Hoy es el “promises day”, así definían los teletipos de
Telemadrid en su programa de humor y dentro del apartado “lecciones de inglés
con Aznar”, el día 1 de enero. Y razón no les falta porque el manido dicho de
“Año nuevo, vida nueva”, es una de las frases más repetidas en estas fechas
donde “prometemos” que vamos a cambiar nuestras vidas a través de actividades
nuevas, principalmente apuntándonos a clases de inglés, al gimnasio o a dejar
de fumar, entre otras muchas.
Los buenos propósitos se empiezan con ganas, pero lo importante
es que duren en el tiempo porque de nada
nos sirve emprender nuevas acciones si luego no vamos a cumplirlas. ¿Y qué
necesitamos para conseguir ser constantes? Pues en primer lugar estar
convencidos de eso que queremos emprender, y en segundo lugar establecer unos
objetivos a cumplir en un plazo determinado.
Si queremos, por tanto, aprender inglés fijemos hasta qué
nivel queremos llegar o qué queremos perfeccionar y centrémonos en ello
estableciendo un tiempo (adecuado a nuestro caso) para lograr lo que ansiamos.
Básicamente esto es lo más importante: estar convencidos
de aquello que vamos a iniciar es ya un estímulo fuerte para seguir adelante
con nuestro proyecto. Debemos también ser realistas con nosotros mismos y no
engañarnos, porque si ponemos el listón muy alto, si somos demasiado
autoexigentes probablemente no logremos ir al gimnasio dos semanas seguidas
ni acudir a inglés más de un mes.
Ponte metas realistas, acordes con tu situación, con tu
personalidad y con lo que de verdad quieres, pero recuerda que la constancia y el
esfuerzo resultarán cruciales para lograr tus buenos propósitos. Algunos
expertos aseguran que si mantenemos el nuevo hábito durante 21 días, entonces
habremos superado la prueba y lo más importante: triunfado. ¡Ánimo!
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