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Ana Ortiz (doctora de Farmasierra): "El Síndrome Inflamatorio Intestinal se da más en mujeres y su hormonas podrían ser las responsables"

Algunos de los trastornos gastrointestinales más comunes son la acidez de estómago o la hinchazón abdominal, pero si estos síntomas se agravan se puede producir el Síndrome del Intestino Irritable (SII). Esta patología afecta a cerca del 20% de la población, y que se caracteriza por causar dolor abdominal y/o diarrea o estreñimiento. Además, las mujeres que tienen hasta dos veces más probabilidades que los hombres de padecer este síndrome, los índices empiezan a aumentar cuando llegan a la pubertad y según ha contado la doctora Ana Ortiz, gerente del Área de Salud de Farmasierra, a Claves de mujer, cabe preguntarse su vínculo con las hormonas femeninas.

 

Entrevista Ana Ortiz farmasierra

Entrevista a la doctora Ana Ortiz por el Síndrome de Intestino Irritable

La doctora Ana Ortiz, explica con detalladamente en esta entrevista qué es el Síndrome del Intestino Irritable (SII) y sobre trastornos gastrointestinales funcionales que afectan, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, al 25-45% de la población.

Estos trastornos se pueden producir por problemas en la comunicación entre el intestino y el cerebro. El estrés crónico, por ejemplo, puede provocar el desequilibrio de las bacterias intestinales y favorecer la aparición del SII. A su vez, los síntomas del SII pueden generar estrés en los pacientes.

¿Por qué aparece el SII?

El Síndrome del Intestino Irritable (SII) es uno de los trastornos funcionales digestivos más frecuentes. Es un trastorno funcional del tubo digestivo que se caracteriza por una combinación de síntomas digestivos crónicos y recurrentes que no pueden explicarse por anomalías estructurales o bioquímicas. No se puede encontrar una causa en las pruebas de laboratorio, los estudios de diagnóstico por imágenes y las biopsias que lo justifique, por lo tanto, por el momento no se conoce su etiología. 

El Síndrome del Intestino Irritable (SII) es uno de los trastornos funcionales digestivos más frecuentes.

Aunque no hay una causa específica, sí se ha observado que ciertos factores o problemas son más comunes en las personas que sufren de SII y por ello se considera que estos problemas podrían ser factores predisponentes, desencadenantes o agravantes para el desarrollo del SII. 

Estrés y sii

Se desconoce la causa específica del Síndrome del Intestino Irritable, pero las evidencias científicas aportadas en los últimos años sugieren que en su desarrollo están implicados múltiples factores fisiopatológicos de diversa índole, entre otros:

• Alteraciones de la microbiota intestinal.
• Alteraciones en la motilidad intestinal.
• Hipersensibilidad visceral (un aumento de la sensibilidad central y periférica al dolor visceral).
• Infecciones gastrointestinales (gastroenteritis bacteriana).
• El género femenino (hormonas).
• Factores psicosociales como el estrés crónico, la ansiedad y la depresión.
• Factores emocionales y psicosociales, genéticos y dietéticos.

En la actualidad se considera el SII como un trastorno digestivo funcional resultante de un desequilibrio en el funcionamiento del eje microbiota-intestino-cerebro, que afecta negativamente a la función de la barrera intestinal , aumentando su permeabilidad, la activación neuroinmune y la disbiosis, a la vez que se produce una activación del sistema inmunitario y el sistema nervioso del aparato digestivo (sistema nervioso entérico), hecho que genera una hipersensibilidad visceral y una alteración motora.

¿Es cierto que las mujeres lo sufren el doble más que los hombres? ¿A qué se puede deber?

La prevalencia del Síndrome de Intestino Irritable varía de acuerdo con la población estudiada y los criterios diagnósticos utilizados. Los estudios de prevalencia realizados hasta la fecha muestran una estimación en población global entre el 10 y el 20%, y que su prevalencia es mayor en mujeres, sobre todo en la mujer joven, con una relación mujer/hombre de 2:1, no habiendo diferencias significativas de prevalencia por etnias. 

Entrevista Ana Ortiz farmasierra

Su prevalencia es mayor en mujeres, sobre todo en la mujer joven, con una relación mujer/hombre de 2:1.

En España, el Síndrome del Intestino Irritable (SII) constituye un frecuente problema de salud en atención primaria. Según datos ofrecidos por la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) el SII afecta al 14% de la población española, y en nuestra sociedad esta condición se presenta también dos veces más en mujeres que en hombres y con mayor frecuencia en la adolescencia y en los adultos jóvenes.

En el caso de las mujeres, que tienen hasta dos veces más probabilidades que los hombres de padecer este síndrome, los índices empiezan a aumentar cuando llegan a la pubertad. Por el momento no hay evidencias que expliquen por qué el sexo femenino tiene una mayor incidencia de esta patología, pero cabe preguntarse si el Síndrome del Intestino Irritable guarda algún vínculo con las hormonas sexuales.

¿Qué síntomas deben alertarnos para acudir al médico?

Los principales síntomas del SII son la presencia de dolor abdominal asociado a hinchazón abdominal, flatulencia y alteraciones del ritmo deposicional, ya sea en forma de diarrea, estreñimiento o de ambas. A veces se presentan otros síntomas como gases, eructos, acidez de estómago, aunque la presencia de dolor abdominal es un requerimiento absoluto para hablar de SII
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¿En qué medida afecta el estrés en la aparición de este síndrome?

Aunque la causa exacta para la aparición del SII se desconoce, sí está comprobada su relación con el estrés. El cansancio excesivo y continuado, las infecciones, el dormir mal, llevan a un círculo vicioso donde diversos factores pueden desencadenar una caída de las defensas o generar estrés, o bien que sea el estrés el que genere estas situaciones. 

El estrés supone una exigencia extra al organismo, y esto resta energía al sistema inmune y a otros sistemas. Prácticamente todas las funciones intestinales son sensibles al estrés.

Existe una comunicación entre el intestino y el cerebro que es bidireccional y en esta relación está implicada la microbiota. De tal manera que una mala salud intestinal o bien la existencia de patógenos en el intestino nos va a afectar a nuestras defensas o incluso a nuestra estabilidad emocional. Esta comunicación bidireccional entre la microbiota intestinal y el sistema nervioso central se realiza a través de un conjunto de vías de señalización al que se ha llamado “eje intestino-cerebro”, un complejo sistema de comunicación que involucra a los sistemas nervioso, endocrino e inmunológico. 

Los síntomas del SII generan estrés.
Numerosos estudios han confirmado que el estrés crónico activa el sistema nervioso central, con la consiguiente liberación hormonas que afectan a los procesos digestivos. El estrés crónico, por lo tanto, puede desequilibrar las bacterias intestinales y ser un factor clave en el desarrollo del Síndrome del Intestino Irritable (SII). A su vez, los síntomas del SII generan estrés, creando un círculo vicioso que debe ser interrumpido mediante la implementación de ciertas pautas terapéuticas.

A día de hoy no hay pruebas para detectarlo, ¿cómo se diagnostica?

Llegar a un diagnóstico concluyente de SII presenta dificultades por varios factores: al no haber una causa o problema orgánico que lo produzca, no existen marcadores biológicos, histológicos, ni morfológicos del síndrome; los síntomas de SII no son específicos y además el curso de la enfermedad es variable. 


Los síntomas de SII no son específicos y además el curso de la enfermedad es variable.

Durante mucho tiempo el diagnóstico del SII se ha venido haciendo por exclusión, es decir a través del descarte de enfermedades y patologías que pueden compartir síntomas con el SII.

Actualmente el diagnóstico se fundamenta en la valoración de una serie de síntomas característicos y cada vez mejor definidos que se han sistematizado en los criterios diagnósticos Roma IV. De esta manera, el diagnóstico en positivo se realiza mediante la búsqueda de síntomas o signos específicos, aunque ello no excluye realizar las exploraciones pertinentes para establecer el diagnóstico diferencial con algunas patologías orgánicas que pueden manifestarse de forma similar. 

Para diagnosticar el Síndrome de Intestino Irritable, los médicos revisan los síntomas y realiza una cuidadosa historia clínica.
Para diagnosticar el Síndrome de Intestino Irritable, los médicos revisan los síntomas y realiza una cuidadosa historia clínica que incluye en cumplimiento de los criterios Roma IV, además de hacer un examen físico, recoger datos den los antecedentes familiares, etc.. En algunos casos, pueden pedir analíticas y pruebas para descartar otros problemas de salud que pueden presentar esos mismos síntomas.

¿Cuál es el tratamiento?

Es el médico que lleva al adulto o el pediatra que lleva al niño quien debe establecer el tratamiento y pauta adecuados a seguir en cada caso. Podrá recomendar cambios en la alimentación, terapias de salud mental/emocional, probióticos e incluso medicamentos, pero no hay reglas fijas al no haber una causa orgánica que esté produciendo esa sintomatología. Por ello, es el médico quien puede ayudar a planificar un tratamiento y una dieta adecuada y ajustada a las necesidades del paciente cuando haga falta.

¿Hay alguna dieta recomendada para prevenirlo?

Es muy importante una alimentación saludable, y equilibrada adecuada, manteniendo los horarios de alimentación, evitando las transgresiones alimentarias y el comer por ansiedad o aburrimiento. En definitiva, comer variado, sano y con moderación.

Debido a que la relación causal entre alimentos específicos y síntomas es difícil de probar y varía mucho de unos pacientes a otros, es importante no limitar y excluir alimentos de la dieta de forma indiscriminada, que podría conducir a una dieta inadecuada, a deficiencias de micronutrientes e incluso a una desnutrición calórico-proteica, sobre todo en el caso de los niños que tienen unas necesidades específicas durante el período de crecimiento. 

SII

En ocasiones puede ser recomendable eliminar la lactosa, el gluten o ciertos alimentos específicos, pero eso debe valorarlo y prescribirlo el médico en función de la historia clínica y la situación clínica de cada paciente. La dieta específica debe definirse y establecerse siempre después de tener el diagnóstico del médico de atención primaria o del especialista del aparato digestivo.

¿Alguna otra recomendación?

Hay dos factores que pueden hacer que los síntomas del SII empeoren: el estrés emocional y los alimentos que come.

Una dieta y un estilo de vida saludable, ordenado y equilibrado ha demostrado, a corto plazo, que ayudan a reducir los síntomas gastrointestinales en pacientes con SII. 

Hay dos factores que pueden hacer que los síntomas del SII empeoren: el estrés emocional y los alimentos que come.
Llevar una dieta saludable, evitando aquellos alimentos que son mal absorbidos en el intestino delgado; y reducir los platos de gran aporte calórico, que hacen que el aparato digestivo se resienta. Es recomendable realizar una mayor cantidad de estímulos, quizás cinco comidas al día, pero de platos más livianos y comer a un ritmo relajado en horarios regulares.

La alimentación es un punto fundamental a la hora de lidiar con un trastorno digestivo que no tiene un tratamiento único, idóneo ni curativo. La mayoría de los pacientes con SII tienen una lista de enemigos comunes que hay que intentar evitar, conformada por las especias, la cafeína, los picantes, las grasas, los formadores de gases -como las legumbres o el brócoli- y las comidas muy condimentadas. Por otro lado, es importante hidratarse diariamente, al menos dos litros de agua por día, consumir frutas y verduras de manera moderada y no excluir alimentos sin conocimiento, ya que podría poner en riesgo la ingesta adecuada de nutrientes.

SII dieta

Algunos pacientes suelen realizar dietas de exclusión, eliminando alimentos como la lactosa, el gluten, entre otros. Dichos alimentos deben excluirse únicamente si existe un diagnóstico como tal por parte del gastroenterólogo o si se identifica evidentemente una sensibilidad o intolerancia ante ellos. No existen alimentos prohibidos o malos; de hecho, el plan alimenticio debe aspirar a ser lo más variado posible. Cada paciente conoce cuáles son los alimentos que le sientan peor. Por este motivo, es sumamente importante tenerlos identificados e intentar reducirlos al máximo para prevenir la aparición de síntomas molestos. 

Una buena alimentación a veces necesita ser complementada con un probiótico adecuado.
Desafortunadamente, en algunos casos, un plan alimenticio saludable no siempre es suficiente para contrarrestar todos los síntomas del trastorno en cuestión. Sin embargo, una buena alimentación a veces necesita ser complementada con un probiótico adecuado, debidamente investigado y clínicamente probado que colabore en el equilibrio de la microbiota intestinal, el manejo de los síntomas gastrointestinales y en el mantenimiento de la estabilidad emocional.

En este sentido, desde Farmasierra recomendamos la cepa Bifidobacterium longum 35624 que ha demostrado su capacidad para ser reconocida por aliviar el dolor abdominal, reducir la flatulencia y la distensión abdominal, mejorar los hábitos intestinales, disminuir la flatulencia y normalizar los niveles de citoquinas. También, la cepa Bifidobacterium longum 1714, que ha demostrado ejercer un efecto modulador sobre el funcionamiento del eje intestino-cerebro, disminuyendo la inflamación intestinal relacionada con el SII.

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