La depresión es una
enfermedad muy presente en nuestra sociedad, sin embargo todavía cuesta
reconocerla, tal vez porque es un término que se utiliza como sinónimo de un
estado anímico común entre los humanos, al menos a intervalos, la tristeza, o
porque al ser un trastorno mental es más difícil entenderlo. Pero, la depresión es
mucho más: "La depresión es una enfermedad tan grave que provoca más
suicidios que ninguna otra enfermedad en el mundo".
Esto es lo que nos
dice Matt Haig en su última obra Razones para seguir viviendo ( Ed.
Seix Barral), un ejemplar de poco más de 200 páginas, donde cuenta su
experiencia como enfermo de depresión con tan sólo 24 años.
¿Qué es la depresión?
La depresión es una
enfermedad que es difícil de entender para quien no la ha padecido. Muchas
personas que aparentemente parecen estar felices o a gusto con su vida, en
realidad están experimentando síntomas como agorafobia, agotamiento físico y
mental, sensación de no servir para nada, opresión en el pecho y dolor
ocasional, desorientación, sudores, tristeza infinita, insomnio, incapacidad
temporal para hablar, sentir que falta el aire... Y esas personas nos las
cruzamos todos los días y no sabemos que están enfermas...
Hay muchos síntomas, Haig
cita más en su obra, y además nos dice que todo este maremágnum de sensaciones
es lo que conlleva a esos pensamientos suicidas, que en muchas personas al
final se convierten en una realidad. De hecho, el suicidio es la primera causa
de muerte entre hombres menores de 35 años. Los varones son tres veces más
propensos al suicidio que las mujeres,
pese a que el doble de éstas que de hombres sufrirán un episodio depresión en
su vida. No obstante, según apunta el
autor, las féminas tienden a hablar más de sus problemas de salud mental y
acuden a un experto cuando empiezan a manifestar los síntomas por primera vez,
siendo ésta una de las posibles razones por las que el número de suicidios sea
inferior en las mujeres.
El proceso para salir de una depresión
Haig narra cómo salió de
la depresión, fue un largo proceso en el que a él en particular las pastillas
no le ayudaron mucho, aunque tampoco se
manifiesta contrario a la medicación, pues es consciente de que a muchas
personas les ayuda. Él contó con varios apoyos:
- El apoyo del amor, especialmente de su mujer, que trató de entender su enfermedad, algo muy importante para quienes sufren una depresión.
- El apoyo de los libros. Comenzó a leer y a sumergirse en el mundo literario, lo que le ayudó a conocer otras vidas y a tratar de entender la suya.
- El paso siguiente fue la escritura. Sí, comenzó a escribir y eso le aliviaba.
- Otra de las cosas que hizo fue empezar a correr. Él describe de qué forma le ayudó la actividad fisica así: "Cuando empecé a correr todavía sufría severos ataques de pánico. Lo que me gustaba era que muchos de los síntomas físicos del pánico - el corazón acelerado, la respiración agitada, el sudor- son semejantes a los que produce el esfuerzo físico. Así que, mientras corría, no me preocupaba mi corazón acelerado, porque había una razón para ello (...) Me convencí de que mediante el entrenamiento del cuerpo también entrenaba mi mente."
A Matt Haig le ayudó correr, pero lo que pretende transmitir es que simplemente el hecho de hacer algo de actividad física, además de implicar numerosos beneficios para la salud general, puede ofrecer una gran ayuda en un proceso depresivo.
Salir de una depresión no
es sencillo, Haig fue reconociendo su enfermedad, reecontrándose y conviviendo
con ella de distintas formas, y halló la fórmula para ir saliendo de la misma.
Pero junto a todo lo descrito, el escritor añade algo vital que debemos hacer cuando
estamos deprimidos: "Hablar. Escuchar. Animarnos a hablar y escuchar y no
dejar de conversar (...) No dejar de repetir, una y otra vez, que la depresión
no es algo que uno deba "confesar",
no es algo de lo que avergonzarse sino una experiencia humana (...) No
eres tú. Simplemente es algo que te pasa a ti. Y algo que a menudo puede
aliviarse hablando. Palabras. Consuelo. Apoyo."
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