Depresión, baja autoestima y ansiedad por la comida son características frecuentes en algunas de las personas que padecen obesidad. Esta
necesidad imperiosa por comer se produce a pesar de no tener hambre y aparece
de una forma impulsiva y sin control. Es una manera de evadirse de un problema
o algo que nos perturba, que suele ser algún tipo de conflicto emocional al que
no encontramos solución, tal y como explican los psicólogos de ACM (Madrid).
¿Qué es la ansiedad por la comida?
En realidad, hay varias teorías que explican el ansia por la comida. Esto es lo que sugiere al menos el artículo Psicofisiología del ansia por la comida y la bulimia nerviosa, en el que se indica “que el consumo repetido de un alimento se asocia a la presencia de ciertos estímulos contextuales y así, en presencia de dichas claves ambientales, el organismo emite respuestas condicionadas anticipatorias compensatorias para contrarrestar el efecto de la sustancia. Por tanto, el ansia por la comida afecta a la conducta alimentaria por reforzamiento negativo, esto es, evitación o escape de estados aversivos para el organismo como, por ejemplo, hambre o estados de ánimo negativos (tristeza, aburrimiento, ansiedad)”.
Otros expertos apuntan a que “el ansia influye en la conducta alimentaria por el reforzamiento positivo contingente al consumo de la comida, es decir, la búsqueda de un estado de bienestar para el organismo”.
El ansia influye en la conducta alimentaria por el reforzamiento positivo contingente al consumo de la comida, es decir, la búsqueda de un estado de bienestar para el organismo.Al mismo tiempo en este documento se asegura que se han identificado dos posibles factores predisponentes para intentar explicar la relación entre el ansia por la comida y la práctica de atracones: la restricción alimentaria (fisiológica y/o psicológica) y los estados de ánimo negativos.
De forma paralela, en un estudio realizado por los doctores Jorge C. Espinós y Jesús Turró especialistas en endoscopia digestiva del Centro Médico Teknon y expertos en el tratamiento de la obesidad mediante técnicas endoscópicas, descubrieron que en la mayoría de casos y al margen de la edad, sexo y otras variables, las personas con obesidad tienen unos hábitos alimenticios y de estilo de vida muy parecidos. De hecho, casi la mitad de los pacientes participantes en el informe, un 46%, reconocieron tener síntomas de ansiedad con respecto a la comida.
8 de cada 10 afirmaron comer entre horas y un 78% de ellos lo hacía principalmente en la franja horaria de la tarde-noche.Al mismo tiempo, se confirmó que en la mayoría de los casos había un bajo consumo de verduras, frutas, hortalizas y legumbres, mientras que se producía un consumo excesivo de carbohidratos de absorción rápida y platos precocinados. Igualmente, un 54% de los pacientes analizados aseguraron beber poca o muy poca agua durante el día que además sustituían por refrescos.
Por otro lado, el 36% de los sujetos estudiados indicaron que no desayunaban, frente al 85% que sí lo hacía aunque de un modo incompleto. Eso sí, a medida que avanzaba el día, los participantes en el estudio admitieron que aumentaban la ingestión de alimentos. Así, 8 de cada 10 afirmaron comer entre horas y un 78% de ellos lo hacía principalmente en la franja horaria de la tarde-noche.
Un 23% de las personas que presentan sobrepeso han padecido algún periodo de depresión a lo largo de su vida.
Otros datos relevantes de este análisis, reflejan que el 73% de los pacientes tratados de sobrepeso tenían antecedentes familiares con obesidad. Esto explicaría, en parte, el hecho de que en la familia se den una serie de hábitos alimenticios y un estilo de vida similar que condicione esta predisposición al sobrepeso.
Y como información relevante a tener en cuenta, indicar que un 23% de las personas que presentan sobrepeso han padecido algún periodo de depresión a lo largo de su vida.
Consejos para no tener ansias por comer
Los expertos aseveran que "en la mayoría de pacientes con obesidad y/o sobrepeso se suelen presentar síntomas de ansiedad por la comida”. En estos casos dicho síntoma realmente es un modo de "compensación" por otros factores de frustración o estrés que pueda presentar el individuo. De este modo, prácticamente el 50% de los pacientes dicen tener esta sensación ya que a menudo los alimentos adquieren un fuerte contenido emocional en su vida.” Los doctores Espinós y Turró ofrecen estos consejos que te indicamos a continuación:
1. Intenta comer alimentos con fibra que sean saciantes (por ejemplo, cereales) y que por lo tanto disminuyan el apetito.
2. Tratar de hacer ejercicio antes de comer o de cenar o del momento en que se sienta esa ansiedad. Cuando uno está cansado y ha hecho una actividad física más o menos intensa, disminuye la sensación de tener un apetito “descontrolado”.
En el estudio realizado por estos especialistas, casi un 80% de los pacientes analizados no practicaba nunca ningún tipo de ejercicio ni actividad física con regularidad.
3. Sustituir los alimentos dulces con muchas calorías por otros más saludables y que tengan menos calorías, como por ejemplo barritas de cereales integrales que integren algo de chocolate.
Tratar de hacer ejercicio antes de comer o de cenar o del momento en que se sienta esa ansiedad.4. Hacer un reparto de alimentos a lo largo del día siguiendo las pautas recomendadas por los expertos en nutrición, destacando la importancia de realizar un buen desayuno y evitando hacer comidas entre horas con alimentos que sean poco saludables.
5. Lo mejor para perder esa ansiedad por los alimentos es realizar un cambio de hábitos alimenticios. Aumentar el consumo de verduras, frutas, hortalizas y legumbres, y reducir el consumo de carbohidratos de absorción rápida y platos precocinados.
6. Beber más agua y no sustituirla por refrescos.
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