La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que afecta a más de tres millones de personas en España, siendo las mujeres el grupo más vulnerable: una de cada cuatro mujeres mayores de 50 años la padece. A consecuencia del envejecimiento poblacional, se estima que en 2030 se alcanzarán 420.000 fracturas óseas por fragilidad anuales, lo que supondrá un aumento del 30% respecto a la actualidad y un importante reto para el sistema sanitario español.
Osteoporosis y ejercicio
Estas fracturas implican hospitalizaciones prolongadas, pérdida de autonomía y un alto coste asistencial, tanto por la atención médica como por la rehabilitación y los cuidados posteriores. Además, la reincidencia de fracturas en pacientes no diagnosticados o sin tratamiento agrava la carga sobre el sistema y evidencia la necesidad de mejorar la prevención, el diagnóstico precoz y el seguimiento de la enfermedad.
La doctora Pilar Aguado, reumatóloga del Hospital La Paz y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (Seiomm) asegura que “cualquier actividad física adaptada a las necesidades de las personas que padecen osteoporosis contribuye a fortalecer los huesos, mejorar el equilibrio y prevenir caídas. Diversos estudios han demostrado que el ejercicio físico no solo favorece la movilidad y la autonomía, sino que también reduce el riesgo de fracturas y refracturas óseas. Por ejemplo, un metaanálisis de 2020 reveló que la intervención con ejercicio reduce el riesgo de fracturas relacionadas con caídas en adultos mayores en un 26 % (RR: 0,74; IC 95 %: 0,59–0,92)”.
El ejercicio físico reduce el riesgo de fracturas.
Beatriz Soto, paciente de osteoporosis, patrona y secretaria de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (Fhoemo), destaca que “la osteoporosis no solo afecta a los
huesos, sino que condiciona nuestra vida diaria. El acompañamiento por
parte del entorno y a nivel psicológico, por parte de los profesionales,
es fundamental para mitigar la soledad y la incomprensión que sentimos
ante un diagnóstico temprano."
Por su parte, Raquel Sánchez, paciente de osteoporosis y miembro de la Asociación Española de Pacientes con Osteoporosis (Aecos) asegura los siguiente: “Las personas que ya hemos
sufrido una fractura ósea, vivimos con la constante preocupación de
sufrir una nueva fractura, por lo que necesitamos información veraz,
apoyo y herramientas prácticas para gestionar nuestra enfermedad, y que
las autoridades sanitarias y los profesionales se centren en prevenir
las refracturas, que pueden marcar la diferencia entre mantener nuestra
independencia o depender de otros."
Estas fracturas no solo limitan la movilidad, sino que pueden generar ansiedad, miedo a caerse, dependencia y problemas emocionales. Cada nueva fractura aumenta el riesgo de complicaciones médicas y repercute en la calidad de vida y autonomía de las pacientes, subrayando la necesidad de intervenciones tempranas y efectivas.
Las Unidades de Fractura (FLS) se presentan como un modelo asistencial
fundamental para la prevención de refracturas, ofreciendo un abordaje
multidisciplinar que incluye identificación, diagnóstico, tratamiento y
seguimiento a largo plazo. Solo el 15% de los hospitales en España
cuentan con estas unidades, lo que evidencia la necesidad de su
expansión para mejorar la atención y reducir la incidencia de nuevas
fracturas.
‘Fortalecer es’
Con motivo del Día Mundial de la Osteoporosis (20 de octubre), la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral , la Asociación Española de Pacientes con Osteoporosis y la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas, con la colaboración de la biofarmacéutica UCB y la biotecnológica Amgen, organizaron una jornada de concienciación bajo el lema ‘Fortalecer es’. Su objetivo es dar visibilidad a la osteoporosis y sus consecuencias en la calidad de vida de las personas que la sufren. Las fracturas y segundas fracturas por fragilidad ya son la cuarta enfermedad crónica de mayor impacto en España.
‘Fortalecer es’ cuenta, además, con la difusión de un lazo de yute como imagen de la iniciativa. Este lazo simboliza la porosidad y la fragilidad que los huesos adquieren a causa de la osteoporosis, una enfermedad ósea que provoca que los huesos sean más propensos a fracturarse.



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