Hace un tiempo, allá por el año 1963, dos estudiantes de San Diego (California) hicieron un experimento. Bruce McAllister, de 17 años, le pidió a su amigo Randy Gardner, que intentara mantenerse despierto todo el tiempo que pudiera. El objetivo era descubrir lo que ocurriría y trasladar los resultados a un trabajo de ciencias que estaba preparando para el instituto. Gardner batió el récord, que de momento nadie ha conseguido superar. En total estuvo sin dormir 264 horas, es decir, 11 días. ¿Qué consecuencias tuvo para su salud esta osadía? Las puedes intuir… Ninguna fue buena. Te contamos por qué.
Las consecuencias de no dormir
Marcello Soi, licenciado en Química y Tecnologías Farmacéuticas por la Universidad de Cagliari, cita la historia de Bruce McAllister y Randy Gardner, en su libro Apágate insomnio (Lunwerg editores). Y en este desvela las consecuencias para Gardner de este experimento:
- Falta de concentración y memoria.
- Malhumor, agotamiento y descoordinación motora.
- Dificultad para caminar o coger objetos.
- Incapacidad para comunicarse y repetir juegos de palabras.
- Dificultad para resolver problemas numéricos sencillos.
- Dificultad a la hora de identificar objetos con el tacto.
- Problemas para hablar, arrastrando las palabras y sin entonación.
- Incapacidad para mostrar emociones.
- Paranoia, irritabilidad y alucinaciones.
La idea inicial de este experimento era demostrar que el insomnio podría generar poderes paranormales. Sin embargo, los resultados fueron bastante diferentes a los esperados.
Tal y como explica Marcello Soi, dormir es vital, porque de lo contrario nuestra salud física y mental se verá perjudicada. Hay animales como los delfines que en un principio pueden estar mucho tiempo sin dormir, pero también se ha verificado que si las ratas permanecen dos semanas sin caer en los brazos de Morfeo, acaban muriendo. Así pues, el sueño es una necesidad fisiológica como comer o respirar.
Mejorar la calidad del sueño
Para mejorar la calidad del sueño se pueden adoptar algunas medidas. No obstante, si se trata de un problema que se cronifica en el tiempo, lo recomendable es acudir a un experto.
Estos son algunos de los consejos del autor.
- Es importante no realizar trabajos por la noche porque se alteran los ciclos circadianos de sueño y vigilia. Igualmente se puede generar irritabilidad, ansiedad e incluso depresión.
- La cantidad de cafeína que se ingiere a lo largo del día es importante porque un exceso de la misma puede desencadenar dificultades para dormir. “Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), una taza de café contiene entre unos 128 mg y 180 mg de cafeína por 100 ml, una cantidad muy inferior a la de una lata de Redbull. Por ejemplo, una lata de Monster, de casi medio litro, contiene la misma cafeína que tres tazas de café”.
- La salud de la microbiota intestinal es clave también, por ello el experto recomienda hacer un chequeo en este sentido. Si tenemos algún desequilibrio en este ámbito será necesario realizar un reajuste a través de la alimentación y tratando de reducir, en la medida de lo posible, el estrés.
- En cuanto a los alimentos prohibidos antes de irse a la cama, destaca que hay que evitar sustancias excitantes como el café, té, bebidas energéticas… Tampoco son buenos los alimentos ricos en grasas que son difíciles de digerir, algunos enlatados, encurtidos y ahumados. Finalmente, descarta las bebidas alcohólicas porque propician sueño de mala calidad.
- Una práctica saludable que además de beneficiar la calidad de nuestro sueño es el mindfulness. Para entrenar esta habilidad es necesario buscar un momento en el que estés tranquilo “Recomiendo recurrir a él en épocas de estrés agudo con 3 ó 4 sesiones al día de 20 minutos. Necesitas aprender a disociarte de tus pensamientos y emociones, algo básico para recuperar el equilibrio mental. Además, el presente nos energiza. Al convertirnos en el observador de nuestros pensamientos y emociones, nos facilita la identificación y la gestión de intrusiones (pensamientos que nos perturban y causan emociones negativas). Si no sabes identificarlas, no podrás reinterpretarlas, ni asociar tus emociones a unos pensamientos. Al final, en cualquier emoción negativa, la raíz es el miedo. Miedo a no poder dormir. Miedo a enfermar. Miedo a morir. Miedo a sentir miedo. Es una técnica muy eficaz para acabar con el exceso de pensamientos amenazantes que disparan el cortisol e inhiben la melatonina”.
- Para finalizar, entre las pautas que nos deja Marcello Soi, matiza que si te despiertas por la noche, te puedes levantar y hacer algo relajante. Así al acostarnos de nuevo los ojos volverán a cerrarse.
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