Ya se han acabado las vacaciones y hay que volver a la rutina. El estrés postvacacional, que actualmente no está considerado como una enfermedad, es uno de los problemas psicológicos que aparece con más frecuencia durante este periodo. De hecho, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), en España lo sufren alrededor del 35% de los trabajadores de entre 25 y 40 años.
Algunos expertos coinciden en reseñar que la percepción negativa que se tiene del trabajo es una de las causas de este trastorno.
En opinión de Fernando Miralles Muñoz, profesor de psicología de la Universidad CEU San Pablo (Madrid), el no ver la vida laboral como algo constructivo que puede contribuir al desarrollo profesional, influye en esta actitud. No obstante, también tiene mucho que ver cuál es la situación de cada persona en su puesto de trabajo; evidentemente si ésta no es todo lo buena que debería, el rechazo es mayor.
En general, hay que tratar de adaptarse a la nueva situación con calma y no regresar para incorporarse al día siguiente a la actividad de siempre. Lo mejor es hacerlo de forma paulatina y volver unos días antes.
Este tipo de estrés viene determinado por una serie de síntomas. Los físicos pueden ser dolor de cabeza o musculares, falta de apetito, cansancio, molestias estomacales, etc. Los de índole psicológica: tristeza, irritabilidad, falta de concentración o carecer de interés por la labor a desempeñar.
El doctor Carlos Tejero Juste, vocal de la Junta Directiva de la SEN, asegura que el estrés postvacacional se relaciona más con aspectos emocionales que no suelen durar más de 15 días, y dado que el cerebro sufre en estos casos "es importante llevar a cabo medidas para prevenirlo”. Se recomienda evitar todo lo sugiera pensamientos negativos y poner más atención en el trabajo, fomentar las relaciones personales con los compañeros y, por ejemplo, organizar alguna actividad que pueda resultar atractiva, pero que no sea muy larga, para evitar un posterior arrepentimiento, aconseja el profesor Miralles.
Por último, si el problema persiste más de una quincena, lo mejor es ponerse en manos de un especialista.
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