Entrevista a Alicia Vallina: "Al escribir sobre Ana María de Soto descubrí a una persona llena de miedos pero también muy tenaz, que al final comprende que el mejor regalo es ser mujer"
Alicia Vallina, historiadora, museóloga e investigadora, se encontró de casualidad con la historia de Ana María de Soto, la mujer protagonista de su primera novela Hija del mar (Plaza&Janés). Le llamó tanto la atención que decidió dar a conocer en un libro la aventura de esta cordobesa en el siglo XVIII: se hizo pasar por hombre para poder cumplir su sueño, que era ingresar en la Armada española. Durante su investigación descubrió a una mujer “muy valerosa, muy tenaz, muy realista y muy dueña de sí misma”. Al final, a través de un universo complicado y rodeada de hombres, consigue reconocerse y descubre que el mejor regalo que hay es ser mujer. La autora cuenta en una entrevista a Claves de Mujer estas impresiones y otras curiosidades relacionadas con su primer trabajo novelado.
¿Qué te impulsó a escribir tu primera novela y en concreto sobre esta mujer tan singular?
En realidad yo siempre había escrito ensayos y trabajos de investigación que es a lo que me dedico por mi profesión como museóloga e investigadora. De hecho, este trabajo surgió básicamente de una investigación. No tenía ninguna pretensión, nada más que tirar del hilo e investigar un poco la historia de este personaje. Esto ocurre exactamente cuando me designan como directora técnica del Museo Naval en San Fernando en Cádiz. Yo no conocía el museo y cuando lo visité por primera vez, con un total de 17 salas en aquel momento creo recordar, donde se narraba la historia de la Armada española a lo largo de casi ocho siglos y donde se exponía también la historia del Departamento Marítimo de Cádiz, pues me di cuenta de que a lo largo de todo el discurso dispositivo no aparecía referencia alguna a ninguna mujer. Ahí se desató mi curiosidad desde el punto de vista de la investigación, de poder recabar información si la hubiera, pues yo en ese momento no lo sabía, de algún personaje femenino que hubiera intervenido de forma heroica o no en algún episodio de la historia de la Armada española.
Entonces, hablando con marinos y gente de mar apareció en una conversación el nombre de esta mujer: Ana María de Soto. A partir de ese momento comencé a consultar protocolos notariales, archivos, especialmente el Archivo de General de la Marina “Álvaro de Bazán”, que está en El Viso del de Marqués (Ciudad Real), en un palacete renacentista construido por Don Álvaro de Bazán, héroe de la batalla de Lepanto (1571). Así, visité su archivo y ya tenía un rango de fechas aproximado en el que Ana María de Soto pudo alistarse como varón. Oscilaba entre 1780 y 1800 aproximadamente, hasta que en los cuadernos de las fragatas apareció el nombre de Antonio de Soto, el nombre con el que ella se alistó.
Curiosamente el primer destino de Ana María, fue el 4 de enero de 1794, como recojo en las notas de la autora, y es en la famosa fragata Nuestra Señora de Las Mercedes, donde se alista y se embarca. Luego diez años más tarde, esta fragata será hundida por los ingleses en tiempos de paz y daría lugar a su posterior expolio por parte de la empresa estadounidense de cazatesoros Odissey. Una historia que se ha convertido a su vez en una serie de Luis Amenábar, La Fortuna, y en la que aparece el personaje de Don Diego de Alvear y Ponce de León, que también aparece en mi novela y que yo sostengo que conoció a la protagonista porque Don Diego era un montillano ilustre.
¿Te resultó complicado encontrar documentación relativa a ella?
Como me dedico a la investigación sé bien las fuentes que tengo que consultar, y en general se sigue un procedimiento simple y sencillo. Además, el archivo de El Viso del Marqués es un lugar que conoce poca gente y está reglado. Hay que tener unos permisos y puedes pasar el tiempo que quieras. Está toda la información de las tropas españolas desde el siglo XVI hasta bien entrado el siglo XIX y no es una información vetada ni de difícil acceso, más bien todo lo contrario. Tenemos acceso a toda esta documentación porque Ana María de Soto fue una mujer conocida en la época y relevante, con cierta importancia en ese momento histórico concreto. Con lo cual esa documentación estaba ahí a la espera de ser encontrada. Además, llega un momento en el ella debe hacer una serie de reclamaciones y se desvela un poco toda esta historia, y por ello en parte no tuve dificultades en este sentido.
¿Cómo te pusiste en la piel de Ana María de Soto?
Es importante que yo como mujer me haya acercado a un personaje femenino, ya que es algo que facilita las cosas en este caso. Además, hay que comprender las circunstancias de la época y esa dificultad de ocultarse a lo largo de seis años que estuvo alistada. El ser mujer facilita que yo me ponga en su piel y que sepa cómo es la higiene personal, cómo es convivir en un espacio angosto y de forma adicional, es cierto que yo conozco el mundo de la mar pues por mi trabajo he estado relacionado con marinos, gente del mar y de la Armada.
He ido recabando testimonios y leyendo datos de la época, pero en este caso el trabajo de un novelista es visionar, empatizar con los personajes y ponerse en el lugar de ellos. A mí como mujer no me resultó difícil hasta cierto punto porque nunca creo que jamás seremos capaces de imaginar ni en la peor de nuestras pesadillas cómo sería para una mujer, hace más de 250 años, ocultarse en un entorno tan hostil. Con el estudio, la investigación, la lectura… Resulta complicado ponerse en la piel de la protagonista, pero intentas empatizar y así resolver una serie de conflictos que se van planteando y que son extremos. Ahí está la forma de llegar a los sentimientos, de expresar las emociones y la manera de convivir en ese ambiente hostil.
¿Qué es lo que has aprendido de esta mujer?
La verdad es que no sé si he aprendido mucho, pero he descubierto una mujer tremendamente valerosa, llena de miedos, a un ser humano como cualquiera de nosotros. Una mujer que tendía dolor, que sentía vergüenza y que no se identificaba con su sexo porque no le permitía ser libre y tenía muchos prejuicios y dificultades para seguir adelante. Sin embargo, también he descubierto una mujer muy tenaz, muy realista y muy dueña de sí misma, y que al final a través de este camino de reconocimiento, de peregrinación por este universo complicado acaba reconociéndose y descubre que el mejor regalo que hay es ser mujer, y que ella al comienzo de la novela rechazaba porque no le permitía alcanzar esa libertad que tanto ansiaba.
Creaste un espacio dedicado a ella en el Museo Naval de Cádiz, ¿cómo es exactamente?
Uno de los objetivos que me planteé cuando estuve en este museo y que al final conseguí hacer. Era un pequeño módulo expositivo dentro de la sala dedicada a la Infantería de Marina. Ahora, en la planta superior hay un espacio dedicado a ella y además le pedí a una buena amiga que es catedrática de Bellas Artes, Amparo Alepuz, que hiciera un retrato imaginario de Ana María vestida con el uniforme de granadero, ya que ella lo era y se alista como tal en el cuerpo de Infantería de Marina. Es más, a los granaderos se los presuponía una complexión física especial por manejar la pólvora, las granadas… y entonces le di la documentación necesaria y ella representa ese retrato imaginario. Es un acrílico de Ana María de Soto con uniforme de granadero en una posición muy autoritaria y con mucho vigor. Rescatamos también la partida de bautismo, su testamento y acta de defunción. Se hizo una vitrina con facsímiles donde se muestran todos los documentos y se cuenta la historia de esta mujer valerosa.
¿Te has planteado hacer alguna versión audiovisual o publicar una segunda novela?
Hay varias propuestas porque me dicen que es una novela muy visual, muy apta para hacer un producto audiovisual. En este caso estamos trabajando en algunos de los personajes que han quedado abiertos, ya que algunas personas me han preguntado qué pasaría con algunos de ellos. Estamos viendo el guion para adaptar Hija del mar a la pantalla y por ello seguiremos ahondando en la historia de Ana María y de todos estos personajes que la acompañan dado que no viaja sola. Todos ellos resultan muy apasionantes, emotivos y muy intrigantes, y esperamos poder desarrollar algunas de las tramas que han quedado incompletas en la novela.
De forma paralela, estoy trabajando en la siguiente novela. La verdad es que resulta un camino apasionante y cuando te pica el gusanillo de escribir es difícil parar y se saca tiempo de debajo de las piedras, para seguir contando historias. Y en ello estamos.
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