El calor es una de las principales causas de insomnio durante el periodo estival. La regulación de la temperatura corporal está estrechamente relacionada con el equilibrio del ciclo sueño-vigilia, por lo que esta época es una de las más propicias para que los problemas a la hora de conciliar el sueño afloren o se pronuncien. Es más, las personas mayores que suelen ser las más afectadas por los trastornos del sueño, ven cómo sus noches de vigilia se convierten en algo habitual si el calor es excesivo.
“Con la edad se deterioran los mecanismos responsables de la regulación de la temperatura, tanto de la eliminación como del mantenimiento de la misma, lo que tiene una implicación directa en la continuidad y profundidad del sueño”,
indica el doctor Francisco Javier Puertas, miembro de la Sociedad
Española de Sueño (SEN). No obstante, esta realidad no tiene que
preocupar en exceso, pues como indica otra especialista, la doctora
Merino: “Aunque a estas edades, las personas suelen dormir menos horas
durante la noche, habitualmente se echan una siesta, lo que supone una
duración total de sueño que no es demasiado diferente a la de edades
anteriores”.
Para paliar las consecuencias
de esas noches tan largas los miembros de la SEN hacen una serie de
recomendaciones aptas no sólo para las personas mayores, sino para el
resto de la población:
- Descansar en lugares a la sombra donde exista además buena ventilación.
- Emplear pijamas y ropa de cama transpirable.
- No hacer siestas demasiado largas, típicas del periodo estival.
- Hidratarse correctamente: beber muchos líquidos aun a pesar de no tener mucha sed.
- Mantener un horario de sueño más o menos regular, con variaciones poco llamativas
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