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¿Cómo detectar la intolerancia a la lactosa?

La lactosa es una sustancia presente principalmente en la leche de cualquier animal. A veces ocurre que nuestro cuerpo no es capaz de digerirla y al ocurrir esto se produce intolerancia a la lactosa, es decir, el problema surge “cuando el organismo no produce suficiente cantidad de lactasa, que es la enzima responsable de descomponer la lactosa en otros azúcares más simples y sencillos de absorber por el intestino”, explica Eduardo González Zorzano, asesor médico de Laboratorios Cinfa.


El problema de esta enfermedad es que en la mayoría de las ocasiones no se detecta como tal, pues genera síntomas que se confunden con otras patologías digestivas: dolor e hinchazón abdominal, diarrea, flatulencias, retortijones, vómitos o náuseas.

 
Intolerancia a la lactosa


¿Cómo detectar la intolerancia a la lactosa?

Normalmente los síntomas se producen entre treinta minutos y dos horas después de haber ingerido alimentos que contengan lactosa y desaparecen entre tres y seis horas más tarde. Por lo tanto, si se tienen sospechas de que se padece este problema habrá que vigilar las reacciones de nuestro cuerpo al ingerir lactosa.

La genética también influye en la aparición de esta patología, así como la zona geográfica: “Aquellas regiones que históricamente han utilizado lácteos en su dieta presentan menos prevalencia de esta enfermedad entre su población; es el caso de los países nórdicos, norteamericanos o caucásicos”, aclara el experto.

Por otra parte, durante la infancia el organismo tiene una alta actividad de producción de lactasa, pero tras el destete y a medida que crecemos, disminuyen los niveles de esta enzima. “Por eso, algunas personas, en función de su nivel de sensibilidad, comienzan a sufrir dicha sintomatología al ingerir alimentos con lactosa", indican desde Cinfa.

Alimentos con lactosa

Conviene saber que además de la leche hay otros alimentos, principalmente productos industriales elaborados, que contienen lactosa y que también pueden ser los desencadenantes de esa intolerancia: salchichas, patés, margarinas, helados, salsas, algunos fiambres y embutidos, cereales enriquecidos, sopas instantáneas y comidas preparadas.

También hay que fijarse en las etiquetas y ver si un alimento contiene o no lactosa. Hay que tener precaución con los produuctos que incorporan azúcares y grasas de la leche, lactitol (E966), cuajo, suero lácteo o en polvo. También tener en cuenta los artículos que contengan "trazas de leche."

Al mismo tiempo recordar que alrededor del 20% de los medicamentos contienen lactosa como excipiente.

Por último, si se tienen sospechas de padecer intolerancia a la lactosa, antes de tomar cualquier medida espontánea como la supresión de la leche, considerando lo importante que es para la dieta por su contenido en calcio, lo mejor es que se lo consultemos al médico. A veces no es necesario suprimir del todo la ingesta de productos con lactosa y si lo hacemos podemos estar privando a los huesos de un mineral fundamental para su mantenimiento y estabilidad.



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