Un pequeño salto de agua borbotea entre piedras y pinos y
mientras el paseante lo busca y llega a su encuentro, bien puede toparse con el
mugido del ganado que pasta asilvestrado en medio del camino. Así es la
Chorrera de los Hornillos, un pequeño rincón a pocos kilómetros de Santa María
de la Alameda, pueblo del Noroeste de Madrid. Aunque cruzarse con el ganado es
excepcional, a veces, si se va temprano especialmente, es posible encontrarse
con vacas de considerable tamaño masticando plácidas, pero sólo es cuestión de
dejarlas hacer y seguir el camino.
La ruta sale de una pista que se ubica en un lateral de la
carretera que conduce a Santa María de la Alameda, perteneciente al territorio
histórico de El Escorial. Es un paseo circular, de unos 5 kilómetros, que se
puede hacer tranquilamente, incluso con niños, disfrutando del paisaje y
pasando un día en la naturaleza.
Al salto se llega enseguida, pues apenas se encuentra a un
kilómetro y medio del inicio de la ruta. Este chorro se mezcla con las aguas
del río Aceña que es el que nos acompaña durante todo el trayecto, y aún siendo
bonito de ver, lo mejor aún está por llegar.
Si seguimos andando ascenderemos hasta llegar a un punto
donde las vistas son impresionantes. Recomiendo sentarse sobre una de las rocas
del alto y contemplar unos minutos el paisaje. Las montañas parecen no tener
fin, tanto que el cielo parece que va ser incapaz de cubrirlas, y por un
momento uno es incapaz de imaginar que está a tan sólo 60 kilómetros de una
urbe como Madrid. Es fácil imaginar que estamos en otra zona de España, tal vez
en el Norte, y por un momento nos olvidaremos de los ruidos y la contaminación.
Hecha esta pequeña parada ya sólo hay que bajar, respirando
de nuevo más naturaleza hasta alcanzar le punto de partida donde hay un
merendero en el que detenerse a comer o tomar un piscolabis, según el hambre o
el momento del día.
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