Marta Renato (bióloga y escritora): "Las curanderas o 'brujas' del Renacimiento tuvieron un papel clave en la transmisión del uso de las plantas medicinales"
La bióloga Marta Renato se ha estrenado en el mundo de la literatura con una aventura histórica ambientada en el siglo XVI, en el que se mezclan ciencia, brujería y desafíos personales: Sendero de estrellas (Maeva). La trama se sitúa en las tierras fronterizas de la Cerdanya, un lugar muy cercano a la autora, y en sus páginas muestra detalles de esta época de transición y el papel de las curanderas, a veces, tildadas de brujas, en el uso de las plantas medicinales. La autora dice que hubo un tiempo en el que dudó entre el periodismo o la biología, y aunque se decantó por la última opción ahora ha hecho realidad parte de su otra pasión: la escritura.
Marta Renato © Juan Renato Ortiz.Entrevista a Marta Renat, autora de 'Sendero de estrellas'
¿Qué es lo que te ha impulsado a escribir una novela siendo una mujer ciencias?
Siempre desde pequeña he sido muy buena lectora, en casa me inculcaron esta afición y también me gustaba mucho escribir. Tenía mucha imaginación y desde pequeña me gustaba inventarme historias y escribir cuentos. De hecho, hubo un momento en mi vida cuando tuve que escoger una carrera en el que estuve dudando entre periodismo y biología porque me gustaban mucho las dos cosas, pero la final me decanté por biología.
Sin embargo, nunca dejé de lado esta afición e hice cursos de narrativa y seguí leyendo mucho. Hubo un momento en que sentí la necesidad de que esta historia que se iba formando en mi cabeza tenía que escribirla y explicar todo lo que quería hacer con ella.
¿Cómo fue el proceso de elaboración?
Fue largo y al principio la verdad es que me costó mucho porque aunque yo escribo textos científicos son habilidades totalmente diferentes. Escribir una novela es un reto. Los dos o tres primeros años estuve dándole vueltas. Empecé sin tener aún todas las habilidades, escribía y volvía a reescribir, aprendía algo nuevo y lo añadía. Como no tenía claro el final se me ocurría otra forma de explicar las cosas, no había personajes definidos… Perdí mucho el tiempo. Así que opté por hacer cursos, busqué mentores que me hicieran algún informe de lectura y yo creo que esos tres primeros años fueron de aprendizaje.
Escribir una novela es un reto.
Luego, ya empecé a estructurar mejor la historia, tuve clara la escaleta de escenas, y el final. De este modo, la segunda mitad de la novela la redacté del tirón en un año solo. En total, han sido cuatro años.
¿Por qué decides ambientarla en el siglo XVI?
Porque es un siglo como de cambio, empezaba el Renacimiento, y me gusta porque aún posee muchos contrastes, al menos en el momento en el que yo la sitúo, ya que todavía se arrastraban muchas de las creencias, supersticiones y usos tradicionales de la época medieval. Sin embargo, a la vez se empezaban a desarrollar los gremios de colegios de médicos, cirujanos y boticarios, que comenzaron a aplicar principios científicos para curar y elaborar medicamentos. Esta idea me atraía para así poder desarrollar una especie de viaje de la protagonista que ilustrara esta transición. Primero, su contacto con las plantas medicinales y a continuación cuando ya se relaciona con el colegio de boticarios de Barcelona, que además fueron pioneros en aplicar los principios científicos en la preparación de medicamento.
Aunque hay personajes masculinos, ¿por qué escoges a mujeres como protagonistas principales del 'Sendero de Estrellas'?
Me interesaba mucho la figura de la bruja tradicional que, claro, siempre eran mujeres. Los hombres que se dedicaban a la medicina tenían sus estudios reglados y reconocidos. Sin embargo, estas mujeres, consideradas como curanderas o sanadoras y en ocasiones brujas, eran las que iban transmitiendo estos conocimientos ancestrales de madre a hija. Curaban en el entorno local o familiar. Esta figura siempre me ha atraído mucho porque creo que han tenido un papel muy importante en toda la historia de la medicina pero en cambio nunca han sido reconocidas ni han tenido mucha visibilidad. Solo hay historias sobre ellas cuando eran condenadas por brujas. Sin embargo, se ha dejado de lado cómo vehicularon todo este conocimiento ancestral y cómo lo usaron para curar a los enfermos, y por ello me interesaba explicarlo.
Las mujeres, consideradas curanderas o sanadoras y en ocasiones brujas, transmitían sus conocimientos ancestrales de madre a hija.
¿Las ‘brujas’ o curanderas utilizaban las mismas plantas que las oficiales de la época?
Al final usaban las mismas plantas y tal vez recurrían a ritos y misterios que quizá no entendían del todo, pero que sabían que les funcionaban. Y en cambio los boticarios, utilizaban estas mismas plantas aunque con unas técnicas y unos consensos diferentes. Esto se ilustra en la novela. Por ejemplo, hay un caso de una planta en concreto que conocen las curanderas y gracias a ellas los boticarios acaban utilizándola porque observan que resulta útil según las indicaciones de las mujeres.
¿En qué te has basado para escoger las plantas medicinales que mencionas en la trama?
Los tres plantas que se corresponden a las tres primeras partes de la novela, es decir, beleño negro, trompeta del olvido y belladona, están muy ligadas a la imagen de la bruja, pues tienen tradición de plantas psicotrópicas, que afectan la percepción, los recuerdos, la mente, etc. Escogí estas especies porque tienen un papel destacado dentro de la narración, y se usan para algo que hace avanzar en la trama.
El beleño negro, trompeta del olvido y belladona, están muy ligadas a la imagen de la bruja.
Luego hay una planta, el acónito, que es muy venenosa, la que abre la última parte. Es la más venenosa que hay en la península ibérica, también la llaman matalobos. Además, incluyo el adonis de primavera y el hipérico.
Todos los usos que menciono están basados en tradiciones de la época. Ahora bien, las descripciones que hago de las plantas sí son metafóricas o poéticas para darle algo más de ritmo al texto.
¿Cuáles se siguen empleando en la actualidad?
La belladona, la trompeta del olvido o trompeta del diablo y el beleño negro no se emplean actualmente porque presentan efectos secundarios bastante importantes. El acónito y el hipérico sí, se usan mucho, mientras que el adonis de primavera y la serpentaria, en herboristerías sí, pero desconozco si en medicamentos.
El mensaje principal de la novela es que los protagonistas no resignan al destino preestablecido, ¿tiene algún paralelismo con tu vida?
Es un aspecto que siempre ha estado en el fondo de mi inconsciente. Yo creo que al escribir una novela salen cosas que te hacen conocerte mejor. Gracias a ello me he dado cuenta de que me he encontrado en esta encrucijada varias veces, es decir, si seguir el camino establecido, fácil, el que todo el mundo espera, o realmente buscar otra forma de hacer las cosas, de una manera propia. Al final, es algo que he acabado reflejando en la novela. Lo descubrí a medida que escribía los primeros borradores, que luego separé, y en realidad es como el deseo u obsesión de todos los personajes.
¿Estás pensando ya en la siguiente novela?
Sí, claro, ya tengo una historia que se va a centrar varios siglos antes por lo que no tendrá nada que ver con Sendero de estrellas, y aunque hay un personaje dedicado a las plantas medicinales no será el tema principal.
Plantas medicinales que aparecen en la novela
Sendero de estrellas: sinopsis
En el siglo XVI, en una aldea en las tierras fronterizas de la Cerdanya, zona de paso de peregrinos y sanadoras que venden sus remedios curativos, una niña, Núria, es rescatada por una curandera albina, Adaleda, convencida de que es la aprendiz que esperaba, la destinada a transmitir en el futuro las recetas y sortilegios del libro de El legado, escrito en una lengua extraña.
Cuando Núria crece se convierte en una joven que posee amplios conocimientos botánicos y trata de acercarse a la ciencia que pueden brindarle médicos y boticarios, pero se verá inmersa en el centro de una persecución instigada por un eclesiástico sin escrúpulos, al que se enfrenta Feliu, un párroco honesto.
Un joven estudiante de medicina, Guim, se convertirá con el tiempo en su gran amor, con el que debe sortear peligros y enfrentarse a la furia desatada por la superstición.
Protagonistas
Núria: al inicio de la novela tiene diez años y es una niña huérfana que ha perdido la memoria. Es acogida por Adaleda como aprendiz y descubre que le apasiona ayudar a los enfermos y aprender nuevos remedios. Durante la novela realiza un viaje de crecimiento personal y transición de niña a adulta.
Adaleda: curandera albina que vive oculta en una cueva y que combina en sus remedios hechizos y magia. Sabia y excéntrica, tiene alrededor de cuarenta años al principio de la historia. Su mayor obsesión es perpetuar las enseñanzas que le legó su maestra y tiene miedo de que se repitan las persecuciones que sufrió en el pasado.
Feliu: sacerdote destinado a Melers de Cerdanya. Al inicio de la novela es joven, entregado, afable y algo inseguro respecto a sus habilidades. Teme no ser aceptado por los habitantes de la aldea y permanecer el resto de su vida aislado en los Pirineos.
Guim: el segundo hijo de un cirujano rural que aspira a convertirse en médico. Abandona su hogar para perseguir este sueño y conoce a Núria, con quien inicia una relación amorosa.
Climent: el antagonista. Segundón en una familia noble. Es secretario del obispo, hasta que lo ascienden a arcediano. Ambicioso, inteligente y manipulador. Está obsesionado con conseguir méritos para escalar en la jerarquía de la Iglesia mediante la caza de brujas y detesta a aquellos que no le muestran respeto.
El entorno de la trama
Los lugares en los que se desarrolla la trama despertaron la curiosidad de la autora para imaginar esta historia. Ella lo cuenta así: "En La Cerdanya aparecen las aguas termales de Dorres, que se han utilizado de forma continua desde la época romana, y hay un guiño a la farmacia Esteve de Llívia, la más antigua de Europa. Núria, la protagonista, recorre el Call Jueu de Girona y descubre el Monasterio de Pedralbes, con su huerto de hierbas medicinales y su reconocida botica. También aparece en la novela el Hospital de la Santa Creu de Barcelona, el más importante de la ciudad en aquella época".
Curiosidades sobre las 'brujas'
"Cuando investigué sobre la caza de brujas en Cataluña cayeron muchas de mis suposiciones erróneas. Por ejemplo, aprendí que la Inquisición no tuvo un papel destacado en la persecución de brujas. Las acusaciones solían venir de vecinos o colectivos rivales y los juicios estaban organizados por jurados populares. Muchas de las víctimas eran mujeres de vida solitaria, que no seguían los mandatos impuestos por la sociedad y que cultivaban artes y conocimientos que inspiraban temor. Otras víctimas eran acusadas solo por intereses personales o disputas, sin ningún fundamento real. En el proceso de documentación también aprendí sobre los predicadores y su afán por sembrar la discordia e intentar sacar beneficio, y lo reflejé en la novela".
Muchas de las víctimas eran mujeres de vida solitaria, que no seguían los mandatos impuestos por la sociedad.
Sobre Marta Renato
Marta Renato. Nació en 1987, cursó Biología en la Universidad de Barcelona y se doctoró en Biología Vegetal. Vive en L’Hospitalet de Llobregat y trabaja realizando tareas de comunicación científica y gestionando becas para investigadores. Ha publicado numerosos artículos en prestigiosas revistas científicas.
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