Ir al contenido principal

¿Cuáles son las técnicas más eficaces para relajarse en los momentos difíciles?

Dedicarse a uno mismo, respirar hondo y relajarse, en definitiva, alcanzar mayor paz interior. ¿Estas en ese momento de tu vida en el que necesitas darte un respiro? ¿O tal vez lo que buscas es una mayor relajación durante tu día a día? Alcanzar este objetivo es algo que se puede conseguir durante todo el año. Pero, ¿cómo? A continuación las claves para aprender a relajarse en cualquier situación.

 

Aprender a relajarse todos los días

Aprender a relajarse

“La mayoría de las veces, relajarse es una cuestión de adquirir hábitos saludables. Las situaciones de tensión o estrés pueden manejarse mejor si somos capaces de incorporar en nuestras vidas pequeñas cosas que nos hacen sentir bien. Se trata de tomar perspectiva de nuestra vida, de nuestros sentimientos, emociones, palabras y acciones”, explica a Claves de Mujer, Patricia Tomoe Abella, maestra de Reiki, experta en técnicas de relajación y autora además libro Técnicas de relajación para momentos difíciles (Ed. RBA).

 La experta recomienda, por tanto, prestar atención a detalles cotidianos que mejorarán nuestra calidad de vida. Toma nota:

  • Rodearnos de personas de confianza que nos aporten cosas positivas y alejarnos a la vez de aquellas personas que, por su actitud o comportamiento, son más bien tóxicas.
  • Procurarnos una dieta, sana y equilibrada, y dedicarle plena atención. En quince minutos podemos comer, pero tiene que ser eso, comer (no ver la televisión, leer un informe, llamar por teléfono o lo que sea mientras comemos).
  • Tener un sueño de calidad. Si bien es cierto que se recomiendan unas ocho horas de sueño, cada uno tiene unos biorritmos diferentes. Sean ocho o sean seis, lo importante es que resulte un sueño reparador y profundo.
  • Hacer algo de ejercicio. Algo tan fácil como sustituir el ascensor por las escaleras, cada día, ya nos lleva a movernos. Aparcar el coche y desplazarnos en bicicleta o a pie. Caminar abre la mente y nos abre caminos nuevos.
  • Ejercitar el positivismo. Nadie dijo que fuera fácil, pero es un recurso que está en todos nosotros y no hacemos uso del mismo. Nos dejarnos influir por la negatividad de las noticias, de la vecina ceniza del segundo, que siempre nos vuelca su porquería. Hay que salir de esa vorágine destructiva de negatividad.
  • Resolver los conflictos en lugar de evitarlos. Sí, los conflictos nos generan mucha negatividad, y el hecho de eludirlos no los resuelve, más aún los agrava, porque se añaden sentimientos negativos como el resentimiento. Aunque cueste, hay que afrontar la situación. Debemos ser capaces de comunicar nuestros sentimientos, nuestras emociones respecto a algo que nos incomoda, en lugar de callarlo y cargar nuestra mochila emocional con piedras que sólo harán que nuestra vida sea onerosa, una carga difícil de llevar.
  • Buscar espacio para relajarse. Muchas veces confundimos relajación con dejarnos caer en el sofá y hacer “nada”. Sí, digo, hacer nada. El dolce far niente que dicen los italianos está muy bien un rato, pero aún está mejor si ocupamos nuestro tiempo libre en cosas que nos aporten algo, que nos nutran, que nos permitan mejorar, ya sea esto hacer trabajos manuales, leer o meditar, entre otras.

  Técnicas de relajación para los momentos difíciles


Beneficios de la relajación

Si se consigue todo esto afrontaremos la cotidianidad de una manera más pausada, y nos daremos cuenta de los múltiples beneficios que aporta saberse relajar: “Es bueno a nivel físico, pues reducimos la frecuencia cardíaca, nuestro ritmo respiratorio es mejor, disminuye la tensión arterial y disponemos de más “hormonas de la felicidad” (endorfinas). Esta situación de bienestar físico se traslada también al plano mental. Una persona relajada es más positiva, tiene mejores relaciones sociales, su rendimiento laboral es mejor e incluso la capacidad de concentración es mayor.”

Además de estos excelentes consejos, la autora asegura que hay que dejar de lado los pensamientos negativos, ya que uno sólo produce un efecto fisiológico pernicioso en nuestro organismo que puede llegar a durar unas tres horas, con los consecuentes efectos nocivos en nuestra salud. 

"Es bueno a nivel físico, pues reducimos la frecuencia cardíaca, nuestro ritmo respiratorio es mejor, disminuye la tensión arterial y disponemos de más “hormonas de la felicidad.”


“Somos dueños de nuestros pensamientos, emociones y acciones, por ello, tenemos que aprender a tomar las riendas y el control de esas situaciones que, en muchos casos parece que se nos escapan. Requerirá de cierta disciplina y voluntad por nuestra parte, pero vale la pena esa pequeña inversión.”

Para alejar los elementos negativos, podemos sustituirlos por una imagen hermosa, una viñeta que nos arranque una sonrisa, una canción que nos alegre, o, por qué no, con una tarta de chocolate.

 Aprender a relajarse

Diez minutos para pensar

Otra recomendación de la escritora es que busquemos un hueco en nuestra apretada agenda para reflexionar y así afrontar la vida de forma más tranquila. Cada persona ha de encontrar ese momento, pero una buena idea “es poner el despertador diez minutos antes cada día. Sólo diez minutos. Y nada más levantarnos, en lugar de ir como locos intentando ducharnos, desayunar y ver las noticias a la vez, dedicar esos diez minutos a reflexionar sobre, por ejemplo, el sueño que recordemos haber tenido esa noche, a visualizar la jornada que tenemos por delante, haciendo una especie de “agenda mental”, viendo todas las situaciones que están por venir de una forma positiva.

Siempre que tengamos ocasión durante el día, podemos aprovechar ratos para relajarnos, despejar nuestra mente. A veces, incluso desde el despacho, desde el trabajo, parar quince segundos (sí, sí, segundos) y alzar la vista para mirar el cielo azul nos ayudará a mantener nuestra mente sana.

Al anochecer, o antes de ir a dormir, diez minutitos más (como hemos hecho por la mañana), hacer una pequeña revisión del día, pensar en lo negativo que hayamos vivido, quedarnos con lo bueno, dar gracias por ello y dejarse envolver por los brazos de Morfeo".



Comentarios

  1. . COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA

    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente

    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

    ResponderEliminar

Publicar un comentario