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Publio Vázquez Alonso (psicólogo): “Las mujeres tienen una especial sensibilidad, se vuelcan mucho con las cosas, y por ello tienen más trastornos de ansiedad”

El psicólogo sanitario Publio Vázquez Alonso cuenta en esta entrevista a Claves de Mujer cómo gestionar la ansiedad y en qué consiste este trastorno que atañe a la salud mental. ¿Tienen las mujeres más trastornos de ansiedad? ¿La vulnerabilidad es una cuestión de género? ¿Qué ejercicios nos pueden ayudar a relajarnos? El experto en psicoterapia y salud mental responde a todas estas preguntas, a la par que nos explica algún detalle de su última obra: Conoce tu ansiedad y aprende a gestionarla (Desclée de Brouwer).

Entrevista Publio Vázquez ansiedad mujeres


¿Cómo se diferencian el estrés y la ansiedad?


Hay muchas cosas que tienen en común y es muy difícil diferenciar ambos. Lo único que se podría decir que permite distinguirlos es que el estrés ocurre en el presente. Su origen se sitúa más en el momento actual que en el pasado o en el futuro. Pero eso no significa que una persona que sufra estrés no pueda tener una personalidad ansiosa y que posea sus bases en el pasado. En los manuales diagnósticos se suelen diferenciar, sin embargo desde mi punto de vista es complicado hacerlo de manera eficaz. Por eso a mí me gusta más hablar de los dos.

No obstante, quiero matizar que las causas del estrés se pueden identificar más en el presente. Por ejemplo, una persona puede estar sobrecargada de trabajo y por ello padecer estrés o tener dificultades en su relación de pareja y también estresarse, incluso hay quien vive una experiencia muy dolorosa y manifestar estrés postraumático. En definitiva, separarlos es complejo porque puede ser que quien presente estrés tenga a su vez una base ansiógena.

Entonces, ¿cuáles son los síntomas que nos indican que padecemos ansiedad?

La ansiedad es algo consustancial a la vida y es normal que aparezca en cierta medida. Nos permite de alguna manera adaptarnos. El problema surge cuando se convierte en patología. Eso ocurre cuando por su mayor frecuencia, intensidad y, sobre todo, duración, afecta de una forma significativa al funcionamiento de la persona, a su calidad de vida y le produce un gran malestar y desequilibrio que se mantiene en el tiempo.

Los últimos momentos que estamos viviendo, la pandemia, la situación económica, la guerra de Ucrania ¿están afectando a la salud mental de la población?

La ansiedad y la depresión son trastornos que van en aumento y por eso se están empezando a tomar medidas no solo a nivel del sistema sanitario sino también en las propias empresas. Esto es porque vivimos momentos complicados, hay muchos requerimientos de trabajo y dificultades de todo tipo y a esto se le junta que hemos pasado una pandemia. Sin embargo, salimos de ella y nos encontramos con una guerra y un panorama económico muy difícil y eso claro que incide en la gente porque las personas somos vulnerables y susceptibles a lo que pasa a nuestro alrededor. Y nuestra mente reacciona de alguna manera.

El tema está en que algunas cosas se pueden manejar y otras no. La cuestión es ver cuál es la actitud que se adopte, poner el foco en las cosas que podemos gestionar y lo demás dejarlo estar. Porque sobre la guerra de Ucrania el común de los mortales no podemos hacer nada. Es posible dar nuestra opinión o colaborar con una ONG para prestar ayuda…, pero es algo que se nos escapa de las manos. Uno tiene que poner el foco en lo que está bajo su esfera de control o influencia.

 

Conoce tu ansiedad y aprende a gestionarla (Desclée de Brouwer).

Todo esto, ¿afecta más a algún grupo de edad en concreto?

No creo que la ansiedad sea una cuestión de edad. De hecho, la sufre cualquier persona independientemente de su raza, género o clase social.
Pero, ¿se dan más casos en mujeres?


Las mujeres tienen una especial sensibilidad y, por lo tanto, pueden experimentar más trastornos de ansiedad porque se vuelcan mucho con las cosas. Esto no significa que en los hombres no se produzca sino que en ellos lo que prevalece es un ocultamiento de los síntomas. Son menos transparentes o buscan menos la ayuda. Realmente, resulta difícil hacer distinciones por edades o géneros porque la ansiedad está en cualquiera de ellos. No obstante, sí es verdad que las mujeres tenéis especial interés a este tipo de cosas y todo lo relacionado con el desarrollo personal y la salud. Esto es algo que conocemos los que nos dedicamos a esto, ya que entre nuestros pacientes hay más mujeres.

¿Esto puede ocurrir porque las mujeres tendemos a expresarnos más?

Sois más transparentes y sois capaces de hablar de las cosas. El hombre por cultura o educación tiende a tapar más lo que le pasa, no le gusta hablar de lo suyo… Existen unas ideas preconcebidas de que el hombre tiene que ser fuerte y que ha de poder apechugar con todo. El hecho de que un varón muestre su vulnerabilidad está peor visto que lo haga una mujer, pero eso es totalmente absurdo porque todos somos vulnerables ya que todos estamos sometidos a presiones, problemas y dificultades en la vida y la podemos experimentar igualmente, porque la vulnerabilidad no tiene nada que ver con la virilidad. Una cosa es que seamos vulnerables y otra débiles, y eso a veces se confunde.

¿Qué aporta tu libro para gestionar la ansiedad?

La idea de este libro justamente surgió durante la pandemia por el tiempo que tenía y porque me dedicaba a los trastornos de ansiedad y estrés, y pensé que era un buen momento para escribirlo. He querido dar una visión amplia e integradora de los trastornos de ansiedad y presentarlo bajo un nuevo marco, es decir, lo que yo llamo el ciclo de la ansiedad. Esta tiene unos componentes, que son el cuerpo, las emociones, los pensamientos y las conductas, y en esta última incluyo el lenguaje porque me parece que este, al fin y al cabo, es una forma de acción también.

Todos esos elementos están conectados e interactúan entre sí y pueden llegar a desencadenar una espiral de ansiedad porque el cuerpo influye en las emociones que poseemos y en los pensamientos, pero también en las conductas que ejecutamos, y estas a su vez pueden generar ciertas emociones, pensamientos, sensaciones y así con todos los componentes de la ansiedad. Todos se influyen entre sí y por lo tanto es muy importante contemplar la ansiedad bajo estos cuatro componentes.

Hablas del yoga y de otras disciplinas para abordar la parte física, pero ¿se pueden realizar otras actividades que nos hagan trabajar el cuerpo de otra forma?

A nivel corporal hay muchas técnicas. Una de ellas es el ejercicio físico moderado, porque si no estás entrenado y realizas algo excesivo puede ser contraproducente para gestionar la ansiedad. De hecho, conocemos casos de deportistas que debido a la alta competición han sufrido ansiedad y finalmente lo han hecho público. Por eso es necesario hacer ejercicio físico pero a un nivel adecuado para cada uno, que te permita relajarte y llevar mejor la ansiedad.

Hay gente que le va muy bien la danza, el taichí, la relajación… La meditación mindfulness puede ayudar corporalmente porque hay ejercicios que ponen el foco en las sensaciones corporales y esto es clave para abordar la ansiedad. Porque no se trata solo de que aprendamos a identificar sensaciones sino que hemos de propiciar de alguna manera una actitud ante las sensaciones que tenemos. Hay personas cuya ansiedad se manifiesta mucho a través de lo corporal y en las respuestas que tiene a esas sensaciones lo que ocurre es que genera más ansiedad. Por ello, aprender a manejarse con las sensaciones es fundamental.

Después están las emociones, los pensamientos, las conductas… En estas últimas estarían los estilos de afrontamiento. Hay quienes evitan la ansiedad de forma repetitiva y eso no ayuda a superarla, lo que hace precisamente es mantenerla. En general, huir o evitar de las situaciones que provocan ansiedad, luchar o competir, no son estilos de afrontamiento adecuados para manejarla. Otra forma de gestionarla es a través de la exposición a esas situaciones y prevenir cierto tipo de respuesta. 

 

Relajación Ansiedad Publio Vázquez

  Esta frase aparece en tu libro: “La felicidad total es una utopía, pero se pueden alcanzar niveles de bienestar”. ¿Cómo alcanzamos el bienestar?

Para llegar al bienestar una persona primero tiene que autoconocerse. Hacer un trabajo interior para ir liberándose de ciertos fardos psicológicos e ir superando ciertas cosas y sentirse mejor. Al mismo tiempo, resulta clave emprender ciertos cambios de hábitos que no favorecen nuestro bienestar. Es un trabajo integral. Existen ciertas acciones que una persona puede hacer por sí misma y ayudarse. En el libro hay ejercicios para ello. Sin embargo, en otros aspectos necesitas del acompañamiento de un experto para trabajarlas y madurarlas. Esto es así porque a veces la ansiedad parece ligada a ciertas personas, objetos, situaciones… Por ejemplo, una persona puede tener una fobia hacia una situación o una fobia social o a conducir… pero muchas veces detrás de esa ansiedad se esconde otra realidad. En ocasiones, esa fobia es la manera que tiene la mente de poner la ansiedad en algo para no ver realmente lo que le está ocurriendo. Por eso es muy bueno conocerse a uno mismo, porque así podremos poner los medios para que nuestra mente sea más una amiga y no tanto una enemiga. Es un trabajo que contempla los diferentes ámbitos de un ser humano.

¿Qué ejercicio sencillo podemos hacer para relajarnos en caso de ansiedad?


Un recurso básico y fundamental para manejarse con la ansiedad es la atención a la respiración. Eso es algo que cualquier persona puede hacer en todo momento o situación. Simplemente consiste en que con la mente vayamos siguiendo los ciclos de inhalación y exhalación, es decir, que la percibamos con ecuanimidad o equilibrio, y así percibir las sensaciones que podamos experimentar. Puedes dirigir tu mente a la zona del vientre, de los pulmones, la parte que te vaya mejor, y simplemente seguir la respiración de manera natural sin alterarla.

Otra opción es analizar las sensaciones del cuerpo o contemplar de forma ecuánime los estados anímicos. Se trata de ejercicios de observación del espacio mental para ver los pensamientos e identificarse con ellos como si los estuviésemos observando desde la distancia. Hay muchas técnicas de mindfulness, de la meditación del yoga que nos permiten ponernos como un observador de lo que nos ocurre, es decir, no identificarnos tanto con lo que nos acontece sino verlo desde la distancia.

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