Aprovechando que hoy 29 de septiembre es el Día Mundial de
Corazón, me he tomado la licencia de hacer un breve post recordando una serie
de consejos fundamentales para cuidar este órgano vital.
Según cuenta Rocío Río de la Loza, Health Coach, el corazón
humano late de promedio 80 veces por minuto y es la máquina que permite al
organismo funcionar correctamente pues es la encargada de distribuir toda la sangre a través de éste. Si esta máquina se apaga, nuestro halo de vida se irá también.
Dicho lo cual, cuidarlo debería ser uno de nuestros objetivos diarios, al menos si ansiamos permanecer en este mundo durante mucho tiempo y en unas condiciones
de salud cuando menos aceptables.
Un dato que apoya fehacientemente esta breve introducción sobre la
importancia de esta máquina de bombeo es el que avala la Organización Mundial de la
Salud, ya que esta organización asegura que la principal causa de muerte en el mundo en materia de salud la constituyen
las enfermedades cardiovasculares.
Pues bien, cuidar el corazón es tan fácil como sentarse tranquilamente en un sofá delante del televisor, sólo se trata de
tomar conciencia y adquirir una serie de hábitos, que son los de siempre, a los
que una y otra vez nos referimos cuando nuestra intención es fomentar una vida
sana:
2. Alimentación
equilibrada (incorporando frutas y verduras diariamente. Mejor si son 5 al
día). Fijarse en la pirámide nutricional es una buena forma de orientarse en este
sentido. Cuanto menos grasas nocivas o dulces ingiramos mejor. No se trata de
eliminar esos productos por completo de la dieta, sino de moderar su consumo.
3. Práctica
regular de ejercicio físico. Puedes ir al gimnasio, pero no es la única opción.
Hay muchos deportes, debes encontrar el que más te guste. Andar todos los días
o varios días a la semana, ya constituye una buena medida cardiovascular. En
definitiva, se trata de limitar el sedentarismo.
4. No
fumar..., el tabaquismo perjudica la salud en todos los sentidos.
5. Evitar el
alcohol o las bebidas azucaradas. Se pueden consumir, pero respetando las
recomendaciones de los nutricionistas.
6. Hay que
tratar de moderar el consumo de sal. Un exceso de ésta favorece la
hipertensión, nefasta para el corazón.
7. Buscar vías
de relajación para disminuir el estrés. Las opciones son múltiples, desde
aprender técnicas de relajación hasta evadirse con la práctica de un hobby.
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