Someterse a una dieta no es cambiar la forma de comer y ya está. Hay otra serie de factores que influyen a la hora de adelgazar, y uno de ellos es el psicológico.
Todo cambio en esta vida requiere una preparación emocional y
psíquica, y el modificar los hábitos alimenticios también. Así, antes
de comenzar una dieta tienes que estar convencida de que quieres dar ese
paso y estar preparada psicológicamente. ¿Cómo? Te lo contamos.
Susana
Cantón, psicóloga clínica-health coach y asesora de Neolife, nos cuenta
que la psiconutrición ayuda a la persona que inicia una dieta para
adelgazar a lograr su objetivo. Lo que se pretende con este método es
adquirir "una preparación tal para ser capaz de perseverar y pasar a
través de las dificultades emocionales, del ritmo de vida actual, etc., de
manera que seguir el plan nutricional resulte cada vez más fácil, hasta
que comer de manera diferente se convierta en el nuevo estilo de vida natural".
La gestión del pensamiento es el primer paso. Se trata de cambiar de mentalidad. Adaptarse a la nueva situación y convencerse de lo que se está haciendo. Hay muchas personas que recurren a formas propias de estimulación, poniendo una foto de una modelo delante de la nevera o de ellas mismas cuando estaban más delgadas. Incluso podemos sacar prendas del armario que nos encantaban y que antes nos valían, para motivarnos pensando que si nos quitamos esos kilos de más, vamos a poder lucirlas como antaño.
La idea final de la psiconutrición es lograr pensar de manera eficaz e incorporar el plan de adelgazamiento de manera que se integre de forma natural en nuestra manera de vivir, consiguiendo que sea algo que no nos cueste, que no suponga un esfuerzo. Es muy importante, apunta Susana Cantón," aprender a gestionar la presión del entorno, combatir la sensación de injusticia de por qué se come diferente a los demás, entender la diferencia entre hambre y deseo compulsivo de comer o dejar de engañarse a sí mismo."
Acabar con tópicos
Muchas veces se trata de acabar con tópicos muy arraigados en la sociedad actual y desvincularse de ellos, además de conocer bien cómo nos afectan las emociones y los estados anímicos a la hora de comer. El estrés o la ansiedad, también influyen en nuestros hábitos alimenticios y a veces sólo hay que aprender a gestionarlos para impedir que afecten a nuestros hábitos alimentarios.Con la preparación psicológica para adelgazar se pretende dejar de lado la dependencia de la comida para sentirse mejor. Realmente de lo que se trata es de alcanzar tal nivel de control que en cualquier entorno se pueda disfrutar de la comida manteniendo el cuidado y disfrutando a la vez, sin esfuerzo, sin pensar en ello. Cambiar de mentalidad en el parámetro de la alimentación, sin dejarse llevar por la presión del entorno.
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