A pesar de la creencia popular de que durante el verano la
posibilidad de contraer hongos (micosis) en los pies es mayor, realmente no hay
una evidencia científica que avale esta afirmación. Vicente Crespo, jefe
del Servicio de Dermatología de Hospital Regional Carlos Haya (Málaga) y
miembro de la Academia
Española de Dermatología y Venereología (AEDV), asegura que realmente en estas fechas
“no parece haber más contagios, pero sí más síntomas. El paciente puede
arrastrar su micosis en los pies durante años, y manifestar sintomatología
cuando aumentan las condiciones locales de temperatura, humedad y oclusión.”
¿Qué son los hongos?
Los hongos patógenos pueden afectar cualquier órgano humano,
pero, con diferencia, las infecciones de la piel y las mucosas son las más
frecuentes. Si nos centramos en las infecciones de la piel (micosis
superficiales o dermatomicosis) el experto asegura que afectan por igual a
ambos sexos, y se dan en todas las edades.
El doctor matiza también que aquí entraría lo que se conoce como “pie de atleta”, término que en realidad engloba diferentes procesos (infecciones y
sobreinfeccioes tanto por hongos como por bacterias).Y aclara lo siguiente:
- Los hongos de los que estamos hablando son parásitos exclusivos del hombre y suelen dar escasa sintomatología, pudiendo prologarse durante años. Sin embargo, el contagio en estos casos parece depender más de ciertas características individuales.
- En el caso específico de las infecciones de los pies y de sus uñas, se considera que hay una predisposición genéticamente condicionada. Esto explicaría que la infección se presente sólo en uno de los cónyuges (pese a su convivencia íntima durante años), y en la mitad de su descendencia. Es decir, el contagio se produce en el seno familiar, casi siempre durante la infancia, pero la infección sólo arraiga en los individuos predispuestos.
- El proceso evoluciona muy lentamente, no suelen observarse sus manifestaciones a nivel de la planta o los dedos de los pies hasta después de la pubertad, y las uñas empiezan a afectarse una o dos décadas más tarde.
Todas estas causas son las que
esgrime el doctor para afirmar que considera bastante dudoso el contagio de
estas infecciones en duchas, piscinas, etc. “En cuanto a las playas, hace ya
muchos años que descartamos esa posibilidad, estudiando sistemáticamente
muestras de arena de playas de Granada y Málaga. En ninguna ocasión pudimos
aislar uno sólo de estos hongos. La arena de nuestras playas parece un hábitat
muy poco recomendable. De hecho, los hongos, que son organismos en general muy
duros, apenas sobreviven en él.”
Medidas preventivas para evitar contagios
En este grupo de infecciones, la
mejor medida preventiva que propone el doctor Crespo se basa en el diagnóstico precoz y el
tratamiento consecuente de los enfermos, para así romper la cadena
epidemiológica.
En la actualidad, hay tratamientos
muy eficaces capaces de eliminar la infección incluso en las localizaciones
más problemáticas, como son las uñas.
En muchos casos puede ser
suficiente con un abordaje puramente
local con cremas antifúngicas. Pero hay casos muy concretos en los que el
tratamiento por vía oral es absolutamente necesario si se quiere alcanzar una
curación definitiva.
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