Irene Polo, fue una de las periodistas más revolucionarias y atrevidas de la España republicana. Con el objeto de conocer su legado, que un siglo después sigue desafiando las convenciones del oficio, y visibilizando a las mujeres en una época de gran turbulencia histórica, la editorial Renacimiento ha publicado Una intrusa en la prensa. Periodismo y República (1927-1931). Esta obra rescata del olvido su figura. Recoge 77 artículos que Polo escribió en sus primeros años como periodista. Claves de Mujer ha hablado con el editor del libro, Francesc Salgado, profesor de periodismo en la Universidad Pompeu Fabra, para descubrir más acerca de esta mujer adelantada a su época.
Irene Polo, 'una intrusa en la prensa'
Muchos de los artículos que aparecen en Una intrusa en la prensa, se presentaron en la prensa cinematográfica y en Las Noticias, el diario liberal en el que Polo fue la única mujer y reportera.
Este volumen pone en valor el trabajo pionero de una mujer que rompió con los esquemas tradicionales del periodismo, acercándose al ciudadano común y recogiendo las voces de aquellos que rara vez eran escuchados.
Convirtió sus crónicas en una referencia esencial para los periodistas de la época.
Con un estilo que alternaba crónicas cargadas de ironía y diálogos inteligentes, Irene Polo transformó la forma de narrar, alejándose del periodismo tradicional, pomposo y recargado, y capturando la vibrante realidad social, política y cultural de la Barcelona de finales de los años veinte.
A través de su mirada, Polo describió tanto la modernidad que se respiraba en los espacios públicos y el bullicio de la democracia en ciernes, como las sordideces y desigualdades que persistían en la ciudad. Su capacidad para retratar la realidad de forma casi cinematográfica convirtió sus crónicas en una referencia esencial para los periodistas de la época.
En el prólogo, Francesc Salgado, destaca el carácter rompedor de Polo al acercarse a la sociedad, ofreciendo un punto de vista renovador y lejos de la oficialidad. Así la describe: “Fue una de las primeras mujeres que accedió a las redacciones en Barcelona durante el primer tercio del siglo xx, una pionera que hizo del periodismo su profesión y llegó a vivir de su trabajo a finales de los años veinte, cuando la mujer estaba muy lejos de ejercer cualquier profesión, en especial una que entonces resultaba completamente masculina”.
Entrevista a Francesc Salgado
¿Qué te ha llevado a realizar esta recopilación de 77 artículos de Irene Polo?
Investigo sobre Irene Polo desde hace unos 8 ó 10 años como parte de las clases de Historia del Periodismo. A ella y a otras pioneras del periodismo en Barcelona durante el primer tercio del siglo XX. Todo un descubrimiento por su soltura y modernidad. Después, encontré en las hemerotecas estos primeros artículos escritos en castellano y poco a poco su personalidad y, sobre todo, lo poco que sabíamos de ella me fue atrapando. Entonces escribí dos artículos académicos y en poco tiempo Renacimiento me ofreció la oportunidad de recopilarlos y publicarlos.
¿Se publicará un segundo volumen con más creaciones?
Sí, la idea es publicar toda su obra periodística, aunque buena parte de ella no se firmó. Irene Polo debuta en la prensa en castellano en 1927 y, a partir de cierto momento, en 1932, pasa a trabajar en la escrita en catalán.
En este primer volumen se reúnen los poquísimos artículos que pudo firmar en tres años de trabajo en la prensa cinematográfica (1927-1930) y los que sí que firma en Las Noticias, un diario liberal de Barcelona, unas crónicas vitalistas sobre las gentes y los acontecimientos populares de la ciudad.
Irene Polo fue todo un descubrimiento por su soltura y modernidad.El segundo volumen incluirá un periodo, entre 1932 y 1933, en que evoluciona de los reportajes sobre la ciudad a la información política. El tercero (1933-1934), cuando se encargó de la información sindical y económica de Barcelona en plena Segunda República y un cuarto dedicado al momento en que Polo se dedica a la gestión y coordina la redacción de dos vespertinos de nueva planta, L'Instant y Última Hora (1935-1936) Después está otro volumen sobre lo que escribiese durante la gira por Latinoamérica con Margarida Xirgu (1936-1937) y, aún más allá, cuando se instaló ya como exiliada en Buenos Aires a partir de finales de 1937, unos artículos que no se han localizado todavía y no son más que una hipótesis de trabajo.
Francesc Salgado, editor y profesor en la UPF.
¿Qué es lo que más destacas de esta mujer como profesional? Un poco antes había otros referentes como Carmen de Burgos, ¿pudieron servirle de inspiración?
En un primer momento, el desparpajo, la naturalidad y la capacidad de retratar personas y sobre todo personalidades. Luego, la creatividad. Buscar siempre nuevos puntos de vista, expresión de una prensa moderna y urbana. También el rigor y la tenacidad con la que encaró la información sindical sobre algunos de los conflictos que afectaron a la ciudad: durante algunas huelgas importantes, así como la denuncia de sobreprecios abusivos en productos de primera necesidad, como el pan.
En la gestión editorial destacó su capacidad de organizar el trabajo de sus compañeros.Cuando saltó a la gestión editorial de la prensa, cabe destacar la capacidad de organizar el trabajo de sus compañeros, hombres jóvenes que tenían que sobrellevar algo que no podía ser sencillo en aquellos años, que les mandara una mujer. Algunos de estos compañeros la recordaron con admiración en sus memorias, que escribieron cincuenta años más tarde, a finales del siglo XX.
Es difícil decir si otras mujeres periodistas influyeron sobre ella. Seguro que como referencia personal, sí, porque las mujeres profesionales en las redacciones resultan entonces excepcionales, sin duda, y llamaban mucho la atención. Sin embargo, Irene Polo se formó en la prensa cinematográfica y comercial que informaba sobre el cine mudo a partir de 1927, un contexto de periodismo industrial y dirigido a nuevos públicos que la aleja de la prensa decimonónica.
¿Qué hitos pondrías en valor de la autora como mujer en la época que le tocó vivir?
La determinación y la profesionalidad. Tomaba notas en taquigrafía, algo que llamaba la atención de las personas que entrevistaba. Iba cada día a la redacción, como Carmen de Burgos o como María Luz Morales, por ejemplo. Se tomó su profesión no como una forma de dedicarse a la cultura en general, un rasgo típico la mayoría de sus compañeros. No pretendía ser dramaturgo o escritora. Tal como explica en alguna entrevista, ella se consideraba tan solo periodista, una profesión a la que seguramente llegó por casualidad, como ocurría entonces en todos los sectores económicos que crecieron exponencialmente en muy pocos años.
No pretendía ser dramaturgo o escritora, tan solo periodista.Su final resulta trágico, es cierto que el exilio, la situación..., ¿pero se sabe algo de por qué pudo terminar de este modo con su vida?
Es muy difícil establecer las razones que la llevaron al suicidio. En su caso y creo que en cualquier otro caso. Sin duda influyó el exilio sobrevenido, cuando estaban en plena gira y comprendieron que no podrían regresar a España; tuvo que ser un golpe muy duro. Por suerte pudo conseguir el reencuentro con su madre y sus hermanas, en Buenos Aires, en mayo de 1939. Llevaban más de tres años separadas y tuvo que ser magnífico vivir juntas de nuevo, pero el trato con las personas que habían sufrido tanto durante la guerra tuvo que resultar complejo.
Por lo demás, en la correspondencia que se conserva de los últimos meses de su vida, con Miquel Villá, un amigo pintor también exiliado, Irene explica en la primavera de 1942 que estaba decaída y triste, pero no se menciona ningún acontecimiento que se pudiera considerar un detonante. No se ha podido establecer ninguna razón concreta por la que se suicidara.
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