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Pilar Conde (psicóloga): "Taquicardias, presión en el pecho, problemas digestivos o cansancio pueden ser señales de estrés"

El estrés, una reacción natural del cuerpo ante situaciones desafiantes, es a día de hoy uno de los múltiples factores que afecta tanto a la salud mental como física. De hecho, el estrés no solo afecta al estado de ánimo, también deja una huella clara en el cuerpo. Así lo afirma Pilar Conde, psicóloga en Clínicas Origen, que explica cómo esta situación puede alterar desde las funciones fisiológicas básicas hasta el bienestar emocional.

Pilar Conde psicóloga estrés
Pilar Conde (psicóloga).

“Pensando en las principales emociones, que irían desde el miedo hasta la tristeza y la ira. Si las analizamos, podríamos llegar a decir que nos sentimos inseguros, ansiosos, frustrados, amenazados, críticos, culpables o desesperados”, señala la especialista. Añade además, que el estrés puede adoptar múltiples formas emocionales que afectan directamente al estado mental y físico de la persona.

Señales físicas del estrés 

A nivel corporal, las señales son diversas. “Suele alterarse el patrón sueño-vigilia, así como el patrón de apetito y alimentación, desembocar en problemas de concentración, o dificultad en llevar el ritmo habitual del día a día”, explica Pilar. Muchas de estos "avisos", sin embargo, son ignoradas o normalizadas, lo que impide una detección temprana.

El estrés puede desembocar a su vez en síntomas físicos intensos: “Son frecuentes las señales ansiosas, pero cada persona puede sentirlas de manera diferente, como por ejemplo taquicardias, presión en el pecho, problemas digestivos, dolores de cabeza o cansancio, entre otros”. Y en ocasiones, incluso somatizaciones visibles: “Pueden aparecer erupciones cutáneas o caída capilar”, añade la psicóloga.

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Descanso contra el estrés

En este sentido, el descanso se convierte en un factor determinante. “El sueño está relacionado de manera directa con nuestro bienestar emocional”, advierte Pilar Conde. Dormir bien es fundamental, ya que “tener un sueño reparador ayuda a proteger el bienestar emocional, siendo un factor de riesgo el contrario”.

Ante esta situación, la experta propone actuar desde dos frentes: “La primera, la implementación de una rutina saludable en horario de alimentación, sueño y deporte. La segunda, hay que detectar por qué la persona está teniendo estrés, si este se debe a factores externos, internos, o mixtos”. A partir de ese análisis, “se trabaja para modificar lo que sea externo, y trabajar la gestión emocional para los aspectos internos”.

Pilar Conde, concluye destacando la importancia de pedir ayuda profesional a tiempo: “La psicología tiene recursos emocionales y de gestión muy potentes. Recurrir a estos de manera temprana favorecerá que no se prolongue ni se intensifique el malestar que podamos sentir, dado que la persona implementará desde un inicio las herramientas clave”. Su consejo es claro: “En el momento en que la persona identifique que el estrés está afectando a su bienestar, e impactando su vida cotidiana, yo recomendaría acudir a un especialista”.

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