Raquel Sevillano (Amref): "Las mujeres africanas son el futuro del continente porque sostienen, transforman y lideran sus comunidades"
Amref Salud África, surgió en 1957 cuando tres sanitarios iniciaron a los pies del Kilimanjaro una iniciativa como “médicos voladores” para llegar a los lugares más inhóspitos del continente. En la actualidad, en Amref trabajan 2.400 personas de 40 países diferentes, y la mayoría de ellas, el 95% , son africanas. En España, Amref está formado por un pequeño equipo en su oficina de Madrid y el Patronato, que es el máximo órgano de gobierno de la organización. Actúan en diversas áreas y las mujeres constituyen el eje de muchas de sus actuaciones. Raquel Sevilla, del departamento de Comunicación de España, nos relata en esta entrevista el papel de las mujeres en África, sus logros y proyectos de futuro.
¿Por qué el futuro de África está en las mujeres y los jóvenes?
Porque ya son su presente. En Amref estamos convencidos de que el futuro de África está en manos de sus mujeres y su juventud, porque son ellas y ellos quienes sostienen, transforman y lideran sus comunidades cada día. Las mujeres africanas representan más del 50% de la población del continente y, sin embargo, enfrentan barreras desproporcionadas para acceder a derechos fundamentales como la salud, la educación o la participación política.
Lo mismo ocurre con los jóvenes, que constituyen el grupo demográfico más numeroso en África: más del 60% de la población tiene menos de 25 años. Pero más allá de los datos, esta convicción nace de una realidad que vemos cada día sobre el terreno: mujeres multifacéticas, que no solo luchan por la igualdad de género, la educación de las niñas, y la erradicación de la violencia, sino que también están profundamente comprometidas con la modernización y el desarrollo sostenible de su comunidad. Mujeres que actúan como una fuente de inspiración y un modelo de cambio para otras mujeres en África y en el mundo. Y jóvenes que impulsan iniciativas innovadoras para mejorar su entorno, participando activamente en la transformación social de sus comunidades.
Las mujeres africanas representan más del 50% de la población del continente.Amref es una organización africana que trabaja desde hace más de 60 años con una visión clara: que el progreso de África debe estar liderado por africanos y africanas. Nuestros programas están diseñados, gestionados e implementados por equipos locales, desde el conocimiento profundo del contexto y en diálogo directo con las comunidades. No se trata de "dar voz", porque las mujeres y los jóvenes africanos ya tienen voz, fuerza y visión propia. Se trata de abrir espacios, derribar barreras y reconocer su liderazgo. Porque cuando una mujer accede a salud, educación y poder de decisión, toda su comunidad avanza. Y cuando un joven tiene oportunidades reales, África crece desde dentro, con dignidad, justicia y sostenibilidad.
Cuando una mujer accede a salud, educación y poder de decisión, toda su comunidad avanza.
¿Qué papel juegan las mujeres en la salud del continente?
Las mujeres desempeñan un rol fundamental en la salud de África, actuando como pilares esenciales tanto en la provisión de servicios sanitarios como en el cuidado familiar y comunitario. En muchas regiones de África subsahariana, las mujeres son la columna vertebral de la atención primaria en salud.
A través de su trabajo como agentes comunitarias de salud (un Agente Comunitario de Salud (ACS) es una persona de la propia comunidad, formada para brindar atención básica de salud, promover hábitos saludables y servir de enlace entre la comunidad y el sistema sanitario), llevan servicios esenciales a zonas rurales y de difícil acceso.
Fotografía: Amref Helath Africa/Adrian Mgaya): Tanzania - Eunice Bahati, enfermera en el centro de salud Lagangabilili en el distrito de Itilima, en la región de Simiyu, brinda prevención y educación sobre el VIH a una usuaria durante los servicios de alcance comunitario.
Las mujeres son fundamentales en la estructura sanitaria de África.
Sin embargo, este trabajo, aunque vital, rara vez es remunerado o reconocido. Organizaciones como Amref Salud África trabajan para cambiar esta realidad, formando a mujeres como matronas, profesionales de salud y líderes comunitarias. Gracias a estas oportunidades, no solo mejora la calidad de la atención médica en sus comunidades, sino que se fortalece el liderazgo femenino y su participación en la toma de decisiones sanitarias y sociales.
Otro ámbito clave es la salud sexual y reproductiva. Amref impulsa el acceso a servicios prenatales y postnatales, anticonceptivos eficaces y asistencia cualificada durante el parto, porque garantizar estos derechos es vital para reducir la mortalidad materna y neonatal y mejorar la vida de las madres y sus hijos. Además, las mujeres están liderando la lucha contra prácticas dañinas como la mutilación genital femenina.
Las mujeres están liderando la lucha contra prácticas dañinas como la mutilación genital femenina.
En lugares como Afar, en Etiopía, son ellas mismas —madres, tías, jóvenes— quienes se están organizando para decir basta. Con apoyo de Amref, promueven alternativas culturales seguras, defienden sus derechos y protegen a las nuevas generaciones, reflejando su papel activo en la transformación social y sanitaria.
En resumen, las mujeres son fundamentales en la estructura sanitaria de África, actuando como proveedoras de servicios, educadoras, cuidadoras y líderes comunitarias. Reconocer y fortalecer su participación es esencial para mejorar los sistemas de salud y lograr un desarrollo sostenible en el continente.
La Mutilación genital femenina es una de las áreas que tratáis, ¿cómo se aborda un asunto tan cultural y cuáles son vuestras expectativas en este sentido?
Sí, en Amref llevamos años trabajando para acabar con la mutilación genital femenina, y lo hacemos desde una convicción muy clara: el cambio real solo puede venir desde dentro, desde las propias comunidades. No se trata de imponer, ni de juzgar. Se trata de escuchar, de acompañar, y de construir alternativas junto a las personas que viven estas tradiciones.
Sabemos que la mutilación genital femenina es una práctica muy arraigada en muchas zonas de África. Forma parte de ritos de paso, de creencias que se han transmitido durante generaciones. Por eso, nuestro enfoque es profundamente cultural y comunitario.
Fotografía: Amref Helath Africa/Esther Sweeney): Kenia - Cynthia Oningoi, Responsable de proyecto de Amref y defensora contra la mutilación y el corte genital femenino.
Trabajamos con líderes tradicionales, con mujeres mayores -que muchas veces son las encargadas de realizar esta práctica-, con ancianos, con madres y padres, con chicas y chicos jóvenes… y abrimos espacios de diálogo.
Una de las estrategias más bonitas y efectivas que llevamos a cabo son los Ritos de Paso Alternativos. Es una forma de mantener la parte positiva del rito -el paso a la edad adulta, la celebración comunitaria- pero sin violencia, sin dañar a las niñas. Es emocionante ver cómo las propias comunidades deciden dejar atrás la mutilación y celebrarlo juntas, protegiendo a sus hijas.
Cuando una niña sabe que tiene derecho a decir “no", ahí es donde empieza todo.También trabajamos mucho en educación, en empoderamiento. Cuando una niña sabe que tiene derecho a decir “no”, cuando una madre entiende las consecuencias de esta práctica, cuando una comunidad se atreve a cambiar, ahí es donde empieza todo.
Nuestras expectativas son ambiciosas, pero realistas. Queremos que para 2025, medio millón de niñas se salven de la mutilación, y para 2030 soñamos con su erradicación total. Pero más allá de las cifras, lo que de verdad queremos es ver a las niñas crecer sanas, ir al colegio, tener un futuro. Queremos ver comunidades orgullosas de haber tomado la decisión de cambiar. Y te aseguro que ese cambio es posible. Lo vemos cada día. Lo lideran las propias mujeres y niñas. Solo necesitan apoyo, respeto y oportunidades. Y eso es lo que intentamos aportar desde Amref.

Foto 4 (fotografía: Amref Helath Africa/Dennis Ochiel):
Kenia - Ceremonia del Rito de Paso Alternativo en Kenia 2024
El día que su madre puso la cuchilla sobre la mesa, Jane tomó una decisión valiente: huyó. Encontró refugio en la Nice Place Foundation, donde por fin pudo sentirse segura, acompañada, y aprender que ser mujer no tiene por qué significar dolor, sino tener la posibilidad de elegir. Hoy, Jane es formadora y un referente para otras jóvenes. Y lo más bonito: gracias a ella, su hermana pequeña también se salvó.
Estas historias son las que nos impulsan cada día. Porque detrás de cada proyecto, de cada acción que ponemos en marcha, hay niñas como Jane. Y ellas merecen crecer libres, sin miedo y con todo el futuro por delante.
Ellas merecen crecer libres, sin miedo.
Algo similar ocurre con la menstruación, ¿qué es lo más dificultoso en este área?
Hablar de menstruación en muchas comunidades rurales de África sigue siendo un reto enorme. Es un tema lleno de silencio, de tabúes, y eso, al final, genera mucho sufrimiento innecesario. Lo más difícil no es solo la falta de productos de higiene menstrual (compresas, tampones…) o baños donde haya privacidad para las niñas -que también-, sino el estigma, la desinformación y la vergüenza que sienten muchas de ellas por algo que es completamente natural.
Imagínate tener tu primera ‘regla’ sin saber lo que te está pasando, sin información suficiente al respecto -o, aún peor, con información errónea que has estado oyendo toda tu vida-, sufriendo las burlas de los compañeros, sin una compresa, sin un lugar privado donde cambiarte, sin nadie con quien hablarlo.
Muchas niñas en zonas como el distrito de Serengueti, en Tanzania, se ven obligadas a quedarse en casa cuando tienen la regla porque sus escuelas no tienen baños separados ni agua corriente, o porque no pueden permitirse comprar un paquete de compresas. Y esto no solo afecta su bienestar físico y emocional, sino también su educación.
Hasta un 10% de las niñas puede faltar al colegio cuando está con la regla.
En muchas zonas rurales, hasta un 10% de las niñas puede faltar al colegio cuando está con la regla, produciendo retrasos en el aprendizaje y contribuyendo a la deserción y absentismo escolar. En algunos de estos casos, al abandonar los estudios, se ven forzadas a contraer matrimonio con hombres mucho mayores que ellas quedándose embarazadas a edades muy tempranas, lo cual acaba con su infancia y perpetúa el ciclo de pobreza y desigualdad.
Desde Amref, estamos convencidos de que hablar de salud menstrual es hablar de dignidad, de derechos y de oportunidades. Por eso construimos baños seguros y privados en las escuelas, aseguramos el acceso a productos de higiene menstrual -incluidas compresas reutilizables-, instalamos sistemas de agua potable y, sobre todo, formamos alumnos y alumnas, profesores y familias para romper el silencio y que hablar de menstruación deje de ser un tabú.
Desde Amref, estamos convencidos de que hablar de salud menstrual es hablar de dignidad.Theresia, una de las niñas que participó en uno de nuestros proyectos en Tanzania, nos contaba que antes muchas niñas se quedaban en casa durante la menstruación porque no tenían cómo cambiarse ni dónde tirar sus compresas. Ahora, gracias a las nuevas instalaciones y a los talleres que organizamos, ella y sus compañeras pueden ir al colegio con normalidad, sin miedo, sin vergüenza. Pequeños cambios como ese tienen un impacto enorme. Y ahí está la clave: que ninguna niña deje de soñar, de aprender o de vivir con libertad solo por tener la regla.
La educación en ETS y la salud materno infantil, son otros ámbitos de vuestro trabajo ¿Qué necesidades más acuciantes hay en ambos?
Efectivamente, la educación en ETS y la salud materno-infantil son dos pilares fundamentales de nuestro trabajo en Amref, porque en cada dato hay una vida, una mujer, un joven, una niña… y su salud y su futuro. Una de las necesidades más urgentes es el acceso a información clara y veraz sobre salud sexual y reproductiva. Muchas personas jóvenes no saben cómo protegerse o entender su propio cuerpo, o qué derechos tienen. A veces ni siquiera conocen que pueden recibir orientación gratuita en un centro de salud; otras veces sí lo saben, pero no se atreven a acudir por vergüenza o miedo al estigma.
En países como Kenia, estamos integrando servicios informativos en la atención primaria, acercándolos a las comunidades y rompiendo tabúes, estigmas y mitos con formación desde dentro, abordando las Enfermedades e Infecciones de Transmisión Sexual (ETS/ITS) con un enfoque integral y preventivo. También formamos al personal sanitario para que pueda asesorar a adolescentes y jóvenes de forma respetuosa, confidencial y adaptada a sus necesidades.
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Fotografía: Amref Helath Africa/Steve Kagia):
Sudán
del Sur- Reencuentro con Hellen Hadia, partera, Sudán del Sur.
Por ejemplo, en Etiopía creamos unidades específicas de salud sexual y reproductiva y planificación familiar, pensadas para jóvenes: con horarios accesibles, espacios acogedores y seguros, donde se respeta su privacidad y se garantiza la confidencialidad. Gracias a este enfoque hemos podido prevenir muchos embarazos no deseados y abordar de forma efectiva los desafíos relacionados con la sexualidad, como el VIH, las ETS/ITS, la discriminación o las violencias sexuales.
En cuanto a salud materno-infantil, las necesidades y los retos son enormes; seguimos viendo mujeres que dan a luz solas, sin atención prenatal ni seguimiento, lo cual pone en riesgo la vida de miles de madres y bebés cada día, especialmente en África.
En África, cada día mueren más de 6.500 bebés durante el parto.Desde Amref, nuestro enfoque está muy centrado en fortalecer los sistemas sanitarios, formar personal médico y comunitario -muchas veces mujeres que se convierten en verdaderas referentes en sus pueblos, como es el caso de Hellen Hadia, de Sudán del Sur- y, sobre todo, garantizar que ninguna mujer tenga que afrontar un embarazo o un parto sola. Y algo que me emociona especialmente es cómo estamos usando la tecnología para salvar vidas.
Tenemos iniciativas como la app móvil LUCY, que conecta a mujeres embarazadas en zonas rurales de Kenia con información vital sobre su salud y la de su bebé, recordatorios para sus citas médicas e incluso alertas en caso de riesgo. Nuestra actual campaña en España resume esta realidad con claridad: “Nacer no debería significar morir”.
Sin embargo, en África, cada día mueren más de 6.500 bebés durante el parto. Es una cifra que sobrecoge a cualquiera… y que nos impulsa a seguir trabajando, para que dar a luz deje de ser un riesgo y vuelva a ser lo que siempre debió ser: una bienvenida a la vida.
¿Qué proyectos relacionados con la salud y mujeres tenéis proyectados de cara al futuro?
Desde Amref tenemos muy claro que la salud de las mujeres es clave para el futuro de África. Por eso, de aquí a 2030, nuestras líneas de trabajo se enfocan en transformar la vida de las mujeres desde varios frentes, todos profundamente conectados entre sí.
Una de nuestras grandes prioridades es la salud sexual y reproductiva. Queremos que ninguna mujer muera por causas evitables relacionadas con el embarazo o el parto. Para lograrlo, vamos a seguir formando a profesionales de salud —muchos de ellos mujeres— a través de nuestra universidad, la Amref International University (AMIU), y también a agentes de salud comunitaria que conocen muy bien las realidades locales. Además, reforzaremos la atención prenatal y postnatal, para acompañar a las mujeres desde el inicio del embarazo hasta después del nacimiento.
Desde Amref tenemos muy claro que la salud de las mujeres es clave para el futuro de África.
Otra línea muy importante es el empoderamiento económico y social. Sabemos que una mujer con ingresos propios y formación es una mujer con poder para tomar decisiones sobre su vida y su salud. Por eso, vamos a seguir implementando programas que combinan salud con generación de ingresos, formación en liderazgo, habilidades laborales y acceso a recursos. Nuestro objetivo es que cada mujer pueda vivir con salud y dignidad, tomar sus propias decisiones y ser agente de cambio.
Fotografía: Amref Health Africa/David Brazier.
Zambia-
Champo Priscilla, tutora, y un administrador del Nchanga College guían a
Sibusisiwe en la plataforma Mjibu, donde cursa su diploma en enfermería.
En paralelo, seguiremos luchando con fuerza contra la mutilación genital femenina y otras formas de violencia de género, como venimos haciendo desde hace años. Lo hacemos desde el respeto, trabajando con comunidades y líderes locales, y ofreciendo alternativas seguras y dignas para las niñas.
También estamos apostando mucho por la innovación y la tecnología. Estamos utilizando herramientas digitales para formar a personal sanitario a distancia, enviar información de salud a mujeres en zonas remotas o hacer seguimiento de embarazos con móviles. La tecnología nos permite llegar más lejos y ser más eficaces.
Estamos apostando mucho por la innovación y la tecnología.
Y, por último, pero no menos importante, estamos trabajando para que todo esto se sostenga en el tiempo. ¿Cómo? A través de la abogacía y el trabajo con gobiernos y políticas públicas. Queremos que se invierta en salud, en igualdad, en protección. Que los derechos de las mujeres estén garantizados no solo por proyectos, sino por leyes y sistemas de salud sólidos.
En definitiva, los proyectos del futuro no solo buscarán curar o prevenir enfermedades, sino crear condiciones de vida justas para que cada mujer, y cada niña, tenga el derecho real a estar sana, a decidir y a vivir con dignidad.
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