El ganchillo urbano une a las mujeres de Iznájar que cada año muestran sus creaciones en la exposición 'Urban Knitting Córdoba'
Un grupo de mujeres de Iznájar (Córdoba) y las 19 aldeas que la configuran comenzaron a hacer ganchillo de forma espontánea para pasarlo
bien, realizar sus propias creaciones y estar en compañía. Sin embargo, lo que en un principio era solo
una forma de entretenerse desembocó en el surgimiento de una comunidad dedicada
a este arte de tejer lana avalado por el Centro Guadalinfo de la localidad y en
un evento provincial llamado “Urban Knitting Córdoba”. En torno a este, cada año
se escoge una temática y las iznajeñas se ponen manos a obra. Supone un reto,
pero detrás hay más cosas, como la gran labor artesanal, la colaboración, la
unión intergeneracional y el trabajo en equipo. Ellas mismas lo han contado a
Claves de Mujer.
El 8 de marzo de 2013 se celebró el primer “Urban Knitting Córdoba” en Iznájar con el objeto de conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. A partir de entonces, anualmente se escoge un tema. El último ha tenido como trasfondo la antigua feria de ganado que acontecía en elpueblo, una tradición extinta a día de hoy. Este evento lanero atrae la atención no solo de los habitantes de la zona sino también de muchísimos turistas y viajeros que se desplazan hasta el municipio para contemplar estas piezas hechas a mano.
Gracias a esta actividad las mujeres iznajeñas dan rienda suelta a su creatividad y su habilidad tejedora enfrentándose al reto de elaborar con sus manos recreaciones temáticas que exponen en las calles del pueblo. Personajes de Walt Disney, las Meninas, mantones de manila, cuadros como La maja vestida y hasta un tiovivo a tamaño real, son algunas de las muestras que han tejido las agujas de estas knitters.
El origen de Urban Kinitting
Rosalía Jiménez, coordinadora de Urban Knitting, explica a Claves de Mujer cómo comenzó todo: “Se empezó con un proyecto en el Centro Guadalinfo de Iznájar. Poco a poco viendo que las mujeres se animaban a tejer, servía como terapia e incluso cuando estaban hospitalizadas también tejían y les ayudaba para la memoria, la iniciativa se fue reforzando y se decidió hacer todos los años”.
Para escoger el tema siempre se hace una primera reunión donde se realizan propuestas e ideas y a continuación se evalúan con un método DAFO. Finalmente, se escoge aquel que se considera mejor teniendo en cuenta distintos factores.
“Cada evento se ubica en una zona. Este año, hemos escogido el Recinto ferial porque era donde tenía lugar la feria de ganado, la temática que se eligió para la actual edición. Queríamos, por tanto, que el lugar coincidiera exactamente con el sitio donde se desarrollaba una tradición que a día de hoy se ha perdido”, comenta Paqui Marín, concejala delegada de Igualdad del Ayuntamiento de Iznájar.
El recinto ferial está algo alejado del casco histórico (al final de la carretera principal que atraviesa el pueblo, en la zona de la Venta), pero el motivo de la elección ha sido, como indica la concejala, porque la feria ganadera se realizaba en este punto de la localidad, y al mismo tiempo se ha buscado dar más visibilidad a esta parte de la misma.
Se han utilizado más de 2.000 ovillos de lana de comercio de proximidad.
Por otra parte, cabe destacar que en esta ocasión, se han utilizado más de 2.000 ovillos de lana de comercio de proximidad: “La lana la compramos en comercios locales, y todo el material se intenta adquirir en el pueblo”, matiza la concejala.
Técnica 'amigurumi'
Este año además se ha unido una novedad que en un principio produjo la reticencia de algunas de las tejedoras más veteranas. Para desarrollar esta feria de ganado tradicional con todos sus elementos, principalmente animales cabras, ovejas, burros, gallinas, etc., se decidió recurrir a una técnica de ganchillo llamada amigurumi, que proviene de Japón y consiste en tejer pequeños muñecos mediante técnicas de croché o ganchillo.
“Al principio, la gente se asustó un poco porque el amigurumi es una técnica muy nueva, y esto las personas mayores no lo entendían muy bien. En pequeño se hace mejor, y realizarlo a tamaño más grande costaba y por eso algunas mujeres han sido más reacias. La gente no sabía hacer los puntos grandes ni multiplicar”, dice Ángela, una de las tejedoras de Iznájar.
Al principio, la gente se asustó un poco porque el amigurumi es una técnica muy nueva, y esto las personas mayores no lo entendían muy bien.
“Aquí cada uno aporta lo que puede, por ello las que sabían la nueva técnica se la han enseñado a las más veteranas. Las personas mayores no la habían empleado antes y ahora han aprendido a hacer una cosa que realmente sabían pero que no aplicaban, es algo diferente. Yo vengo del campo y tengo gente más joven pero también mayor. Y las de más edad me decían que como desconocían la técnica, pues no la hacían. Sin embargo, luego al enseñarlas no lo veían tan complicado y se animaban. Al final, sientes ese orgullo de haber creado algo por ti mismo y de que perteneces a un grupo al que has aportado tu grano de arena. Se trata de que entre todas hemos llegado hasta aquí y cuando ves que se ha terminado poder decir: ¡Mira lo que hemos hecho todas!”, añade Mª José, otra de las participantes.
Las estructuras de las figuras
En este proceso tuvo especial importancia la elaboración de las estructuras, cuenta Grazyna, oriunda de Polonia y residente en España desde hace 12 años. La polaca intervino en este primer paso junto a Ángela y Rafael, el marido de ésta. Para desarrollarlas, se utilizó cartón y papel maché, y cerca del 80% de las figuras que este año se han exhibido se han realizado en su base con este sistema, lo que implicó unos tres meses.
A la par que se iban generando las bases, las tejedoras comenzaban a mover sus manos para forrarlas e ir dando la forma: “Una vez tienes la estructura vas organizando el punto a razón de esta. Hay que seguir la forma y ajustas el punto hasta el tamaño que necesitas. Vas tejiendo, unas veces tienes que añadir puntos, otras quitarlos, y en ocasiones será necesario hacer algún que otro apaño”, apunta Mª José.
Las mujeres con las que conversé en el Recinto Ferial coincidieron en resaltar que uno de los aspectos más bonitos de preparar un evento de estas características es que al final surge la creatividad de cada mujer que participa y es una manera de definir hasta dónde es capaz de llegar cada persona. Al principio no se tenía nada, pero las estructuras se fueron ideando naturalmente de modo que en algunas se han llegado a utilizar tubos y otros utensilios reciclados.
“En general, a todas nos viene muy bien –argumenta Mª José-, porque tienes un proyecto en mente, propones cosas, las ejecutas y cada uno le dedica el tiempo que puede. Al final, es un reto que te propones y se consigue. Socializas y al mismo tiempo tienes algo que hacer”.
Al final, es un reto que te propones y se consigue. Socializas y al mismo tiempo tienes algo que hacer.
Y como añade Ángela: “Además hablamos. Vamos a buscar ambiente, a tomar nuestro chocolate, nuestro bizcocho y nos relacionamos”.
En cada edición el reto parece más difícil y aunque al principio surgen dudas y nerviosismo, lo consiguen e incluso al terminarlo ya están pensando en la siguiente, tal y como confiesan a Claves de Mujer algunas de ellas. De hecho, el resultado del Urban Knitting de 2023 es un fiel reflejo de esta realidad.
Referente del ganchillo urbano
Así pues, desde el año 2013 el pueblo cordobés de Iznájar ha contribuido con sus mujeres a que el arte del ganchillo urbano sea más conocido y que la localidad se convierta en un referente de esta forma de tejer la lana. En la actualidad, revoluciona a todo el municipio, engalana las calles e incentiva el turismo. Favorece la interlocución entre las distintas generaciones, ya que en torno a esta idea se realizan talleres en los que se está enseñando a los niños a tejer lana, y permite mantener conectada y unida a Iznájar y sus aldeas.
El pueblo cordobés de Iznájar ha contribuido con sus mujeres a que el arte del ganchillo urbano sea más conocido y que la localidad se convierta en un referente de esta forma de tejer la lana.
La fecha de inauguración del Urban Knitting del presente año se tuvo que retrasar por la complejidad de la técnica y para evitar que las mujeres se agobiaran, asegura la concejala de Igualdad a Claves de Mujer. Se exhibe en el pueblo desde el 7 de mayo y estará hasta primeros de junio. No obstante, si se quieren ver muestras de otros años, algunas de ellas, parte de las que se han conservado, están en el Museo del Urban Knitting del mismo Iznájar. Igualmente, esta villa posee otros museos de interés como el Museo de Aperos de Labranza, el Museo de Artes y Oficios o el Museo de la Judea, entre otros. Además, posee rincones muy bonitos como el archiconocido Patio de las Comedias con sus macetas azules rebosantes de flores o su precioso castillo de origen árabe, que a 533 metros de altura se ve rodeado por el río Genil y el arroyo de Priego. Te aconsejo que los visites por que es realmente bonito.
Comentarios
Publicar un comentario