esta idea, es mi manera de explicarle que aunque no nos demos cuenta cada día aprendemos cosas nuevas. Es como decir: ¡Oye! Ven y aprende conmigo lo que yo descubrí o aprendí de esta experiencia.
"Aunque no nos demos cuenta cada día aprendemos cosas nuevas".
Esto por un lado, y luego el tema de la canción es por esa sensación que te comentaba de vivirlo todo como en una película. Es decir, así como toda película tiene una banda sonora, yo pensaba que el libro necesitaría una también y sobre todo porque la música ha sido muy importante para mí, ha sido mi gran salvavidas.
A lo largo de la novela comparas cómo fue el trato de los sanitarios en Estados Unidos y España, y parece que te decantas por los de aquí...
Los sanitarios que me han atendido son grandes profesionales en ambos lugares, eso está claro. Sin embargo, sí que sistemáticamente vi una diferencia del trato entre los doctores, y no tanto de los enfermeros, entre Estados Unidos y España. Aquí es mucho más humano. El médico quiere explicarte lo que te pasa, entender lo que te ocurre, te hace partícipe para que puedas poner de tu parte, mientras en Estados Unidos es como si te quisieran dar la mínima información. Solo buscan que seas obediente con tus medicaciones, que está muy bien, pero prefieren que no te plantees nada. Es un sistema rápido como un fast food o más bien fast medicine, es decir, una medicina rápida. No se involucran mucho en los sentimientos del paciente, hay una diferencia abismal. Esa fue mi experiencia personal y sí percibí un trato más frío. Al final es un negocio bastante potente allí el de las aseguradoras y seguros de salud.
¿Qué sientes cuando las personas te dicen que eres su inspiración?
La verdad es que me ruborizo un poco, no me siento la inspiración de nada. Me siento una persona normal a la que le ha ocurrido una faena, por decirlo feamente, y a la que la vida le ha puesto una prueba bastante cruel. He hecho lo que he podido, y hago lo que puedo. De entrada me da mucha vergüenza, pero realmente me hace muy feliz. Indirectamente solo hablando de mi experiencia y contando lo que me ha ocurrido, si así he podido ayudar a alguien me hace feliz. Es un sentimiento que me llena, de plenitud. ¡Es una pasada!
¿Qué proyectos futuros tienes?
Tengo varias cosas en mente. Me gustaría seguir escribiendo, otra cosa es que se publique o no. Me lo paso bien, me gusta mucho, de hecho ya escribía antes para desahogarme, que es el otro motivo de haber escrito el libro, así que eso es lo principal.
"Indirectamente solo hablando de mi experiencia y contando lo que me ha ocurrido, si así he podido ayudar a alguien me hace feliz".
Me gustaría también, este es un sueño que tengo desde hace tiempo, trabajar con la voz, en el mundo del doblaje. Me encantaría. Y seguir dando charlas y conferencias, que es algo que me gusta por eso que te comentaba de compartir con la gente estas sensaciones. Tengo otros sueños que me da reparo contar, porque igual puedo parecer muy soñadora, aunque después de todo lo que ha pasado pocas cosas me parecen imposibles.
Por cierto, ¿qué te han dicho tus padres del libro?
Mis padres me han dicho que les ha gustado mucho, les ha encantado y que no sabían que escribía así de bien. Entonces yo pensé: ¡Pues vaya, qué imagen deben tener de mí! No, jaja. La gente me dice que es normal que mis padres me digan esto, pero bueno mi madre quizá sí, sin embargo mi padre es extremadamente crítico y si no le hubiera gustado me lo hubiera contado sin cortarse un pelo. Hay alguna escena de sexo y situaciones que te da apuro que la lean mis padres o mi abuela, no obstante una vez pasado su filtro ya estoy tranquila, ya lo puede leer cualquiera. Después, que lo acepte o no la gente es otra historia. No le tiene que gustar a todo el mundo, esto es algo imposible, y yo no puedo hacer nada respecto a cómo lo recibe la gente. Solo espero que le guste al mayor número de personas posible y si igualmente puede ayudar, pues ¡bua! eso que me alegro.
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