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Un recorrido por la vida de las mujeres del África subsahariana rural

Chus de la Fuente, directora de la Fundación Recover, organización sin ánimo de lucro dedicada a intentar que las personas de varios países africanos accedan a una sanidad de calidad, ha explicado en una entrevista a Claves de Mujer cómo es la vida de las mujeres en el África subsahariana rural. Las creencias y las tradiciones transmitidas de generación en generación condicionan a estas féminas que ya desde que son pequeñas empiezan a asumir distintos roles. A lo largo de su trayectoria vital deberán ir desempeñando cada uno de ellos. Algunos consisten en ayudar a la crianza de los hermanos y realizar tareas domésticas cuando son niñas o con el tiempo compaginar sus labores con trabajos para aportar dinero a la economía familiar. Por otro lado, una exposición virtual llamada “Formar paratransformar vidas”, organizada por la misma Fundación, recoge estos aspectos de la cotidianidad de la mujeres africanas.

 

Foto: Fundación Fecover

 

Mujeres comprometidas con el desarrollo

Recientemente y con motivo del ya celebrado Día Internacional de las Mujeres Rurales (15 de octubre), la Fundación Recover ha querido rendir un homenaje tanto a las mujeres que viven en el África subsahariana rural (que comprende a 49 países situados al sur del Sáhara), como a aquellas que están comprometidas con su desarrollo. La forma escogida ha sido la exposición virtual “Formar para transformar vidas”, que presenta la cara más humana de la cooperación internacional. Gracias a la experiencia de voluntariado de un equipo de profesionales en Camerún, se cuenta una historia inspirada en dos mujeres reales durante su complejo camino hacia una sanidad de calidad en esta zona del continente africano.

Con motivo de este evento virtual, Claves de Mujer ha querido conocer más detalles sobre cómo es la vida de las mujeres del África subsahariana rural, que es donde opera esta organización desde al año 2007. Para ello, Chus de la Fuente, directora de Fundación Recover, ha respondido a unas preguntas en la que nos aclara esta realidad.

¿Cuáles son las carencias más urgentes que ha detectado la Fundación en las zonas donde actúa? De salud, formativas…

Al ser una Fundación cuya misión es hacer accesible la asistencia sanitaria de calidad, nos fijamos sobre todo en ese ámbito. En ese sentido, las principales carencias son principalmente dos. Por un lado, falta de recursos económicos para poder hacer frente a las necesidades sanitarias locales (más aun teniendo en cuenta que no hay sanidad gratuita y, por tanto, que hay personas que no acuden al médico hasta situaciones muy extremas). Y, por otra, falta de profesionales con la capacitación adecuada y en el número suficiente para poder atender el 24% de carga de enfermedad. Además, existen grandes diferencias con lo que creemos habitual en el mundo occidental. Por ejemplo, hay muchos enfermeros que hacen la labor de médicos, generalistas que hacen de especialistas…

 


 

¿Cómo es la vida de las mujeres en las zonas rurales de esta parte de África, se dedican principalmente a la crianza o ayudan en otras labores?

La mujer cumple muchos roles en la sociedad rural. Desde niña ya se va marcando ese camino, ayudando a la madre en la crianza de los más pequeños y en las tareas domésticas (una de las causas por las que abandonan tempranamente la escuela). En la adolescencia, hay un alto porcentaje que tiene embarazos tempranos e incluso matrimonios adolescentes. Estos factores ralentizan su crecimiento y su desarrollo en ámbitos diferentes al de la familia. Las mujeres en estos lugares han de tener hijos: una mujer que no tiene hijos está mal vista y es con frecuencia abandonada por su marido en caso de no tenerlos. Todo ello se acompaña también en muchas ocasiones con el hecho de que son las responsables de una parte de la economía familiar, bien trabajando en el campo, bien con venta ambulante o trabajos de economía subterránea.

Actualmente la situación de pandemia ¿está afectando a las actuaciones y financiación de recursos?

Según la ONU, el impacto socioeconómico del Covid-19 en África implicará una caída media del 10% en el PIB, lo que se traducirá en unos 200.000 millones de dólares.

Es un continente donde el 85% es trabajo informal, no pueden cumplir con confinamiento, no tienen ingresos si no trabajan y el 90% tampoco tiene protección social, lo que dificulta aún más la situación de los trabajadores o de la población activa del continente. Se calcula que esta contracción de la economía arrastrará a uno 29 millones de personas a la pobreza. Sin duda alguna será además necesario flexibilizar y atrasar la devolución de las deudas de estos países.

Todo ello se une a una potencial crisis alimentaria, alimentada por varios frentes. Por un lado, porque el porcentaje de importación de alimentos es muy alto en el continente. Si su economía se contrae, importarán menos. La segunda causa seria las plagas de langosta que han asolado el continente en este verano. Proteger los corredores de alimentos es fundamental para frenar estos efectos.

 


 

En el ámbito sanitario también es fundamental no mirar hacia otro lado. Sin duda ha habido recursos que estaban destinados a enfrentar otras de las muchas debilidades del sector sanitario (sarampión, VIH, Tuberculosis, Paludismo…) y que como consecuencia del Covid-19 se han desviado a esta pandemia. Esto provocará un retroceso en los avances dados en los últimos años en muchas de estas enfermedades. Asegurar que en el momento en que se encuentre una vacuna o tratamiento su acceso al mismo este garantizado en condiciones favorables es también un caballo de batalla al que debemos enfrentarnos en estos momentos.

Y quizá, por no dejarlo de lado y por el fuerte impacto que puede tener en la mejora de la salud, es importante fortalecer las capacidades de los profesionales sanitarios locales. Indagar todas aquellas vías por las cuales se pueda fortalecer estas capacidades es fundamental. Del mismo modo, quizá una esperanza sea contar con todos los profesionales que han salido de estos países en la diáspora en busca de mejores trabajos en Europa.

¿Qué tipo de recursos ya sea humanos (especialistas) ya sea físicos (material sanitario), es ahora más necesario?

En estos momentos, en los que viajar es problemático y a veces imposible, quizá lo prioritario sea la colaboración económica. Con ella se puede hacer frente a las diferentes necesidades que surgen. En nuestro caso las principales necesidades son poder hacer frente a la formación de los profesionales que trabajan en estos centros y poder mantener nuestra línea de trabajo fortaleciendo estos centros: con equipos, con infraestructuras, con medicamentos, con campañas de sensibilización… En definitiva, poder avanzar en la línea de trabajo marcada, de tal manera que no haya retrocesos y que el acceso de todos y todas a una sanidad de calidad y con futuro sea cada vez más posible en África subsahariana.

El 65% de los voluntarios que participan en su Fundación son mujeres ¿a qué cree que se debe este hecho?

En general, tanto el sector sanitario como en el sector social el perfil femenino suele ser el predominante. En este caso se unen ambos factores: trabamos en salud y somos sector social.

¿Qué hay que hacer si queremos formar parte de la Fundación y ayudar?

Colaborar es muy sencillo, en nuestra página web www.fundacionrecover.org todo el que quiera puede hacerse socio o colaborar con un donativo. También es posible hacerlo por transferencia bancaria en la cuenta ES75 0075 5977 84 0605390483 o vía Bizum con el código 33443. 

El voluntariado internacional, por desgracia, ahora mismo está pausado debido a la pandemia, pero sería posible hacerlo de forma virtual. También encontrarán toda la información en nuestra página web.



 

Las mujeres del África subsahariana rural en imágenes

La exposición recoge las fotografías de Lida Larrosa y muestra la cotidianidad de dos mujeres reales de Camerún: Elvi y Manuela. Larrosa cuenta que ambas son “un reflejo del valor de la cooperación internacional”.

“Elvi llegó al hospital con 18 años y paludismo para dar a luz. Al pertenecer a la etnia Bamiléké, explicó que no quería que se tomaran fotografías suyas. Por respeto, se ha montado su relato con imágenes de otras mujeres que se encontraban en el centro y que sí ofrecieron su consentimiento”. Entre esas fotografías sí se puede ver a Manuela, “una estudiante de primero de Enfermería ávida de conocimiento y dispuesta a todo para aprovechar al máximo el conocimiento puesto a su alcance por el personal sanitario hasta allí desplazado”.

¿Cómo puedo ayudar con la exposición?

Tal y como se especifica en la página de la muestra virtual, si quieres ayudar con esta exposición puedes descargar alguna de las fotografias siempre que no sea para un uso no comercial. A continuación, es posible dejar un donativo a través de la web de la Fundación, bien por transferencia bancaria en la cuenta ES75 0075 5977 84 0605390483, bien vía Bizum con el código 33443.

 

Portavoces de la Fundación Recover en la presentación virtual de la exposición

 

Mortalidad materna en África

En la actualidad, muchos países muestran unas cifras muy elevadas relacionadas con la mortalidad materna. Esta realidad es la que viven zonas del África subsahariana como Camerún, Costa de Marfil y Benín, donde de cada 100.000 nacimientos, fallecen 596, 645 y 405 mujeres, respectivamente. Sin embargo, el 80% son evitables, como lo demuestra el hecho de que, en España, la cifra se reduce a cinco mujeres por cada 100.000 nacimientos. En este sentido, para la directora de la Fundación “uno de los agentes fundamentales para afrontar y disminuir estas cifras es el voluntariado internacional formativo. El personal sanitario que ofrece su tiempo y experiencia transfiere sus conocimientos, logrando así multiplicar el impacto”.

El último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNDU) habla del impacto que se produce en un país cuando se pone el foco en salud y mujer. “Una mujer formada que completa su formación escolar sin abandonar sus estudios, consciente de sus derechos y pudiendo acceder a ellos, incide directamente en parámetros de desarrollo que le afectan a ella personalmente, pero también a su familia y a su comunidad. Esto también produce una reducción de la mortalidad materna y de la pobreza infantil”, explica Chus de la Fuente. 

 

Foto: Naciones Unidas (página web)

 

Datos sobre mujeres rurales en el mundo

Según Naciones Unidas “las mujeres rurales suponen una cuarta parte de la población mundial, y trabajan principalmente como agricultoras, asalariadas y empresarias.  Sin embargo, menos del 20% de los propietarios de tierras en todo el globo terráquea son mujeres. En las zonas rurales, la brecha salarial de género alcanza el 40%. No obstante, si se consiguiera reducir la brecha en las tasas de participación de la fuerza laboral entre hombres y mujeres en un 25% para el año 2025, el PIB mundial podría incrementarse en un 3,9%.”

“Del mismo modo, si las mujeres que viven en zonas rurales tuvieran el mismo acceso a los activos agrícolas, la educación y los mercados que los hombres, se podría aumentar la producción agrícola y reducir el número de personas que padecen hambre en 100-150 millones.”

 

 

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