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Tres castillos de Soria: Magaña, Berlanga de Duero y Gormaz

En la provincia de Soria son varios los castillos que se conservan bastante bien y que se pueden visitar gratuitamente o por una pequeña aportación económica. Estos tres que ha visitado Claves de Mujer cumplen al menos ambas características. Se sitúan en Magaña, Berlanga de Duero y Gormaz. Los dos últimos pueblos están a poca distancia (a unos 17 kilómetro), mientras que el de Magaña está más retirado, a cerca de 100 kilómetros, algo más de una hora en coche. 

 Castillos de Soria

 

A continuación te detallo mis impresiones y algunos de los aspectos más característicos de estos tres castillos de Soria:

Castillo de Magaña

Magaña fue una localidad de cierta relevancia durante el medievo. No solo por su castillo, sito en lo alto de un pequeño cerro, sino por su ubicación así como por las seis parroquias románicas que la configuran. El pueblo es muy tranquilo, sus calles rezuman paz y el castillo, en lo alto, es lo primero que llama la atención, de hecho es hacia donde se dirigirá tu mirada prácticamente sin poder evitarlo. El acceso es libre y lo recomendable es recorrerlo con calma disfrutando del entorno y dejándose envolver por él.

Se cree que el castillo de Magaña se construyó en el siglo XV y en la actualidad es uno de los mejores conservados de la provincia. En realidad es una construcción defensiva, que se erige entre cerros y altozanos situados en las sierras en las Tierras Altas sorianas, esculpidas por el río Alhama y sus característicos montes.

Como siempre ocurre con las construcciones antiguas ha sufrido diversas modificaciones a lo largo del tiempo. Parece que estuvo constituida por un triple recinto, de tal modo que el interior representa el de mayor antigüedad. Su forma es cuadrangular y está reforzado por torres circulares en dos de sus ángulos. En la parte occidental se erige la torre del homenaje

 Castillos sorianos

Castillo de Berlanga de Duero

El pueblo de Berlanga de Duero, tiene en su castillo la edificación más representativa. Y no es de extrañar pues su magnitud llama poderosamente la atención, así como su estado de conservación. Aunque se desconocen sus orígenes primigenios se sabe que probablemente la primera fortaleza fuera islámica  y se levantara en torno a los siglos X y XI. De esta, apenas quedan restos y se considera que sirvió como edificación de carácter defensivo, que jugó un papel destacable como frontera con los reinos cristianos.

A día de hoy, se aprecian dos construcciones. Por un, lado está un castillo señorial de siglo XV, que se construyó en la época de Luís Tovar (la familia Tovar fue propietaria de Berlanga desde 1370) y su esposa Isabel de Guzmán, que se encargaron de las últimas modificaciones del castillo.

El otro reciento es una fortaleza artillera, cuya instigadora fue María de Tovar e Íñigo Fernández de Velasco, obra del maestro Lope de Isturizaga entre 1522 y 1527. Esta se situó alrededor del antiguo castillo medieval, que en un principio se pensaba demoler, y su idea era que resistiera el fuego artillero. De hecho, los muros están hechos en piedra de sillería y su grosor supera los cinco metros. Además, se rematan con un parapeto curvo o alamborado, con el objetivo de desviar los proyectiles disparados sobre los lienzos. 

 Fortalezas sorianas


Su forma es trapezoidal con cuatro cubos en cada esquina, adaptándose así al terreno donde se asienta. Dos de los cubos se pueden visitar, y lo cierto es que tanto su forma como dimensiones no te dejarán indiferente.

A lo largo de los siglos XVI y XVII, sus funciones militares quedaron relegadas y asumió otras funciones como la de prisión, archivo o arsenal.

En la actualidad, todo el conjunto monumental del castillo está gestionado por el Ayuntamiento de Berlanga de Duero. Hay que pagar una cantidad por la visita, que puede ser con o sin guía (si eliges esta última opción has de añadirle un suplemento). Como detalle, añadir que es posible subirse a dos de las torres para disfrutar de las vistas, algo que también puedes hacer si te asomas a unos de los balcones que han habilitado en uno de sus muros traseros.

Fortaleza Califal de Gormaz

Es una fortaleza islámica califal que mandó construir Al-Haquem II a finales del siglo X sobre unos restos anteriores. Su finalidad era la de fortalecer la frontera norte del río Duero. Fue un centro  militar que sirvió de apoyo a Medinaceli, capital de la frontera media musulmana.

El cerro sobre el que está ofrece unas excelentes vistas (increíbles diría yo) y durante la Edad Media fue a su vez estratégico dado que permitía controlar una de las principales rutas de acceso hacia el norte. En la época de los Reyes Católicos perdió su carácter militar y se empleó como cárcel.

El castillo se adapta a la forma de la meseta. Es algo que apreciarás nada más verlo en la distancia desde la carretera. Su perímetro es de casi un kilómetro, de forma alargada, con una longitud cercana a los 370 metros. Las murallas estaban reforzadas con 28 torres. En un principio, el acceso al recinto era a través de la puerta califal (uno de los elementos de más prestigio de este castillo) y una puerta en forma de codo que no se ha conservado (las dos en el muro sur). Había también dos entradas menores o poternas. 

 Castillos Soria

La puerta califal está formada por un arco de herradura enmarcado por un alfiz en el exterior y otro segundo arco de herradura más bajo y retranqueado. Entre las dos puertas había un espacio libre llamado buhedera que permitía el lanzamiento de proyectiles desde arriba.

Esta fortaleza soriana es igual que la de Magaña, de acceso libre. A lo largo de la misma, hay una serie de paneles explicativos que te cuenta curiosidades del edificio. Caminar por el paso de ronda, el pasillo que se sitúa en la parte superior de las murallas destinado a facilitar la defensa vertical de las murallas y el paso de la mercancía de los defensores y utillaje, es toda una experiencia, sobre todo, habida cuenta del paisaje que ofrecen los campos sorianos y los muros del castillo.

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