Conseguir que a los niños les gusten las verduras es el caballo de batalla de muchos padres. Los expertos consultados por Claves de mujer insisten en que los hábitos alimentarios se adquieren en casa y que una de las mejores maneras de que los niños coman estos alimentos es predicando con el ejemplo. No obstante, sabemos que el sabor de las verduras es muy peculiar por lo que muchas veces ni aún por imitación se consigue este efecto.
Por otra parte, Griselda Herrero, doctora en bioquímica y dietista-nutricionista, acaba de publicar el libro Comer bien en familia (Ed. Espasa), donde ofrece una gran variedad de consejos para “que nuestros hijos construyan sus propios pilares de salud”. En las páginas de su libro podrás encontrar 80 juegos desarrollados para entender las bases de la alimentación sana y fomentar la adquisición de nuevos hábitos saludables por parte de los más pequeños de la casa.
Veamos algunos trucos para conseguir que tu hijos admitan las verduras en su alimentación:
En primer lugar, es importante no menospreciar nunca estos alimentos delante de los pequeños y tratarlos igual que cualquier otra comida, esas que siempre les gustan, pizzas, pasta, etc.
Lo ideal es que los niños se acostumbren a probar todos los sabores desde que son pequeños porque de este modo será más fácil que disfruten de todos ellos cuando crezcan.
Permitir que participen en la elaboración de los menús puede contribuir a que después coman esas espinacas que han preparado junto a sus padres porque al fin y al cabo ese plato es fruto de su esfuerzo y ello constituye un incentivo.
Preparar platos imaginativos con mucho colorido para que resulten atractivos y que incluso solo visualmente apetezca comerlos. Que entren por los ojos, como se dice coloquialmente.
Ni obligar ni insistir cuando algo no les gusta. El paladar hay que educarlo. No hay que preocuparse en demasía, todo llegará. Existen distintas tácticas, algunos expertos recomiendan ir introduciendo poco a poco pequeñas cantidades de verduras en los platos diarios, ya que al final los niños se acostumbraban al sabor y acababan comiéndolas. No obstante, hay que tener mucha paciencia, pues el resultado no es inmediato.
Una investigación reciente realizada por científicos de la Cal Poly State University en San Luis, Estados Unidos, ha demostrado que si las verduras se mezclan con otros alimentos que agradan a los chavales, con el tiempo les acaban gustando incluso individualmente. Devina Wadhera, autora de la investigación corrobora lo dicho hasta ahora: "Los niños desarrollan sus preferencias alimentarias desde muy pequeños, pero suelen ser muy exigentes a esas edades, por lo que es importante insistir en estas edades para lograr que los hábitos saludables se mantengan hasta edad adulta.”
Los juegos que propone Griselda Herrero en su libro Comer bien en familia, los han elaborado especialistas y se sustentan en una base teórica que la autora explica de forma breve al presentar cada uno. En algunos casos, se trata de juegos tradicionales que se adaptan a las necesidades individuales. Por ejemplo, incluye el “juego de la oca saludable” o “saludoca”, que es una adaptación del famoso juego solo que con consejos y recomendaciones saludables, y relacionadas con la alimentación.
El libro Comer bien en familia, es una guía con consejos pero también trata otros temas relacionados con la alimentación. Uno de ellos tiene que ver con falsos mitos que perjudican mucho la forma en que nos nutrimos, ya que la acaban condicionando. Algunas de esas creencias están relacionadas con la fruta y la leche.
Por otra parte, Griselda Herrero, doctora en bioquímica y dietista-nutricionista, acaba de publicar el libro Comer bien en familia (Ed. Espasa), donde ofrece una gran variedad de consejos para “que nuestros hijos construyan sus propios pilares de salud”. En las páginas de su libro podrás encontrar 80 juegos desarrollados para entender las bases de la alimentación sana y fomentar la adquisición de nuevos hábitos saludables por parte de los más pequeños de la casa.
Cómo hacer que a los niños les gusten las verduras
Veamos algunos trucos para conseguir que tu hijos admitan las verduras en su alimentación:
En primer lugar, es importante no menospreciar nunca estos alimentos delante de los pequeños y tratarlos igual que cualquier otra comida, esas que siempre les gustan, pizzas, pasta, etc.
Lo ideal es que los niños se acostumbren a probar todos los sabores desde que son pequeños porque de este modo será más fácil que disfruten de todos ellos cuando crezcan.
Permitir que participen en la elaboración de los menús puede contribuir a que después coman esas espinacas que han preparado junto a sus padres porque al fin y al cabo ese plato es fruto de su esfuerzo y ello constituye un incentivo.
Preparar platos imaginativos con mucho colorido para que resulten atractivos y que incluso solo visualmente apetezca comerlos. Que entren por los ojos, como se dice coloquialmente.
Ni obligar ni insistir cuando algo no les gusta. El paladar hay que educarlo. No hay que preocuparse en demasía, todo llegará. Existen distintas tácticas, algunos expertos recomiendan ir introduciendo poco a poco pequeñas cantidades de verduras en los platos diarios, ya que al final los niños se acostumbraban al sabor y acababan comiéndolas. No obstante, hay que tener mucha paciencia, pues el resultado no es inmediato.
Una investigación reciente realizada por científicos de la Cal Poly State University en San Luis, Estados Unidos, ha demostrado que si las verduras se mezclan con otros alimentos que agradan a los chavales, con el tiempo les acaban gustando incluso individualmente. Devina Wadhera, autora de la investigación corrobora lo dicho hasta ahora: "Los niños desarrollan sus preferencias alimentarias desde muy pequeños, pero suelen ser muy exigentes a esas edades, por lo que es importante insistir en estas edades para lograr que los hábitos saludables se mantengan hasta edad adulta.”
Juegos para comer bien
Los juegos que propone Griselda Herrero en su libro Comer bien en familia, los han elaborado especialistas y se sustentan en una base teórica que la autora explica de forma breve al presentar cada uno. En algunos casos, se trata de juegos tradicionales que se adaptan a las necesidades individuales. Por ejemplo, incluye el “juego de la oca saludable” o “saludoca”, que es una adaptación del famoso juego solo que con consejos y recomendaciones saludables, y relacionadas con la alimentación.
En otro apartado, la experta deja una serie de consejos prácticos para padres. Estos son algunos de ellos:
- Establecer objetivos sencillos y alcanzables. Que estos se logren a corto plazo, con estrategias sencillas y adaptadas a cada edad.
- Paciencia y constancia. Hay que intentar no saltarse la tarea propuesta para que la repetición sea eficiente. Por ejemplo, para que nuestros hijos tengan conductas saludables, deben ver dichas actuaciones en nosotros de forma habitual, no solo para mostrarles cómo hacerlas, sino que nos vean que las llevamos a cabo de forma natural y ordinaria (sin alardear de ello).
- Selecciona alimentos saludables. Si queremos fomentar el consumo de determinados alimentos, deberemos tenerlos en casa.
- Lo mejor es empezar a hacer pequeños cambios de forma progresiva. De esta manera, damos espacio y tiempo a adaptarnos y a aprender a desenvolvernos en este nuevo camino.
- Diversión y emoción. Con los niños es fundamental estimular el aprendizaje a través del juego, de actividades que les diviertan e implicarlos en el proceso. Cuando ponemos emoción y existe una motivación para ellos, el aprendizaje resulta más estimulante y eficaz.
El libro Comer bien en familia, es una guía con consejos pero también trata otros temas relacionados con la alimentación. Uno de ellos tiene que ver con falsos mitos que perjudican mucho la forma en que nos nutrimos, ya que la acaban condicionando. Algunas de esas creencias están relacionadas con la fruta y la leche.
Sobre la fruta
Ninguna fruta quema grasas (tampoco el pomelo).
No engorda si la tomamos de noche.
No fermenta en el estómago, por lo que da igual si la tomas antes o después de comer.
El plátano no está prohibido en las dietas.
Tiene azúcares, pero no fomenta la diabetes.
Es mejor comer la fruta con su piel (bien lavada).
El zumo no sustituye a una pieza de fruta.
La manzana no es un dentífrico natural.
El melón no es indigesto por la noche.
Los zumos de fruta no son detox.
El zumo de limón no detoxifica el organismo y puede dañar el esmalte dental.
No engorda si la tomamos de noche.
No fermenta en el estómago, por lo que da igual si la tomas antes o después de comer.
El plátano no está prohibido en las dietas.
Tiene azúcares, pero no fomenta la diabetes.
Es mejor comer la fruta con su piel (bien lavada).
El zumo no sustituye a una pieza de fruta.
La manzana no es un dentífrico natural.
El melón no es indigesto por la noche.
Los zumos de fruta no son detox.
El zumo de limón no detoxifica el organismo y puede dañar el esmalte dental.
Sobre la leche
Si la tomas con zumo de naranja “no se corta” en el estómago.
No produce mocos.
No engorda.
No pierde propiedades al calentarla, ni tiene azúcares añadidos.
No es mejor la ecológica.
No produce cáncer.
No aumenta los niveles de colesterol.
No tiene antibióticos, ni contiene hormonas.
No es mejor la leche con lactosa (a menos que seas intolerante).
No produce mocos.
No engorda.
No pierde propiedades al calentarla, ni tiene azúcares añadidos.
No es mejor la ecológica.
No produce cáncer.
No aumenta los niveles de colesterol.
No tiene antibióticos, ni contiene hormonas.
No es mejor la leche con lactosa (a menos que seas intolerante).
Comentarios
Publicar un comentario